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Mostrando entradas de abril, 2018

Si es posible, lo sea

Si es posible, lo sea. Maduran los higos del patio de la casa. De a poquito. Sentimos su dulzor. Y el aire sigue tumbando las hojas secas de los árboles. Los sueños siguen siendo los mismos. El espacio de encontrarnos. Transparentes y lúcidos.

Otro espejo

Me asimé al espejo. Y l ir vi fue el rostro de mi Pdte. Cómo llegó haya allí. No lo sé. Solo sé que era él que me miran con sus ojos fijos. Como tratando de entender. Lo mismo hice ello. Para descubrir el truco. Era él. En la edad que ahora yo tengo. O en la edad que él tenía cuando coincidimos.

Domingo

El domingo gratifica. Siempre dispuesto a poner al frente lo sencillo. Un poco de rocío para las flores y el pasto. Brilla con su claridad y ya huele a café. Todos los días gratifican también. Mas el domingo  lo hace de distinta manera. La soledad creativa. Donde vuelas. La compañía de la amistad y entonces las palabras y las risas. El pendiente de semana. Un poco de agua para el pasto. El domingo gratifica por la alegría de vivir. Y traer al recuerdo la dicha de la soledad encontrada. Uno el domingo intenta hacer lo que quiere. La guitarra siempre disponible para evocar recuerdos.Y damos rienda al colibrí de la imaginación. El domingo construyo alas de cartón por si se necesitan. El domingo abrimos los brazos para encontrarnos. Porque sé que estás en todo lugar.

La poesía

La poesía no está escriturada a nadie. Muchos se la adjudican en propiedad. Y en oropel fijan sus nombres.Y ha cedido ese espacio por descuido. Honrados muchos. Otros menos. Fluyen versos con chispas de soldar. Y otros afelpados con musgo húmedo por las mañanas. La poseía. Se poseían. Y saltaban chispas en el roce. Poseídos con muerte chiquita, acomodadas a nadie. No existía más en la penumbra. Que solo la luz del roce y las miradas. La poesía entró en cadáveres exquisitos. Las despedidas. Se metió por callejones oscuros. Y anduvo ilesa por un tiempo, soberbia generala. Y entró a bares de bohemia. Desnudos cuerpos y humo. La habían secuestrado para los altares y cenáculos. Clubes de golf. Y de poetas. Donde solo se leían entre ellos. Y se echaban flores en nobles sortilegios. Ditirambos para usted y para mí. A contracorriente. Obras completas, dijo, guardadas en polvo  receptivo. La poesía poseía. Y de esos encantos miles, aparecieron los suspiros. Eres tú. Yo, nosotros. A veces toco a

Se va la vida

Se va la vida entre decires. Decretos. Leyes. Miras el vasto universo. La parte que vead más lo que imaginas. Y te quedas atónito. La vida misma. El enlace de los contrarios. El tierno afán de  de la memoria. Fruto. Por torcer  el tiempo en el polvo. Se va la vida entre los autos y los hábitos. Entre noticias de guerra por La Paz. Y mensajes buenos de esperanza. En las prisas por condecoraciones. Lucro. Consumo. Las risas, amistad, discusiones por política, religión y partidos de soccer. Se va la vida entre nacimientos, bodas y muertes. Las hadas y musas hacen su parte para aligerar la carga. Y la creación es un muñeco de cuerda. Canciones de amor en serenata. Caña de pescar con anzuelo y carnada. El amor. La guerra. Indiferencia. Palabras más palabras. Lagrimas de cocodrilo. Ave como Eva. Un sueño. Ilusiones. A la espera de llegar a Itaca. De escuchar el canto de sirenas. A vivir como personaje de película. Mientras se va la vida. Abro la ventana y entra aire fresco. Carta de amigo. U

Albricias

Albricias. La soledad es creativa.  Conduce por vericuetos de la imaginación. Un café con soliloquio. Y a grabar la escena. Aparte de lo ridiculo, que más hace el individuo solo. Brinca en un pie. Gesticula. Y camina como detective privado. Canta. La ópera no es tan difícil. Tra la la. Enciende un libro en llamas. Soledad. Y se escapa por la ventana. La noche es un susurro. El día es la algarabía. Asomado por la ventana pronuncia un nombre. Uno solo. A veces dos. Y el suspiro le acompaña. Un perro y las flores del pequeño jardín. La soledad es creativa. Sueñas que sueñas. Viajas a la luna. Y caminas sublime en la pista del circo. De pronto oyes la lluvia. No eres tú. Es el espejo.

