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Mostrando entradas de enero, 2012

Tiempos bienaventurados

Tiempos bienaventurados, los de la esperanza, los de la siembra, los del inicio del día cuando la luz se asoma tímida y se abre paso entre la nada. Es entonces que el día es la mayor obra. Imágenes desbordan marcos. Caballos en carreras desbocados. Hombres que sacan a pasear los perros en los parques. La niña lee un libro en el malecón. Padre eleva un helicóptero que el niño mira alegre. Absorber savia de vida, esta, la única. No habrá otro tiempo percibido más que el nuestro.

Cíclope

Brilla el ojo del cíclope, anhelante. Vislumbra mundos en technicolor. Escudriña en el pasado su árbol genealógico. Absorto. Su futuro escribe con anhelo. Las imágenes se le presentan en monstruos de dos ojos bajo de la frente. Monomirada triste.  Y se lanza al vacío, Es cuando inicia el cuento de había una vez un cíclope, simpático y orondo. Allá, donde se pierde la huella del pasado.