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Mostrando entradas de mayo, 2010

Libro de rostros

Traduzco los fonemas,apenas de reojo, frente al espejo. Nada de eso. Oigo el galope de las nubes con la lluvia. Y el azar escribe frenético de los destinos abusando de la mano de Dios.. Siempre ocurre lo inesperado, pero siempre siembra. Dicen que hay un libro de rostros. Ver para creer.

Alga

Sensual es el sonido de la palabra alga. Ser vivo metamorfoseado por los fonemas a otra imagen en ausencia. En el mercado sueña el vendedor cuando escucha "deme medio kilo de algas" . Y él se esfuerza por ser serio, apologético en la mirada, a sabiendas de que todo es real, su tienda de plantas marinas disecadas, su tiempo encerrado entre diversos tonos del verdeazul, y que la imaginación, sólamente ella, le permite volar y es donde se sabe libre.

Inane

Me encontré de pronto la palabra inane. Estaba allí, bajo de una piedra a la orilla del camino. Asomaba el punto de la i y a veces la patita de la e. Quería le rescataran para estar como todas las palabras, activa, sonidera. Levanté la piedra con cuidado, para no hacerle daño. La tomé de la mano y la acomodé en este cuaderno. Tómela para el juego de palabras. Suena bien. i n a n e.

La ola

La ola, libre, en su majestuosidad llega a la playa; de allí  se vuelve  para volver a empezar. La ola representa en metáfora el mito de Sisifo: el eterno retorno, el volver a empezar. La ola arremete sin duda, embiste. Y el mundo gira alrededor de la ola y su arribo a la playa. Entre la arena toma conciencia del yo, y se regresa al origen.

Y canta así!

"Tu rostro querido, no sabe guardar, secretos de amor". Qué canción, que se mete a la cabeza. Es bueno cantar, que el espíritu se vuelve ligerito, se libera.

El divo y la vida

El asunto es continuar en el ritmo de la vida, en diluvios o sequía. Aparte de eso se hace necesario encontrarle razón al nacimiento de la idea, y a esta no dejarla a la deriva

Estar cuerdo

Camino como si me miraran. Miro el paisaje como si le  importara a alguien. Leo como si adquiriera con ello un pasaporte para la impunidad, un salvoconducto para lo eterno. Escribo como si alguien del otro lado del mundo estuviera esperando lo que escribo. Conciente de ello respiro profundo. Hago ejercicio: uno, dos; uno dos. Digo salud a las estrellas y la luna. Y sé que estar cuerdo no es garantía de nada.

Si acaso

Es vano pensar en lo vano y en la banalidad. También hablar alto para parecer diez centímetros por arriba de los demás. En el fondo de todo no somos más que una canción que pasó de moda; el auto que se descompuso por rodar; el cigarro que se volvió ceniza. Nada quedó por la lectura; ni por lo escrito. Nada y nadie irá contigo al fondo del pozo. Apenas alguien recordará unos años tu historia personal, si acaso.

A quien lea estos textos

Donde dice canción encienda lava de todo un macizo continente.  Las palabras escritas no dicen otra cosa más que el lector (hipotético por cierto) reconoce como propias en su significado. Si nada reconoce no se pierde nada. Son bocetos de la vida que quise ir dibujando sin mucha disciplina.

Mar

Ante el mar me inclino, reverencia al origen. Acaricio al hermano pez, a la hermana sirena. Sonrío con el caballito de mar y lucho contra la piraña y el tiburón. No es asunto de vencidas. Se trata de contar la arena para saber lo que tenemos y escuchar por siempre el ruido del mar encerrado en caracolas. 

Mi maestro el viento

El viento trae rumor de olas, murmullo de duendes, voces del tiempo. Me despeina y me avienta a la calle, a comer guayabas, a remar contra la nada, a reír de la muerte.  Mi maestro viento impertinente levanta faldas mientras ríe.  Falto en fe me regala libros, baraja las cartas del destino y muestra imágenes de rayo y luna. Un día el viento arrastrará hojas secas  donde iré yo. Y me llevará lejos a jauja, al dorado. Dadme sueño, a dormir la nada, viento.

De lo oscuro la luz nace

El niño correteó la nada, y en su prisa, sin tomar presencia del instante, alcanzó al adulto y no se dio cuenta que era el mismo. Preso en sus recuerdos busca el origen del sueño, la palabra, la luz. Y encuentra rostro definido en máscara de luces. El niño pide luz de luna. Y en su noche triste sabe que de lo oscuro la luz nace.

