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Mostrando entradas de marzo, 2010

Un ogro enano

Un ogro enano tramó la historia del bosque y las nueces. Y dentro de él surgieron dudas infinitas: lo de las diferencias con los demás; lo de enano y si la baja estatura se equilibra con la inteligencia de la que fue dotado. En eso anda, escudriñando en la filosofía y la finitud del tiempo. Por lo pronto ante el espejo ensaya una sonrisa para diluir el concepto de ogro. Considera que haría bien en crecer. Se rebela contra el creador de las creaturas y las maravillas.  
El mar no toma imortancia a su color; el ave nada sabe de su canto; y la gacela tampoco  de su velocidad. Las creaturas existen, sólo eso. Como ellos el hombre nada sabe. Escudriña desde los griegos en los misterios del cosmos y de su interior. Y sus conclusiones siguen un laberinto de pensamiento e ideas donde nada se concluye, donde nada se construye. Por eso ven a la banca del parque, miremos la dama que saca a pasear a su perrito, miremos el sol que se oculta; los viejos que caminan; las lágrimas del sauce. Nada es para siempre, sólo el amor eterno que dura un buen tiempo, aunque dicen por allí los de la trova que el amor eterno dura bien poco.

Tejer sueños

Recorrer cafés de París o del DF y bares de New Orleans o Madrid. Tomar fotografías de las calles y su respectivo río de gente. Transitar por carreteras que llevan a pueblos nuevos a la vista. Poner anzuelo para atrapar peces en el Sena o Misissipi. Tejer los sueños y bajarlos de la nube para que transpiren realidad. Esa es la aspiración y la clave. Es un decir, que cuando no digo una cosa digo otra distinta.

Tiempo

El total de tiempo es este que viene con nosotros. Y terminará en el momento que cese todo impulso creador. No hay más. Y no es asunto de poco o mucho el Tiempo. Es la percepción que tenemos del mismo. Ni supimos cuando inició y sabremos apenas poco del final. Por eso beber de la sabia de la vida es nuestra tarea principal. Y en eso no hay fórmulas, ni caminos preescritos. Así que ándale. La hormiga ni sabe de que existe y no por eso deja de cargar el grano de mostaza.

Habrá tormenta

Me mira el Dios desde cerca o lejos. Le miro a Dios desde cerca o lejos. Y entorno a ello campanas, campanitas, en melodía especial agradable al oído. En medio el bosque, la canasta de manzanas, los duraznos. Habrá tprmenta que pronostican nube y vientos y caerán árboles con raíces en la superficie. Sólo y apenas moverá  árboles de raíces profundas.

Ellos los felices (Homenaje a Roberto Fernández Retamar)

Ellos, los normales, son felices. Los que tienen la risa a flor de labios por cualquier cosa. Los que cuentan chistes y son la algarabía de los grupos. Los que saben cientos de canciones y tocan la guitarra. Los que tienen abultadas cuentas en los bancos;  los que tienen los mejores libros en su biblioteca, un equipo de sonido del último grito de la tecnología, una Mac, una Nikon, una Mont blanc y sus Nike. Los que tienen al hermano o mamá cerca para contarles de los afanas del día. Los que tienen empleo y les importa. Los que no lo tienen y no les importa. Los que tienen el mejor auto, la mejor casa, ranchos y avión particular. Los que hacen ejercicio y aumentan de músculo. Los que juegan al golf en los campos de verdes praderas. Los que tienen altos sueldos por sus funciones de administrar los asuntos públicos. Los que tienen un Dios que los vigila, cuida y castiga. Ellos no son locos, ni borrachos, ni suicidas, ni psicóticos,ni tuvieron una mamá con cáncer o en el siquiátrico, ...

Hoja en blanco

La hoja en blanco no es lo mismo que la pantalla. Me refiero a que sin tema por escribir, podías transformar la hoja en barco o avión. Sacabas la pala y hacías estanque y el barquito de papel enfilaba rumbo de acuerdo a la dirección del viento. Con el avión subías a un árbol y desde allí planeabas. Tu mirada seguía la trayectoria del vuelo hasta el aterrizaje, la mayoría de veces, forzoso.

Enano mayor

Yo me miro pequeño ante tanta cantidad de blasfemias y mentiras. No tengo defensa alguna, ni la procuro. Siento que mi dicha no depende de enfocar mi fuerza contra las patrañas. Los enanos del mundo son de mi familia, como si yo fuera su hermano mayor. Pero no dejo de ser el enano más grande. Soy parte de un destino común, de una encomienda por mejorar el destino de los hombres. Esto se logra con el  cambiar de uno mismo.

Es así

Es así. Me cansa el día con los breves pero extenuantes momentos en los que todo parece depender de una hoja, de una firma, de un número, de una copia, de una actitud, de una palabra, de un gesto. Es un dislate propio, personal,  mío, para el manejo de memorandos, informe, oficio, relaciones, listas, acuses.