De fantasmas

Este soy yo, amanuense de alguien que dicta; ligero y leve doy pasos como entre nubes; pesado apenas alcanzo a ponerme los calcetines. Poca monta la riqueza personal: unos libros, dos discos, y una voluta de humo. Nunca he sido más feliz que ahora, ligero y leve. Aquí ando, aquí sigo. Penas no son pesares; apenas huellas del tiempo y la memoria. Serán lágrimas de cristal...

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