El traje gris

Un traje estaba tirado entre los arbustos. Era gris oxford y mi preferencia anda en el verde militar; pero era gratis, estaba tirado y se veía todavía para buen uso. Lo tomé cariñoso. Era saco y pantalón. En automático revisé sus bolsas. Había un dolar y un recado de amor. Es el único traje que tengo. A veces creo que es de buena suerte, porque con él puesto, parezco estrella de cine. Algunos hasta me dicen señor. Siento que el traje era a mi medida. Pero sostengo que en verdad me veía mejor con el verde.

La chicharra

La chicharra elitrea silencios hasta sacarles ruido. Todo envuelve el espacio. Y el monótono rin rin penetra hasta el corazón que reverbera cansancio.

Huir de uno mismo

"Banano", gritaron a mi espalda. Y seguí de frente. Me di cuenta que era una lechuga licenciosa, verde y puesta para la ocasión. Me amarré bien el cordón de los zapatos por si las dudas y seguí. Al voltear vi que agitaban las manos y señalaban al sol. Viejo truco, dije, eso de la luz. Podría quedar ciego si asomo la mirada azul al sol. Y seguí. Ya lejos del bullicio me senté en una banca de parque. Y saqué libreta y boligrafo que escribe decepciones  y retratos. Era el mar, entre rojo y verdoso. Y yo huía de mí. Que es la peor huida. Deja que me explique: huir de otros tiene su chiste y probable a uno no lo alcancen. En cambio ¿dónde esconderse cuando de huir de uno mismo se trata?

Amor comí

Amor comí antier y ayer. Amor con pizca de sal. Derramaba sabor entre los labios. Y olor fluía por todo yo. Amor en leña comí. Luego asado. Luego rostizado. Y puse pimienta y sal. Y era amor puro, lo sé y juro. Me chupaba los dedos de tan sabroso el sabor. Ahora absorto camino ensimismado pensando en escribir sobre el tema del amor. Y me digo: debo escribir sobre el amor eterno. Y no utilizar ni puntos suspensivos, ni punto y seguido o final. Digo, debe haber un truco para que el amor dure para siempre. Dadme, Dios, mientras tanto, durazno y guayaba, para eso del sabor. Amor.

Todos somos río

Todos somos río. Inmarcesible flujo de las aguas contenidas en el hueco donde fluye. A veces pacífica, a veces frenética. Si de observar ríos se trata, bueno sería tener un manual de indicaciones. Y nos sintiéramos agua tranquila, transparente. Ven a gotas para irnos hacia el mar que nos espera donde sal desde siempre en el origen.

Del primero fuego

Hermoso el espectáculo de la pira en el reverbereo de las llamas azules, amarillas, naranjas. Imagino el asombro de los primeros hombres ante el fuego. Era el inicio de la vida en común, de la vida solidaria. En un tramo del camino se perdió la ruta. Y ahora se inventaron lanzallamas para acabar con el de enfrente. Es ante el espejo donde lanzamos las maldiciones como fuego.

Madre en tu día

Morena mía: Te canto  Soneto a mamá y La paz de tu sonrisa . Pero deja que te cuente. Me soñé con hambre y a mi lado estabas tú, pendiente como siempre. Me serviste un platillo de frijoles con queso, la comida recurrente en mi niñez. Y me di cuenta que cerca de la estufa, estaba una olla con frijoles charros, de los que no me ofreciste ni dijiste nada. Simplemente me diste lo que me dabas cuando mi infancia. Masticaba yo los frijoles y los sentía entre duros y chiclosos, y miraba de reojo los charros. No lo entendí en el sueño. Al despertar lo entendí con claridad. Gracias, ma, por darme de esos frijoles para que no me olvide ni nunca.

Me gustaría (2)

Tener a la mano el abrazo de mi madre y cantarle la canción más hermosa del mundo. Me gustaría escribir tan sólo un poema de amor que se aprendan de memoria los jóvenes enamorados, pretendientes y correspondidos. Contar hasta llegar al número mágico que hace aparecer al genio de la botella que cumple tres deseos. Caminar entre robles y abetos y sentir cómo el oxígeno penetra hasta  la última de las neuronas y dispara la sonrisa. Me gustaría tomar  fotografía a cien personas que quieran tenerla en la sala de su casa. Me gustaría matar el tedio, el odio, la rutina, darle de patadas a la ignorancia, apretarle el cuello a la ira. Y también  me gustaría volar un cometa y enviar un mensaje a Dios.

