Ojo

A ver, fue la orden. Y el ojo se lanzó al mundo como cámara biológica para captar imágenes en technicolor y en tres dimensiones. Aparece la luz que devela y vela. En la sombra se traman los planes de la luz. El ojo anduvo por habitaciones vacías, calles de provincia y capitales, en rodaje feliz de las películas de sombras en gradaciones del gris. A ver, fue la orden. Y el ojo quería sonreír, y sólo quedó un mueca como guiño de ojo. Al saberlo la mirada se rebela, que es algo muy distinto. Los ojos no son siempre o precisamente las miradas.

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