Tiempos bienaventurados

Tiempos bienaventurados, los de la esperanza, los de la siembra, los del inicio del día cuando la luz se asoma tímida y se abre paso entre la nada. Es entonces que el día es la mayor obra. Imágenes desbordan marcos. Caballos en carreras desbocados. Hombres que sacan a pasear los perros en los parques. La niña lee un libro en el malecón. Padre eleva un helicóptero que el niño mira alegre.
Absorber savia de vida, esta, la única. No habrá otro tiempo percibido más que el nuestro.


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