Me gustaría

Estar quieto, ciego y tonto. No saber ni interesarme por nada. Tener conciencia del tiempo sólo por lo que dice el espejo y el movimiento del minutero y el horario. Tener mis intereses alrededor y agrupados en el comer, estar, dormir, defecar. No tener conciencia del polvo ni del guiño. Me gustaría ser de estatura menor, no saber canción ni poema alguno; y no distinguir el tono de los colores. Me gustaría en fin, no saber nombres ni el orden de los números. Sin embargo tengo anotados en mi memoria varios datos desde la cueva, el fuego, la palabra, el libro y las plegarias. Pienso y creo que existo. Es de poco tiempo la conciencia, y de menor tamaño que la vida.

Disgresiones

Hay lineas, movimiento, curvas, rectas. Hay follaje y flor; floresta. Hay el olor comestible y tierno del pan, olor de sensual naturaleza en la  flor que huele de noche. Hay rugosidad, espina, lo amable. Todo es un conjunto, mezclas, amontonamiento. Y es uno de nosotros, usted mismo, aquel, el de enfrente, quien asimila, discrimina y selecciona. Nada está dicho cuando se dicen tantas cosas. Un final es a veces un comienzo; y el río tiene dos orillas aunque el agua que fluye ni lo sabe.

La obra de teatro

Principal personaje de la película de uno mismo, es uno mismo. No escatiméis esfuerzos en ello y a haced el mejor papel. Y queda en la mano de Dios escribir sobre la trama. Dejar fuera de la obra quienes ostentan vanidad y orgullo debería ser la norma. Sin embargo en la Gran Obra de teatro del mundo todos tienen su papel. Entre ellos está el humilde, el vanidoso, el grosero, el bohemio, el sensible, el envidioso, el chistoso. Y cada uno busca la manera de ganar el premio al mejor actor de teatro, como si eso fuera lo importante en la muerte.

Águila o sol

El truco de la vida es la muerte. Y nadie muere de muerte natural. Al revés, el truco de la muerte es la vida. Y nadie vive de manera natural. Las dos caras de la moneda son al fin de cuenta águila y sol. Y al aire la moneda, aún remota, queda la posibilidad de caer de canto y quedar así para beneplácito de los que nunca pierden. Por lo pronto bájele el volumen, que duermen los sueños justos, como dice el refrán. 

El hombre y su violín

Un hombre y su violín en calle República de Brasil, DF. Tendrá quizá la edad del Matusalén del nuevo siglo, como 90 años. Sus lentes muestran el cuidado del hombre sabio y su violín el amor a la música. Mientras toca una rapsodia nos mira en éxtasis como si no mirara. Y sigue con sus notas del presente que  por la rapidez es el tiempo de notas del pasado. Ignoro todo, sólo que la cámara aparece en mis manos y disparo.

La cámara

No aparece la cámara. Despierto y no está. Hago el recorrido de los últimos acontecimientos para fijar el momento en que la dejé en alguna parte. Y nada. Lo claro es que no está. Luego subo a autobuses donde encuentro a amigos que sonríen al abrazarnos. La cámara no está y tengo sueño. Duermo. Y en el sueño la cámara no se encuentra y urge despertar.

Quizá por ser mayo

A veces. Sucede a veces que me muero y despilfarro el aliento. Esto suele suceder cuando amanece sábado y no le encuentro sentido al domingo. Y es a veces que los días tienen el divino encanto de no existir. Es cuando me sumerjo en las lecturas del fin del mundo y de los enanos vaporosos que sueñan con aumentar un centímetro de estatura. Por lo demás no pasa nada de lo normal: un gato negro pasa bajo de la escalera y no es martes 13. En mi día de suerte encuentro un retrato de mi madre. Quizá por ser mayo. No le sé.

Hombre

Talló la piedra y esculpió un rostro visto en el espejo del agua. Cogió frutos y vislumbró atrapar animales con redes, palos o piedras. Enterró semillas y cosechó frutos. Supo que dejar palabras de amor y paz es bueno en la herencia para los que toman la estafeta. Sus vecinos lo mataron: era mal ejemplo al despreciar y condenar la guerra.

El ser

Conciencia tiene el ser cuando sabe de la nada. Vislumbra destinos y recorre en la memoria el pasado. Sabe que los aromas son otras versiones del polvo, y que los rostros son apenas rostros repetidos de la historia. certeza: el mejor rostro se va y se fue. Nada hay de extraño y raro en eso. No se inventa el agua tibia. Así que vive amore en el destino,  este el nuestro, que la felicidad a veces cabe en la palma de la mano. Escuchemos nuevamente el disco.