Un nuevo dia

Un nuevo día es ya de por sí ganancia. Esa luz y transparencia. Las palabras, las sonrisas. Estar en el devenir del tiempo. Estar en lo que ayer dijimos porvenir. Y ser testigos del rocío  en el pasto. Del botón de flor que abre. Y lograr captar la energía de la sonrisa. Del deseo de que sea bueno el día. La noche. Saborear el té, el café y las miradas. El tiempo se desliza suave. Nos va acercando a la última estación. Y el alma ríe de gozo por ser testigos de nuevo. Ante mí los colores y formas. Las notas musicales de los pájaros. La nube viajera que presume de agua. Buenos días. Digo. Y las hojas de los árboles y las plantas enfatizan el verde como alegrándose también del nuevo día. La alegría de vida pasó por el mercado. La Escuela. La cocina. La oficial na. Y la vida sigue su marcha. Hasta entonces. Buen día. La Manzana.

Se fue la vida

Se fue la vida como suma de días sin pensarlo. Se fueron acumulando los fines de semana. Y quedó  el registro de jornadas de trabajo. Horas de vacíos desencantos. Discusiones sin fin. Reflexiones para saber las reales y verdaderas razones de la vida. Amores valerosos y gentiles. . Garzas en un solo pie. Se fue nuestro tiempo asomándonos al reloj, viendo en el espejo una nueva raya al tigre. Y el hastío de esperar lo que nunca llegó. El poema subrayado en el libro viejo. Borrador de cartas sin destinatario. Teléfono callado. Bien, a otra cosa mariposa. Dos con el azar.

Cuando nos encontrémonos

Cuando nos encontremos será todo distinto. Otro rostro. Otra piel muy diferente. Y acaso la misma luz de la sonrisa. Las palabras irán en otro idioma.  Seremos los mismos siendo otros. El pasado será apenas una referencia, un pozo de agua. Y el futuro  no será más motivo de ocupaciones estériles. Es seguro que nos encontremos. La vida y la muerte requieren otro concepto. El de la belleza y el juego. El sino de la luz de las miradas. Y la palabra abriendo otro horizonte. Somos flecha encendida. Polvo de agua. Y hemos de encontrarnos. Madre. Padre. Amigos. Rosa de los vientos.

En la página de un libro

Nos encontramos. Como en sueños. Hechos de palabras. Con esa lógica que empieza por la sonrisa. Sin detenernos a pensar sobre pasado o futuro. Es común buscar señales. Relacionar el zapato con el camino. Una piedra preciosa con la luz. Una moneda con la oscuridad. Es común buscarle sentido a lo que sucede en sueños. De un tiempo a otro. De un lugar a otro. Nos hemos encontrado otras veces. Unos versos escritos en hojas de papel amarillentas. Un recado donde ponemos la vida. Y el mejor perfume de nuestros años. Ahora es distinto. La experiencia que nos hace caminar a mi manera. Observadores de lo que no veíamos antes. El tiempo cursi se acomoda a los momentos cursis. Los matices en lo blanco y negro que antes nos pasaba de largo. Aquí andamos. Cabalgando en sueños. El mismo potro de la alegría. Como cuando niños. Ahora un poco lentos. Para escribir otras historias. De nosotros mismos. Nos hemos encontrado en la página de un libro. Como entre sueños.

Murió

Murió. Lo sorprendió la muerte en sueños. Pero como la vida es un sueño, también murió en sueños. Y los sueños, sueños son.

