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Mostrando entradas de enero, 2011

El diablito

"Pórtense bien, chamacos, porque si no se los lleva el coloradito; !el diablito!" La emoción de tenerlo en la tabla se sobrepone al miedo inculcado en el catecismo por el maligno, al poderoso rey del camino del mal. Mientras espero la siguiente carta me sambullo en las imágenes del infierno donde encuentro la alegría ficticia, risas desbordadas, brindis al por mayor; los más locos entre los locos de la literatura y de todo el arte, las joyas, los políticos, los banqueros, los galanes de la usura, los poderosos notarios y los picapleitos de juzgado, la señora de la vida pública, los de cuello blanco, los curas afectos a los niños, los saltimbanquis, la mujer araña a quien la convirtieron en animal por desobedecer a su madre, el ermitaño, las brujas de Salem, los románticos gambusinos, el jorobado, los duendes y los enanos, los piratas cojos, los que se revelaron al poder, los cruzados y los que los mandaron, los temerarios  que hicieron revoluciones e independencias, los que c...

Lotería

De niños con  la esperanza de ganar los 10 centavos puestos al corazón; bajo la bugambilia escuchábamos el cantar de las cartas y a buscarla en la tablilla y avanzar teniendo el grito en la garganta de "lotería". Eran tardes de sol. Había un pirul, un canelón, un pino y la bugambilia. Eramos ajenos a las desdichas del mundo. Nuestra vida eran los juegos, y entre ellos el de la lotería. "Pórtate bien porque si no te lleva el coloradito: ¡El diablito!

Llama

Llama la flama. Dorada y conclusa. Prestos al canto. Uno dos en ritmo. Agua fresca en la sed. Pan al respecto del hambre. Palmada en la espalda cuando la caída. Palabras de aliento cuando cunde el desaliento. Llama de flama y de llamada. Sinónimos de lo acertado. Raya permanente de pantalón o camisa planchada. Mirada que se complementa en la mirada. Surco de siembra para fijar punto de siempre. Amore seguir manual de instrucciones para el canto. Veritas dice el que en nada cree. veremos dice el ciego para sostener la esperanza. Un poco de miel por aquí, por allá, en todas partes.

Las horas

Encadenadas e inerminables, las horas siguen su ruta, sin aspavientos. Suceden cosas como brincos, sueños, nacimientos, piedras que ruedan, despedidas. De invierno a invierno caen las hojas y se renuevan en este interminable paso de sugerencias efímeras de eternidad. Los gatos siguen maullando, la bala sigue la trayectoria dirigida, la sangre derramada se levanta de un confín a otro. Bebamos agua, comamos higos y duraznos, mientras se escuchan los cantos en la Torre de Babel. Así será nuestro paso por el mundo.  Oigo voces a lo lejos que nadie emite. Las horas cabalgan serenas, sin prisa.

Gusto

De gusto a disgusto y visceversa. La sal y el limón, el sabor agridulce de las amores que matan, la dulce remolacha del hastío, el cardo de la espina, el sabor sensible ausente del agua, la ira contenida, la rabia dominada, la fresita americana, el beso remolino, la mora de la infancia, el higo traslúcido y orfebre, la lechita con vainilla, lo salobre de la lágrima, las manos con el olor augusto a tamarindo.

Olfato

El olor es la memoria del olfato. Un olor cursi de flor. El aroma atrapado en el poema. La tinta en el libro recién salido de la imprenta. La menta de los besos soñados. Las noches húmedas de plenilunio. El olor a comino y a malanga frita. Los duraznos y las guayabas. El aromoso pelo tuyo donde anfibo y se renueva siempre la esperanza. La vuelta esperada al mundo de los sueños. Hasta la vista. Nos esperemos a la vuelta de la esquina y el magnetismo marque el ritmo del futuro anidado en el presente.

Tacto

Con los ojos cerrados la mano avanza, sin orientación precisa en búsqueda de la memoria de piel. Es la mano al aire, en el espacio de la nada. Cuántas veces acomodó espigas con espinas y flores con el espejo de agua. Sólo que sea por eso el caminar a ciegas por la superficie que lleva a ninguna parte tarareando canciones que movían a lágrima viva. Las manos, la piel toda en fiesta de vida. Mundo allí te quedas cuando venga la muerte insana a derrumbar todos los sentidos. Ni la memoria llevará la piel en el ocaso.

Ojo

A ver, fue la orden. Y el ojo se lanzó al mundo como cámara biológica para captar imágenes en technicolor y en tres dimensiones. Aparece la luz que devela y vela. En la sombra se traman los planes de la luz. El ojo anduvo por habitaciones vacías, calles de provincia y capitales, en rodaje feliz de las películas de sombras en gradaciones del gris. A ver, fue la orden. Y el ojo quería sonreír, y sólo quedó un mueca como guiño de ojo. Al saberlo la mirada se rebela, que es algo muy distinto. Los ojos no son siempre o precisamente las miradas.

