Madre en tu día

Morena mía:
Te canto Soneto a mamá y La paz de tu sonrisa. Pero deja que te cuente. Me soñé con hambre y a mi lado estabas tú, pendiente como siempre. Me serviste un platillo de frijoles con queso, la comida recurrente en mi niñez. Y me di cuenta que cerca de la estufa, estaba una olla con frijoles charros, de los que no me ofreciste ni dijiste nada. Simplemente me diste lo que me dabas cuando mi infancia. Masticaba yo los frijoles y los sentía entre duros y chiclosos, y miraba de reojo los charros. No lo entendí en el sueño. Al despertar lo entendí con claridad. Gracias, ma, por darme de esos frijoles para que no me olvide ni nunca.

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