De rutina en rutina

Antes de morir hizo recuento de su larga vida. Alguna flor, su olor. Algún camino. Una ciudad plugiente, a veces complaciente. Ripios. Sueños cumplidos solo en sueños. Alforjas con papeles blancos. Sonrisa de piedra. El amor a la naturaleza. Y pereza. Al fin la conclusión: de prisa en prisa. De rutina en rutina. Y murió. Era un sueño, como la vida misma.

Las piedras ruedan

La montaña no detiene al viento. Ni las  fronteras. Así las piedras ruedan. Y tarde que temprano se encuentran. No es necesario búsqueda. Ni desesperación. Como un ritual de vida. Una mañanita azul. O tarde de borrasca. Frente a frente enfrentan su destino. La vida no se detiene. La muerte va a nueva vida. El viente hace las travesuras. Desata lo atado. Hace crujir los clavos. Y despeina. Las nobles piedras acuden a la cita del tiempo. Una ves en la calle Piedra, por ejemplo. Otras en las veredas de polvo y silvestre flor. Más aún allí en la tienda de libros de viejo. En el supermercado. Y regresa el tiempo. Ese que limita y modifica. Y las piedras rodando se encuentran. Es el azar que juega a desplegarse distinto. Son los dados a la mesa sin destino. Soñé anoche. Y registré los hechos de izquierda a derecha. Imágenes en negativo. Para dejar constancia en las revelaciones.

Ahora duermo

Ahora duermo. No molestar. La vida es una broma. La vida es la realidad. Los sueños vienen a ser el registro. del anhelo. De lo que no pudo ser. De lo que no será.  Duermo y todo sigue tal cual. El ánimo rabioso. El ánimo de amar. La canción guardada en el diván. Como viajar sin moverte de lugar. Dormir es un ensayo de la muerte. La dichosa. La desternillante risa. La de la eterna sonrisa. Dormir es guardar por momentos el corazón. Guardar en un cofre las palabras. Y que la imaginación en sueños escriba su propia historia. Dormir es volar. Ahora vuelo. Ahora sueño. Duermo.

Flor silvestre

Desde lejos la vi. Yo iba en el camino. Sinuoso y con subidas. Angosto. De terracería y polvo. Cuando a lo lejos vi algo rojo -de una brevedad absoluta- que me hacía un guiño. Un milagro, dije yo. Belleza total. Motivo suficiente de parar. Y ya mas cerca la vi. Era una flor de pasionario rojo. Bruñida por el sol. Y como que sonreía y quería cantar. Estaba en su plenitud. Fuerte el sol de mediodía, me ofrecí a llevarla. Mas la tenía que cortar. Me dijo que no. Que otra vez será. Destacaba ella entre la inmensidad de lo verde. El amor es circunstancial. Sus pétalos se movían al compás del viento. El amor es de neón.  Y le pude hablar. Conversamos de que va a morir. La belleza y vida de la flor es efímera. Usted también, me contestó. Dos o tres días vas a durar, le argumenté. El amor es menos que razón de ser. Sutil me respondió: tú vivirás apenas algo más. No supe que decir. El amor es la señal. Flor silvestre. Encontrada en el camino. Y la tuve que dejar.

Convivir con un muerto

La rara sensación de haber convivido con un muerto. Vivo y en vida. No en sueños. En la realidad. Como si platicaras con una persona. Anécdotas, recuerdos, chistes. El viento alborota su cabello. Y luego lo platicas. Y te responden ¿y cómo? Si esa persona tiene dos años que murió. Para volverse loco y no es un sueño. Algo así sentí ayer. Tenía quince días de estar viendo casi a diario antes de dormir fragmentos o shows completos o entrevistas en televisión de Les Luthiers. El grupo argentino de humor, cosas raras y música. Un grupo ya de medio siglo. Y me encantó el trabajo de cada uno de ellos. Me encanta. E identifiqué a Daniel Rabinovich como uno de sus líderes. Y decía, ví entrevistas en grupo y luego en individual. Y apenas ayer me enteré de que ya estaba muerto cuando lo vi. Y disfruté mucho sus hilarantes actuaciones  Murió en agosto de 2015. Así somos finalmente. Polvo entre polvos.

