Oído

Oído como cesto de basura o efervescente pozo a donde llegan restos de naufragios de otras vidas. Oído como órgano insonoro en el que tintinean las mezquindades y los lamentos de lo que pudo ser, de lo que fue, de lo que nunca sucedió. Uno sucumbe ante el parlotear de chachalacas tartufas que muestran la miseria personal y se erigen en espejos para reflejar fantasmas. Uno es todo oído de los otros. Pero cambiemos de frecuencia y que se escuche la música.

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