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Mostrando entradas de junio, 2010

Silencios

Las palabras se guardan tras bambalinas en la penumbra. No es hora de salir, ni las esperan, ni desesperan. Es entonces que el silencio se oye fuerte, el vacío de palabras reclama su lugar en el espacio. Si cada palabra evoca imágenes distintas y a veces contradictorias, los silencios son las imágenes nítidas que están allí cuando no se dice nada. En el silencio reinan las palabras de la sombra, descansadas.

Palabras

Las palabras mejor dichas pasan por el pensamiento. Allí deben de pulirse para que salgan frescas, guiñadoras. Pero a veces, muchas veces, se precipitan, saltan, vengativas. Parecen como piedras con filo o espinas. Es necesario un parachoques o enfrentarlas a la sonrisa, al silencio. Es entonces que vuelven al redil, las palabras, domadas, brillantes, lindas.

Miradas

Cuando las miradas se enfrascan en el duelo, cuando lanzan rayos y centellas, cuando son dagas o espadas filosas, es necesario contar hojas de árboles en el bosque, contar hasta que duelan las palabras, y sembrar flores o tomar traguitos de miel. Las miradas son producto del entorno, de las circunstancias, del tiempo lento o rápido, de las variantes en las palabras. Pero si se trata de valorar miradas, duele más la indiferencia.

Día ciclón

Hay días así, en que la lluvia es intermitente, dura tiempo, inunda. Días en que el rayo es más que rayo y el trueno quiebra la cabeza. Y es que Dios así se manifiesta en su bondad. A las tormentas siguen los días de sol, lumínicos, poéticos.

La bufanda y el saco

No hace frío, pero me cubriré de lluvia. En la barata de siempre compran todos lo que menos urge, porque es el remate, el bajo precio. ¡Dame la bufanda y el saco!, deja meterlos a la hoguera. A mi alrededor del sueño, todos sonríen, menos yo. Yo que es el mí. Y que juntos somos el Nosotros.

El ser y estar

Ser y estar es la cuestión, de mucho atrás. Pero la orden es no filosofar. Acatado. Vivir el presente es bueno. Y somos lo que el pasado nos condujo. El futuro es el conjunto de las burbujas de jabón. Y queda la sensación de qué pasa. En ferrocarril suelen anidar las esperanzas. El ferrocarril es la imagen de salir, irse, entre los arboles y arbustos. En cada estación nueva vida. Nuevas. Noticias.

Respirar tiempo

El ritmo de la noche es vuelo de pájaro; en sueños huelo el asfalto y los caminos, y me miro diciendo adiós por la ventana. En la libreta escribo mi nombre completo para no olvidarlo y releo los poemas de mi gusto. No hay prisa para los 80, mientras respiro tiempo por si acaso.

Zoológico

Tener habilidades diversas, no sería malo: mirar desde lo alto como la jirafa; la fuerza del león; el impulso del salto de rana; la memoria -dicen- de elefante; la velocidad del conejo o el leopardo; la tranquilidad de la tortuga y la hormiga; el vuelo de la mariposa, la mirada del águila; la nobleza del caballo; la laboriosidad de las abejas; el canto de la cigarra;  digamos que la fuerza del burro. Debe ser. Eso de pensar y escribir es bueno, de algo ayuda. De pronto nadamos como pez, y el anzuelo deviene mortaja.

Zoológico

Tener habilidades diversas, no sería malo: mirar desde lo alto como la jirafa; la fuerza del león; el impulso del salto de rana; la memoria -dicen- de elefante; la velocidad del conejo o el leopardo; la tranquilidad de la tortuga y la hormiga; el vuelo de la mariposa, la mirada del águila.

Raro animal

Tuve un mico; era un bebé cuando llegó a mi. Le daba su lechita para mantenerlo sano y en crecimiento. Al verlo me veía a mi mismo. Pasaron varios años y fue creciendo. Le vi en todo su esplendor. Aprendió algo de mi, y yo aprendí algo de él. Decidí enviarlo a un zoológico, porque aprendía yo más de él que él de mi. Y me decidí a dejarlo una mañana cuando al mirarme en el espejo lo vi a él.