Vencidos

Uno se hace preguntas desde la noria. Desde la oscuridad. No hay datos escritos. Hemos perdido la batalla cien mil veces. Desde aquellos verdes campos, ahora páramos. Desde las oscuras minas. Desde la oscuridad en la caverna. Hacemos cuentas con los dedos. Los días se escapan. Jugamos la suerte a los dados.  No aparece ninguno de ellos en el registro como triunfo. Lo hemos supeditado para que no crezca el ego. Para mantenernos en la realidad. Garantía para lo perplejo. Los vencedores han sido los otros. Los disciplinados. Los bien portados. Los que siguen reglas. Los abusados. Los que controlan la ira y tienen doble cara. Los vencidos han vencido al triunfo. A esa algarabía fofa que se transforma en miedo al tiempo. La belleza ama lo mismo el triunfo que la derrota. A la belleza le es indiferente el espejo. Dos monedas al azar. "Por la manchega llanura. Se alcanza a ver la figura..."

La búsqueda

¿Qué buscas? Pregunta. Y uno queda en silencio. A diario esperas buscar preguntas para respuestas que no hay. O buscas respuestas para preguntas no hechas.  Las aves cantan muy de mañanita. Para despertar el día. Para que amanezca. Ánimas. Y el día se desliza suave. Como fantasma entre fantasmas. Uno es el mar con su rumor de olas. Uno es la palabra aún en el silencio. Buscamos paz, amor, dicha. Buscamos café o un cigarrillo. O canciones viejas. Buscamos retratos. Espejos complacientes. Una sopa de letras. La palabra se revela o rebela. O nos deja colgados en las horas más lentas. ¿Qué buscas? Se repite la pregunta. Urgen respuestas. Busco la aguja del pajar o a Dios. Que son lo mismo. Todo es movimiento. Cambio.

Instrucciones para no morir

Manual de usuario. Instrucciones para no morir. Respire mucho. Lo más que pueda. La vida se sostiene en el respiro. Y el plus es el suspiro. Respire y suspire. Es ya un adelanto.Y reir. Doctórate en reír. Se te asegura que no mueres. Junto a ello lee poemas. Mucho poemas. Aún sin entenderlos. La vida humana no se comprende sin la poesía. Que es belleza. Lo que hagas es bueno. Nunca suficiente. Respira siempre. Vendrán historias de miedo. Y prácticas del miedo. Eso cualquiera. Pero lo tuyo para vivir es respirar. No lo olvides. Suspirar es anhelar el universo.

Instrucciones para seguir en la caverna

Manual de usuario. Instrucciones para seguir en la caverna. Cierre los ojos. La oscuridad es la misma que con los ojos abiertos. Nos hemos acostumbrado a la oscuridad que creemos ver. Y nos ofrecemos expertos de saber todo desde la oscuridad. Y es cierto. Todo sucede alrededor. Y sentimos el movimiento. Los buenos deseos. La nada como bandera oscura o gris. Al cerrar los ojos disfrute la música de fondo. Imagine los colores, la luz. Hay una luz oscura que no se percibe. Donde el yo está más que seguro en sus afirmaciones. Nos hemos encontrado donde nos perdimos. Es nuestro confort. El asilo del pensamiento piedra. Felices y contentos en la caverna. Nuestro huevo. Origen y destino.

