Ayer enterramos a un amigo querido. Humilde maestro de escuela. Ya jubilado. Lo mataron a mansalva. De nueve balazos. Para quitarle su carro. Nuevo. Que importa si se resistió o no. El caso es que lo mataron el 8 de mayo. Lo enterramos ayer. Entre lágrimas y aplausos. Porque era un hombre bueno; sencillo y humilde. Jugaba futbol. Y muy bien. Prefirió el destino demaestro primaria. Que el de la aventura del futbol profesional. Mas siempre jugó. Lo enterramos ayer. En el panteón de la misma comunidad a donde llegó en 1979.
A donde llegamos ese año. Él nativo de Monterrey Nuevo León. Yo de H. Matamoros Tamaulipas. Del mero norte. Y nos hicimos hermanos. Como hermanos son los amigos.
Trabajaba de taxista. Ahora jubilado de maestro. Y dondequiera lo conocían., Por maestro, por futbolista, por taxista. Se ha ido un hombre bueno. Un hombre sencillo. Un excelente ser humano.

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