Miradas y silencios

Cuando la mirada penetra en lo insondable; cuando la mirada es la tinta que sin hacerse notar escribe sobre nosotros; entonces se da el milagro esperado en las noches de frío. Es un decir. Las palabras nos construyen, nos edifican. A veces bastan palabras de rayo para acabar con todo. Las palabras también se dicen en el silencio, construcción de muchos significados. Es entonces que la mirada penetra en la oscuridad abisal, como una lamparita sorda.

Ruiseñor

Domingo es azul, por uno mismo. Está en mí el canto tuyo, como de ruiseñor. Y las palabras tejidas con fineza van en mí como trayecto. En amor se detiene el tiempo. En amor todas las cosas se tiñen de color. Hoja, dulce, pastel, camisa, libro, luna, sol, pluma, sonrisa, besos. Todo  forma parte. ¿De que? Forman parte sin saberlo del transcurrir de la efímera  vida.

A la muerte de un ángel

Cóctel de vidrio molido prefieren los deudos,  arsénico doble, o cicuta, a cambio de la realidad fúnebre del presente. La muerte siempre nos acaricia, lleva la cuenta de nuestros días, se pone seria con nuestra salud, el amor y las sonrisas; sabe que su triunfo es inevitable, por eso es paciente. Un día de estos vamos a irnos. Por eso bebamos el aromático café, demos el beso del anhelo, pongámonos la camisa azul de terciopelo, el perfume que guardamos para las ocasiones especiales.  Por mi parte venga la carta, quiero leer en ella la cicuta, los vidrios molidos. Listo estoy para ordenarlos. Anulemos a la muerte, démosle vida y salud.

Saramago y Monsiváis. In memoriam

Ayer, el lusitano José Saramago; hoy nuestro Carlos Monsiváis. Debiera estar vigente, en la realidad, la novela de Saramago Las intermitencias de la muerte.

El Capitán

El Capitán anduvo mucho tiempo en tierra y en agua surca mares sin marea Algún día surcará vientos en tiempos sin memoria.

Por obra y gracia

Por obra y gracia el gusano se transforma en mariposa; el botón abre en rosa; la lluvia vuelve en vapor a las alturas; por obra y gracia la carta vuelven a escribirla a mano; el amor espera el mensaje; por obra y gracia el poema va al corazón junto con la mirada.

Moneda al río

Dejé caer una moneda de la suerte al río desde el puente. Me concentré en un deseo. La moneda entró al agua como el clavadista perfecto. Ni gota de agua salió, como si no la hubiera lanzado.

In memoriam, Saramago

Este cuaderno le debe su nacimiento, salvadas las abismales distancias, al eterno y luminoso José Saramago. Impulso vital, sus palabras motivaron que decidiera abrir este blog, y dejar aquí por escrito algunas impresiones o impresiciones del yo en el día. Mis filias y fobias, la risa beatífica de los pasos en el convento, que es el mundo terrenal.

Saramago

Saramago, gracias. Tu voz tenaz y tersa, queda grabada en los corazones de los hombres. Lloran los humildes. Su silencio milenario continuará requiriendo de tu palabra. Con un abrazo.

Instrucciones para no volar

Amarre piedras al tobillo, y repita la misma canción de moda de los 80s; cuide sus 20 mil libros y que nadie le robe uno; dibuje una flor roja con hojas verdes; y hable de  libertad y alas. Y si el cuerpo quisiera revelarse y aventurara saltos de más en lo posible, desactive el tiempo. Y repita muchas veces la mentira. Suele suceder que los vuelos son inevitables, cuando las caídas se da uno cuenta.   

Instructivo para volar a raz de tierra

Ayuda mucho la sonrisa, el saludar donde se proyecta la confianza, y vestirse luego de amarillo, que al que buen color se arrima, buena lumbre le cocina. Había el señuelo de la primitiva carne asada. El origen fue el fuego.