Instrucciones para salir de la caverna

Platón. Todos vivimos en una caverna. Y miramos en la oscuridad las sombras de lo que somos. Sombras entre sombras. La caverna, nuestro origen y destino. Mas un buen día un hombre (o mujer) caminó hacia la entrada de la caverna y se encontró de lleno con la luz. Se dio cuenta que la realidad es revelada por la luz, lo que permite mirar objetos con su forma, textura y color. El mundo real. No las imágenes entre sombras. Y al volver y tratar de convencer a sus congéneres sobre que viven equivocadamente en las sombras. Y creen eso normal. Y que afuera está todo iluminado. Lo tildan de loco. La instrucción es breve: háganle caso. Realmente háganle caso. No tengáis miedo. Afuera de la caverna (sede de intolerancia, fanatismo, ira, dolo, indiferencia, odio) está la luz.

Instrucciones para encontrarte

Ayuda a encontrarse el espejo. Mas no es lo real. Enfoca en fotoshop y no lo creemos. La imagen, refiero. la mentira sí. Es mejor quedarte solo y dialogar contigo mismo. Asomarte al pozo de agua y recordar el origen. La tierra baldía. Húmeda o seca. No ayuda el árbol genealógico. Encontramos raros nombres. O fotos plomizas. De alguien que fue bisabuelo o padre. Y las ramas de donde provenimos. Algo ayuda. Mas no es suficiente. Quédate solo. Un año o dos. Come solo lo necesario. Y que la luz te de de vez en cuando. Toma papel para cubrirte. Y de cabecera un libro. Justo es aprender por ósmosis luego del pesado esfuerzo por años. Baila en un pie. Riega las plantas secas hasta que reverdezcan. Algo hay de cierto en el nombre. Esa sonrisa que a veces nos encontramos en ríos o playas. O en el supermercado. La mirada nos identifica. Para encontrarte basta saber que no eras y no serás. Y poco a poco se aleja el concepto del ser, por lo de fuiste.

Despertar

Despertar no siempre es andar con los ojos abiertos. Es lograr mirar la limpidez del aire. Es asomarse a los ojos de los otros. Y es aprender a leer las circunstancias. Despertar es no esperar nada de nadie. Sino sembrar. Siempre sembrar. Afectos, palabras, frutos. Es andar con la mente abierta para comprender a otros, comprender el poema, la palabra, las intenciones. Por eso es necesario soñar. Soñar de a deveras con un mundo mejor. Nada por nosotros. Sino por los otros. Al fin de cuentas morir es vivir. Mientras tanto sucedemos en el tiempo y el espacio. Los tantos libros es uno solo. El que tenemos como pájaro volando que miles en las manos. Uno despierta cuando sueña. Cuando vislumbra un mundo mejor. Y andando que llevamos prisa.

Ahora voy a dormir

Ahora voy a dormir. Me adentraré en esos parajes inciertos. Ensayo de la breve muerte. En lo oscuro rondaré lugares por donde quiero. Y también lugares donde habita el olvido. En sueños aparecen lugares y personas del olvido. Que por lo mismo al despertar no recuerdo. Luces de bengala en blanco y negro. Y las fotos de los padres y abuelos en sepia. Dormir es arrullar la luna. Es comprender al universo. Y dejar fluir el hilo del tiempo. Dormir es morir en conciencia que hay otra mundo más bonito. Y el diluvio aparece en humedades sentidas. Al despertar te cercioras. Que el mundo es así como lo pintan. Y que hay otros mundos que nos habitan.

La luna

A veces la luna me deja en visto. Solo a veces. Y se va entre nubes cobijada. Yo espero. De día, blanca entre lo azul del cielo. La miro reflejada en el pozo de agua. Hay un pozo de agua. Y ya en la noche me paso admirándola. Aún así me deja en visto. Los domingos juego lotería. Y busco la tabla que lleve luna. Y va con diablo. Borracho. Y valiente. Grito lotería. Solo sí. Es bueno jugar lotería. En solitario es todo un truco. Pero hablo de la luna. La noche oscura o gris. Entre la neblina rotunda por lo cerrada. La luna destaca. Desde este lado yo también la miro.