Oído

Oído como cesto de basura o efervescente pozo a donde llegan restos de naufragios de otras vidas. Oído como órgano insonoro en el que tintinean las mezquindades y los lamentos de lo que pudo ser, de lo que fue, de lo que nunca sucedió. Uno sucumbe ante el parlotear de chachalacas tartufas que muestran la miseria personal y se erigen en espejos para reflejar fantasmas. Uno es todo oído de los otros. Pero cambiemos de frecuencia y que se escuche la música.

Mirar

Se oculta la luna tras la nube por varios minutos y se asoma, tímida, de nuevo. Bajo la mirada. Las noticias rotundas confirman que nada hay de relación entre el amor y las miradas a la luna. Será el tema por muchos días. Con la noticia se leerán distintas cartas y poemas donde Selene cobija romances. Es raro todo esto. Escribir sobre la nada.

Bajo

Las cuerdas del bajo, graves, siempre están a la espera del, paciente, amoroso. Sus notas retumban en el corazón,  brincan por sobre las piedras,  cruzan las nubes. Al escuchar la música todos lo sienten en lo general, nadie  en lo específico. El bajo me acompaña, me espera, paciente. Y apenas unas cuantas notas puedo obtener. Esas que identifican Fue en un café. Y en el ritmo del Rockanroll unas notas simples.

Laberinto

El fauno anda en su laberinto seguro de encontrar la salida. Con su paciencia de marmota da pasos sin darse cuenta que es en circular. Lanza palabras para dejarlas como constancia de que ese camino ya lo ha recorrido. Y sigue disperso con la seguridad de lo gris, de lo muelle.

Desacato 2

Si dicen por arriba busco la manera de ir abajo. Si dicen salta, trato de quedarme sin mover. A veces piden que calle, y entonces se me revelan  las palabras. O dicen no vayas. Y voy aunque luego venga. Es raro en mi. No es que entienda las ordenes al revés. Sino que he desconfiado del que trata de imponerme cosas. ¿Acaso seré yo mismo? A veces me dicen improvisa y entonces saco de mi ser lo que tengo escrito y lo digo de memoria. Y me dicen también prepárate, que mañana hablas tú. Y al día siguiente me pierdo en los caminos del laberinto. Algo hay en mi que se revela y desacato todo.

Discurso

Más que los libros, la mirada. Más que los poemas, caminar al lado. Más que las cartas, las palabras dichas. Más que las hojas en blanco, los árboles con su sombra. Más que las canciones, lo que se vive en las canciones. Más que el verso el beso. Más que el mullido colchón, el buen sueño reparador. He dicho.

Perdón

Palabras, perdón. Por el exabrupto, la herejía dicha de que las palabras las lleve el viento y que termine todo, que nada se escriba ni diga. Mil veces perdón. Somos palabras, barro y palabras, con lo que hemos construido las imágenes que nos mueven. La palabra es la reina y el poema, que aquí es pleonasmo. Poesía y mujer con sombrero y sonrisa. A las palabras sí la referencia, y que se siga escribiendo sobre luna, besos, perfume, flor.

Al viento

Si las palabras las lleva el viento, entonces que no se digan ni escriban, que no se expongan ni en los oídos ni en el foro; que no quede rastro de sonidos inteligibles, ordenados y lógicos, no más discursos ni cuentos. Que se lo lleve todo el viento, incluidas las onomatopeyas, la música, el polvo que representó vida, las cartas de la baraja y las cartas de amores. Al viento todo, huracanado o de brisa suave. A fin de cuentas cuando la hoja iba arrastrada sólo tomamos la fotografía y el apunte.  Eso es todo. Al viento.

Me pregunto

Me pregunto si escribir tiene sentido mientras en río seco los animales con sed buscan sombra de tanto sol. El mar es tragado de un sólo sorbo por los dioses. ¿Tendrá sentido escribir palabras que aparecen al azar como vano intento de justificar el día? Para qué escribir cuando en guerra comercian con dolor, trafican pieles, respetan con caravanas al ladrón y asesinos. Rostros adustos, señeros, rampantes, simuladores en lo sacro, afanados en el oro, avanzan firmes a costa de lanzar piedras contra lo que se mueva. Mientras el sauce llora triste son preguntas que me hago.

Se busca

Se busca alguien que sauce escriba en esta área ideas en base a propio sentimiento para comerciarlo a cambio de monedas de chocolate. Deberá de hacerlo a diario buscando impactar con la sonrisa sin el guiño. Abstenerse charlatanes del perifoneo y oradores de feria. Se busca a quien escriba con  dedos de frente y la mano apretada. Que no busque pretextos para dejar la hoja en blanco ni utilice palabras de pirotecnia. No escribir flor, perfume, ni luna o besos. Abstenerse de palabras cursi o técnicas. Se busca. Se busca.