Días de guardar

Guardarse en uno mismo, en el recoveco donde la memoria tiene tantas variantes del juego, donde están los ases y los reyes, donde está la carta a Dios y al Diablo, donde está la mirada al infinito con intermedio en las estrellas, donde está la mano entrelazada y la mirada en la luna. Estos días de guardar tienen el fin de refrescar el alma en el agua, de unir el alma en el cuerpo, de transparentar la mirada, de cultivar el amor a la flor y a la espina. En estos días el azar viene en la memoria en el gastar papeles.

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