La estrella

¿Miras aquella estrella? Una u otras a años luz de distancia. Así las he visto. Las vi. El asunto es simple: no existen. Han desaparecido hace  miles, o cientos de miles de años. Y solo nos llega la imagen de lo que fueron. Las admiramos y amamos porque existieron. La hoja del árbol es real, Y el lápiz. Lo mismo la sonrisa. La estrella no. Y sin embargo transitamos la vida a imagen y semejanza de lo que ya no es y fue. La expresión "Todo el tiempo" es un vano intento del hombre por abarcar todo. Y no es más que un pobrísimo intento. Todo ese tiempo del que habla es apenas una parte ínfima. Es su vida. Efímera por demás. La nada ante la inmensidad de lo que ha sido, lo que es y será tiempo y espacio. Mas coincidir es la clave vital. A veces intento detener el tiempo. ¡Alto allí! Y a veces lo logro. Como ahorita.

Filosofía

Los mismos niños llegan. Los de siempre. A preguntar sobre la tarea que les pide la maestra. Se acercan juguetones, sonrientes. El tema ahora es la filosofía. Me dicen. Yo me hago como que no escuché bien la palabra. Valga mi respuesta. Sin que tomen apuntes.  ¿Para qué preguntan? ¿Quién pregunta? ¿Están vivos o muertos? ¿Qué es la vida? Y me puse a contarles de las estrellas. Del giro de la tierra. De los sonidos y del viento. Del fuego y del agua. Del pez. Nunca olviden el gran pez. Ellos miraban y escuchaban absortos. Como si hablara otro idioma. Que apenas ellos iban conociendo. Yo esperaba otras preguntas. Y partía de lo que preguntaban para responder y hacer otras. Sobre el mito de la caverna de Platón y la luz exterior. Sobre el amor y el odio. Sobre la amistad. La soledad. Las palabras. Hagan la misma pregunta sin palabras. Y jugamos a preguntar con señas. Les invité agua simple. Y un poco de fruta. Lo que hicimos fue filosofar. Preguntarnos razones sobre sus inquietudes y anhe

Instrucciones para vivir

Respira profundo cada vez que puedas. Como si escribieras o leyeras un poema. A plenitud el suspiro, cuando se presente. Y sin pena. Suma muchos suspiros en la vida. Son imprescindibles, más que necesarios. Cierra los ojos. Y trata de mirar. Es necesario aprender a mirar con los ojos cerrados. Confía más en los confiables. Y piensa en postivo la mayoría de las veces. De vez en cuando pensar en negativo y expresarlo. Ciorán es especialista en ello. Búscalo. Aprende de él. Y cuida la flor. Cuídala mucho. Lo dulce no lo valorarás sin lo amargo. Son dos caras de la vida. De la moneda. Que la oscuridad no te nuble, ni la luz te ciegue. Ama hasta que duela. Da hasta que duela. Sirve hasta que duela. Sin dolor nada es visible ni posible. Y no dejes de respirar. Ni de juego.

Sentido de vida

No hay único sentido de vida para todos. Único e indestructible. Cada quien, en lo cada cual. A veces es el amor que une. Mas no se puede generalizar. Sin embargo es necesario buscarle sentido a la vida. Para que tenga chiste transitar en este Valle. El tiempo correspondiente. El mar anda entre lo transparente y azul. Y el pez se ahoga entre la contaminación. O por ser sacado del agua. Anzuelo y carnada. Se dice que el amor es a la vez carnada y anzuelo para el hombre. El caso es el sentido. Encontrarle sentido. A esa colección de apuntes o guitarras. Esos libros de viejo se acumulan. Estampitas o monedas. He viajado en las ideas. No sé. Algo que entretenga antes de dormir. Y que al dormir eleve el sueño. Amor por las pequeñas cosas. Por la sonrisa interminable. Los guiños. Duele la vida. Con ese dolor de saberse lejos. Y el adiós sentado cómodo en el tren de la ausencia. Primera clase. No escribas un libro. No plantes un árbol. No tengas un hijo. O lo contrario. Mas reír ayuda mucho.

Instrucciones para desenamorarte.

