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Mostrando entradas de abril, 2010

Suerte a la luna!!

Música por todos lados. Hasta parece el fin del mundo. Sin embargo la ciudad se sumerge algunos metros para aparecer como indiferente al destino. Festivos, sin embargo, echamos la suerte a la luna.

Enano y elefante

El enano no sabe si soñó o estaba ebrio. El hecho es que cuando despertó (en su sueño o de la vida real)  al asomarse a la ventana vio en su patio un elefante amarrado. Era de pensarlo y su lógica mandató: el elefante es sólo una pieza del rompecabezas; el sueño es la nada como su vida.

De fantasmas

Este soy yo, amanuense de alguien que dicta; ligero y leve doy pasos como entre nubes; pesado apenas alcanzo a ponerme los calcetines. Poca monta la riqueza personal: unos libros, dos discos, y una voluta de humo. Nunca he sido más feliz que ahora, ligero y leve. Aquí ando, aquí sigo. Penas no son pesares; apenas huellas del tiempo y la memoria. Serán lágrimas de cristal...

Al final de cuentas

Al final de cuentas todo se resume en hacer balance de lo hecho, de lo iniciado, de lo planeado. Truqué la historia de las estrellas; me bebí dos litros de mar en toda mi vida; escribí versos de rima asonante; me boleé los zapatos por quincena; comí sin digerir las más bellas ideas para comprender el mundo. De eso nada queda más que el recuerdo en  mi lecho. Al final de cuentas vendrán la pregunta de rigor ante San Pedro: fuiste feliz? levantaste al herido en la guerra diaria por la supervivencia?

Piedra rodante

Me sigue gustando la piedra rodante y lo que con ello conlleva: poesía y música; camino y pasos; agua y sed; sonrisa y asfalto; la vieja máquina Remington, y mi procesador;  la carta que viene de lejos y la que viene de cerca. En lo rodante viaja eternamente el corazón. Y sobre la rudeza de la piedra el asunto es otro.

La función

En la función sólo cucarachas caminan en el escenario festejando su triunfo. Resonancias de aplausos. Al eco sin premio le acompaña la ceniza del cigarro. En un cuadro el comandante supremo de las fuerzas amadas y una veladora en su honor a punto de extinguirse. Cierran el telón. El público fantasmal golpetea sus manos de donde no sale sonido alguno y se levanta  flotando rumbo a la salida.

Luna y Marte

Donde miro la luna, miro también su lado oscuro. Toda completa, no sólo una parte, me gusta, me gusta. La noche de hoy: luna al horno tibio. A prudente distancia Marte, esplendoroso.

Azul donde rojo

Miro azul donde rojo es. Negro donde blanco. Y hierba donde hierva. No es común esta loquera. De pronto viene la música con su son. Y las palabras que buscan rima. Una sed deberá saciarse con nubes. Y una luna bajará mañana o pasado. Apago la luz. Y tanto viene en la imaginación. De noche los sueños no son pardos.

El espejo

La imagen que usted ve, no es lo que parece. El espejo refleja todos los rostros del polvo.

Ni nunca!!

La mínima palabra ronda el cauce del corazón. No hay ni habrá olvido. Pero cada recuerdo es parte de una historia, y esta es la construcción del futuro.  Y aunque nada es para siempre, vale la pena apostar por el ni nunca, y lo eterno.

Lentas horas

Las lentas horas se pierden en el día y la noche. Sin palabras, sin aliento, ni voces o susurros.  Sólo el canto de chicharras ocupa el silencio. Así los días. Como nieve en primavera; frío glacial en los adentros, que es nada. ¿Dónde están los pájaros y las hojas verdes? ¿Dónde están los cantos, las mariposas, las palabras? ¿Dónde las sonrisas?

Enfermo, en efecto

Enfermo, en efecto Miro la carne donde  el polvo Miro a la vez la estrella y la piedra La nada y el todo La rosa y la encina Me fue dado en turno a la vez aleta y ala pie y  pata colmillo y oreja Arrastro mis pies por los caminos Cojeando avanzo y retrocedo Nada hay de raro Recorro pistas sin pensar en  metas No tengo piel para vestirme de oveja Ni lobo tierno o feroz Aprendí unas letras Para equilibrar la herencia

De sueños

Tiene el fin meta lejana. Abrupta muerte, solamente. Y en juramento canción hay notariados compromisos en el caso probable del si yo muero primero. Tanto la historia del amor escrita con sangre, como todo el llanto que brote dejar caer sobre el cadáver. En fin. Así es la historia del presente. Así viene el follaje verde del futuro.

Sobre los enanos

Me preguntas de por qué hago referencias reiteradamente en los enanos. Mi respuesta:  refiero a los de espíritu pobre, a los bajos de estima propia y sin solidaridad con el prójimo, a los egoístas. A eso lo relaciono cuando me digo que soy el enano mayor. Me agrada abrazar, reír. Y cuando se descuida el día, robo la hora del almuerzo.

Otro sueño

Caen los árboles de la escuela primaria donde estudié hace tantos años. Varios niños quedan atrapados. Sin peligro ríen entre el follaje. Los maestros están preocupados, donde nada pasa. Habrá homenaje y decido formarme atrás de la fila de un grupo. Los maestros me reconocen, me pasan al frente. ¿Dios quién soy?, yo mismo me pregunto, me desconozco.  Me piden diga unas palabras. Tiemblo, aunque con gusto del reconocimiento. Y digo quizá barbaridades: "niños y niñas, más que aprender, lo importante es ser feliz; procurarse la felicidad; si para eso es necesario aprender mucho, entonces aprendamos mucho..."  Recordé junto con ellos algunos libros, películas, maestros.

Días de guardar

Guardarse en uno mismo, en el recoveco donde la memoria tiene tantas variantes del juego, donde están los ases y los reyes, donde está la carta a Dios y al Diablo, donde está la mirada al infinito con intermedio en las estrellas, donde está la mano entrelazada y la mirada en la luna. Estos días de guardar tienen el fin de refrescar el alma en el agua, de unir el alma en el cuerpo, de transparentar la mirada, de cultivar el amor a la flor y a la espina. En estos días el azar viene en la memoria en el gastar papeles.