Sentimos
Mi mano viaja a mil por hora. Mis manos. Y busca puerto sin arancel. Las palabras. En ese sentir del yo y lo externo. El yo y la nada. Mi piel, frontera en el universo, escribe un verso. Fruición de la existencia. Efímera además. Y aparecen disertaciones. Que pierden ante el silencio. Hablar es poner pie en la deriva. Si el capitán Cienfuegos se perdió en el mar. Y el marino aquel escuchó el canto de sirenas arrojándose al mar. Y los versos del capitán hacen vibrar la piel. Siento, solo así, pruebo que existo. A nadie a quien probar. Solo pedernal en fricción soñada para el fuego primigenio. Y desde la caverna se alza la bandera. Nace el fuego. La sombra. El escrutinio del saber.
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