Tome un libro y té. No funciona mucho, pero es el inicio. Café no, porque inhibe el sueño. Ese maligno hábito de querer ver todo desde nuestro color del cristal. Aquí no funciona el dicho de piensa mal y acertarás. Al contrario, piensa bien. No hay mal que por peor venga. Ahonda pensar en los defectos. Esa manera egoísta de ver las cosas. Esa manera extrema de solo sé que no sé. Ayuda mucho la práctica de yoga y música de piano. Ritos suaves del bien respirar. No es el aire. Para desenamorarte basta pensar en la vastedad del universo. Lo efímero de la vida. Son de muerte. Y aprender a quitar lo plomo de los pies.

Instrucciones para enamorarte

Buscaba un manual. Me dijeron que lo hay. Que a veces en los libros de viejo. O en los puestos de la esquina. O audio libro. Un mamotreto donde vienen instrucciones de la a la z para enamorarte y ser feliz. Buscaba y no. Como al azar. Como si de protno estuviera allí, resplandeciente. A la mano. Y preguntar su precio. Y barato o regalado. En copias, Y paso a paso llevarte de la mano. Y no me lo he encontrado. Y tampoco he preguntado por él. Quizá no exista. Mientras tanto busco en la poesía. O la música. Esa paz que solo la flor da. Mientras camino me asomo a solares vacíos. A las casas viejas. Y encuentro razones para encontrarle sentido. A este deambular permanente. Detalles que jamás imaginé. Me asomo a mí mismo. Y brota humedad.

El tren de la ausencia

Se ha ido el tren. El de la ausencia. Qee viene y va. Y nos lleva, cuando es necesario. Como ayer, ahora, como mañana. Y habrá entonces el tren de la presencia. Fugaz. La felicidad es una chispa que a veces llega a flama. No siempre. Por eso viene y va el tren de la ausencia. Para que se acomode todo. Lo humano y divino. Esa mezcla de terrenal y celeste.

Las preguntas

¿Que somos? Agrada coincidir en la filosofía. El qué, cómo, a dónde, y el para qué de la existencia. ¿Que hora es? Vagamos en el tiempo. Infinito. Donde entramos en el arribo, y a donde iremos en función del tiempo, el polvo, la nada. ¿Estudias o trabajas? Mientras la música nos mueve. Un vals. El salón es amplio. Las miradas indiscretas. La vida como baile o vaivén. En un ritmo de percusiones y repercusiones del corazón. ¿Qué lees? Cierro el libro para concentrarme en la pregunta. Todo un tratado de economía política, los costos. Iba en un autobús. Por horas. Yo leía un libro grueso de pastas negras. Llegamos. Eran cuentos de ficción, sexo y terror. Una señora de edad se despide. "Me da gusto que usted viniera durante el viaje leyendo la biblia". Me dijo con rostro de satisfacción. ¿A donde vamos? Y divago sobre Itaca, la isla griega, páramo, desierto,  nada que ofrecernos. El viaje fue lo importante, la vida misma. En la radio se escucha ¿Qué será de tí?Pared que se levanta

La propiedad privada

Cliente de la usura. Con sueños de mercado. Cosa en sí, mercancía de mercancías. Vendo, compro. Me muevo en función de la oferta y la demanda. Tiempo es oro. El tiempo que dedico lo valoro en inversión monetaria.  Invierto para ganar. Tengo mis negocios incluyendo las apuestas,  la lotería nacional. Para soñar en lo posible. La ingenuidad. Intereses personales. La herencia en línea de sangre. El matrimonio, baluarte de la propiedad privada. Garante. Privaticemos agua y atmósfera. Mares. Los mejores precios. Empeño fácil. Tengo a la mano todo. Para medir costos y ganancias. Invierto en función de lo mío. Soy yo. Primero yo. Luego yo. Lo demás va en segundo término. La palabra más importante es mía. Tengo, luego existo. EL amor es punto y aparte. La amistad la considero. Luego. Esta tarde vi llover. Pájaros cantar. Que desperdicio. Todo ello gratis.