Fotografía en sepia

¿Una rosa esconde en sus adentros la luna? ¿Una ola lleva en su fuerza la vida? ¿Un libro contiene en sus páginas las dudas? ¿Un ser contempla el impasible futuro? ¿Un disco gira y en sus surcos contiene el pasado? En el fondo de la pared una fotografía sensual en sepia.

Fotografía en sepia

¿Una rosa esconde en sus adentros la luna? ¿Una ola lleva en su fuerza la vida? ¿Un libro contiene en sus páginas las dudas? ¿Un ser contempla el impasible futuro? ¿Un disco gira y en sus surcos contiene el pasado? En el fondo de la pared una fotografía sensual en sepia.

Leonor

Te escribiré una carta desde el parque a donde llegan los hombres de traje gris. No es raro lo que escribo, dices, mientras luna cubre mi ventana. Mañana y ayer es hoy, madre. Y el tiempo es un galimatías extraño donde de vez en vez se aparece el polvo. Un día te escribiré la carta. Y sabremos que somos parte del mismo sueño. Abro mis brazos en busca de ti, cuando sigo siendo el mismo niño y luego muchacho, de ese rumbo de Matamoros.

¿Así la luz?

El gusano al pez. El pez al hombre. El hombre a la nada. Esta a qué pasa si nada sucede. ¿Hay que esperar la luz? No. Contribuir a hacer la luz. A veces basta una palabra. Una imagen. Todo se conjuga. Y aparece la sonrisa.

Hay días así

Hay días así, de penumbra y sombra. Días como para echarlos del tiempo. Y que se larguen al fin del mundo a rumiar sus penas. Hay días en que todos los colores muestran un tono gris. Días del llanto interior. Días de la pena. Hay días en los que se van las horas en pensar y penar y darle vueltas al mismo asunto, como la rueda de noria. A esos días les suceden noches donde es rey el insomnio, para esperar un mejor día. Hay días en los que de nada sirve escribir. Y uno terco escribe.

Afanes

El afán del polvo es encarnar, convertirse en río y llegar a la mar. El afán  del pez es cantar montado en la ola. El  del viento es surfear entre las lomas y tumbar manzanas para enredarlas con el limón. El afán de la espina es penetrar. El de la carta es soportar el peso del vaivén de los hombres. Todo mundo tiene un afán. Y ha de haber el afán de afanes.

Postal

Me lleva el tren. Pueblos y montaña. Paisaje para pincel. Y la cámara fija los detalles. No hay sol. La neblina forma parte importante de la postal.

El ser y el tiempo

Ayer no estuve. Hoy aquí dibujando contornos y superficies de objetos que apenas miro. Lo real es esto: mañana no estaré. Soy apenas un cactus en el tiempo.

Postal de junio

El viento de junio arrastra hojas; el polvo hace de las suyas; las ramas de los árboles resistiendo. Y aquí y allá las miradas límpidas y las fotos del recuerdo. Bien vale la tarde una postal como de otoño.

Instrucciones para volar 2

No haga caso. Alas no son suficientes. Basta la imaginación y un poco de valor. Por ejemplo: subir al último piso de la latinoamericana, piso 44, y desde allí lanzarse. Luego cuente hasta cinco. Si no escuchó un "splot" como de costal de papas en el suelo,  entonces ya la hizo. De allí viene hacer recuento de los daños: una espinita, un corazón, dos discos, un libro. Las alas no sirven, si hay plomo en el corazón. Y nadie lo sabe, si es el caso.

Instrucciones para volar

Provéase alas, sin ellas no se puede, y jale duro en las lecturas, que es como el motor, imagine nubes y mueva los pies para que estén ligeros. Cuando sienta el aire en la cara piense en burbujas y besos, y verá como al instante se eleva. Procure el paracaídas, por si acaso las alas se derriten.