Cuida
Cuida tus pasos. Hay un oasis donde refrescarte. Mas el camino es otro. De piedras o espinas. Así has de valorar cuando llegues al pequeño oasis. Cuida tus pasos. Los que siguieron los otros. Y seguirán los que vienen. Hay un tramo de oscuridad por recorrer. De allí nace la luz. El tiempo es inmanente. Indiferente a tus pasos. Cuida tus palabras. Son oro, espada, veneno. Lo que aplicas a otros te lo aplicas a ti. Cada una tiene vínculo con otra. Y funcionan como eslabones. Cada uno se entiende por él anterior. Cuidarlas es el reto. Cuida tus pensamientos. Pastorealos. Es común dejarlos al ego. O al libre salto. Y son ellos los que mueven tus ojos, tus pies, la brujula de tu camino. Dices, no los ven. Que se muevan libres. Y no. Cuídalos. Ellos te arrastran sin misericordia. Ni conciencia. Cuida lo que comes. No sólo de pan vive el hombre. Ayuno de envidias y rencores has de enfrentar mejor las estocadas de la vida. Cuida tu muerte. Ella es la del beso y abrazo de libertades. Con ellos se hace comunión en el instante.
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