El Estado

Confieso que he soñado. No es justa la Sociedad protectora de animales. Se rebelan hormigas y cucarachas. Defienden solo a perros y gatos y otros. Y todos somos creación del creador. Su ideólogo de cabecera les lee en mitin Metamorfosis. Gregorio Samsa despierta convertido en escarabajo. Tienen sus rutas conocidas para el escape necesario. Túneles entre la tubería. Y las juntas en la madera. Las esquinas.  Encuentran al comején. Y se alían. Aún con sus diferencias. Canta Silvio en medio de la tropa. Yo me muero como viví. Como viví. De pronto a correr. La seguridad se impone. Fumigadores Sociedad anónima, empresa privada bajo contrato. Gas. Un amasijo de cuerpecillos de plasticarne en el suelo. Algunos escapan. Campo kafkiano. Nada consignan los diarios. Ganan portada el clima, la lotería nacional y los espectáculos.

La familia

La familia de palabras. Hambre, hombre, hombro, hembra. Con nombre propio cada uno de los integrantes. Las palabras tienen vida propia. Y se escapan cuando las necesitas. Caprichosas. Dicharacheras. Festivas. Las palabras son mi destino y el tuyo también. Fuente de pequeñeces y grandezas. El silencio tiene también las palabras propias. Nadie las pronuncia. El mensaje radica en la mirada y la sangre.

Me he perdido (2)

Me he perdido en las prisas y en las rutinas. En el largo divagar para dar excusas y pretextos. En los buenos modales. La prudencia de quedarse callado. En los asegunes. En los zaguanes. Las escaleras. En las reuniones por protocolo. Incluidas las familiares. Me he perdido en los sepelios. A donde busco cobijo entre los nombres y las fechas de las tumbas. En las fiestas. En las palabras sin sentido. En las miradas. A veces busco recuerdos que me regresen a mí mismo. Me asomo a mi interior. Bosquejos de lo que fui. Lo que buscaba ser. Fotografías con imágenes en sepia. De un niño. De un joven. De un viejo. Todos ellos con mi nombre y apellidos. Con otros nombres me identifico. Con vacíos existensiales. Con filosofías donde están las explicaciones sobre el individuo. Este. Aquel. Hombre y mujer. Y un destino que nadie nombra. Un cielo. Un universo. La soledad extrema. La tanta compañía. A veces voy al circo. Y río a mandíbula batiente. Soy yo mismo. En búsqueda con la sospecha de ser otr

Me he perdido

Me he perdido en la noche, en el día, en la infancia. En el infinito del tiempo. En los caminos que van a ninguna parte. Y creo encontrarme a veces en el espejo, ajedrez del tiempo. Y me doy cuenta que voy perdiendo la partida. Me he perdido en un laberinto de palabras. Carne. Ojo. hueso. Me riñe el reloj. Me define el horario. Me he perdido en los gritos y en el silencio. Vago sin reconocer caminos. Calles. Ciudades. Nombran al que no soy yo. Corre otro tiempo. En los pase de lista ningún papel tiene mi nombre. "Le han nombrado en otro lugar. En otro tiempo". Me aseguran. Y yo digo "gracias". Sin tener referencia del destino. Pido jugo de naranja. Me sirven agua simple. Por su bien. Aducen. Y me canso de andar perdido. A veces creo encontrarme. Y es cuando duermo para soñar historias. Y a veces es donde nos encontramos.

Abril

Abril aparece verosímil. Espejo de otros momentos. Sobre todo por la lluvia y los recuerdos. La luna anoche plena hoy lo mismo. La guitarra con los versos de rutina. Campo verde. Arbol viejo. Y el sol escondido. La nube gris se enseñorea. La vida pasa como un sueño y huracán. Todo azul y gris. La guitarra me acompaña. Hace menos febril el día. Es abril. La vida se renueva. Domingo de resurrección. A la vida nueva, invitados todos. Abril en el eterno retorno. Mientras tanto el día y la noche. Y el día.