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Mostrando entradas de abril, 2020

Aun hay tiempo

Aún hay tiempo para el juego. Para subirte al árbol, ten cuidado. Para esconderte y te busquen de recompensa un beso. Dí dónde. Jugar con palabras es bueno. Son elásticas, permiten doblarla para darles otro sentido. Tiempo para la sonrisa permanente, aunque duelan los maceteros. Tiempo del vals de la vida. Recuerda de niño la enramada de feria, el beso de feria, los caballitos de feria. Hay tiempo aun para los canales de tierra, los carritos de plástico, la muñeca y los soldados de plomo.

Días de reposo

Como si el doctor nos recetara días de reposo. Sí, el doctor de todos. El que todo lo sabe, y que su consultorio es todas partes y todo lugar. Reposo de cuerpo y alma. Para descansar de la prisa, del apuro. De los horarios. Del no tengo tiempo para asomarte a tu cuerpo y auscultarte. Del tiempo para la recreación y hacer del pan que más te gusta. Tiempo para escribir la carta que te sane. Y el texto que sirva de oración, y describas el sueño de inspiración. Reposo para el animal y las plantas, para la naturaleza toda. Para que el respiro fuera cada vez más natural y de aire saludable. Para que volviera el azul a las playas. Reposo al al alma para que sueñe. Para que vuele.

Tiempo de ver

Tiempo de ver. De escudriñar con la mirada la danza de las luces. Sin quedarnos allí en lo cambiante de las curvas y rectas.

Tiempo de oír

Tiempo de oír. De oírnos. De poner atención a los sonidos y a los silencios. Lo que nos dicen y lo que no. El hombre, los animales, las plantas. La naturaleza toda habla por sus colores, por sus tormentas. Esa lluvia frenetica o llovizna. Ese despertar de los volcanes. Esos sacudimientos de la tierra. Todo es mensaje que nunca oímos. No es aquí. No es conmigo. Como si tuviéramos otro lugar a dónde irnos. Las plantas y los animales nos dicen constante sus sentires. Y hacemos oídos sordos. Vamos a escucharnos antes de decirnos. Lo que decimos y lo que no. Todo es mensaje. Todo es una alerta. Una instrucción. Una versión. Para decirnos que algo anda bien o mal. Detente o adelante.

El vuelo de Agustín

Agustín tomó un fierro. Luego otros. Tenía ya bastantes junto con tuercas y alambres. Y miraba pedestre a su alrededor en rutinario movimiento. Hay algo más, se decía a sí mismo Agustín. Algo más en la existencia debe haber. Y cavilaba entre delirios y suspiros. Voy a volar. A diferencia de los demás. Para eso perdió el movimiento de sus piernas. Y día tras días empezó a construir como Noé la barca, él un helicóptero. Todos a su alrededor se reían. Lo señalaban de orate. Y él seguía en su empeño como motivo de vida. Su armatoste se iba armando cada vez en una mezcla de poleas rudimentaria con cadenas de bicicleta y ruedas. Ni Ícaro. Ni sueños de mariposa. Pasaron los años. Decir cincuenta es arbitrario. Para los sueños no hay edad. Y Agustín cumplió su sueño. Desde lo alto los mira a todos. Va sentado con gallardía en la parte delantera de su helicóptero. Ha pasado ya la vía láctea. Sus vecinos y familiares no se dieron cuenta. Que la vida es un sueño. Y allí estaba bien instalado el s...

Se ha detenido el tiempo

Se ha detenido el tiempo. No tú. No el movimiento. Es el tiempo que se encuentra detenido. Y volverán otra vez  las prisas. Las risas. Y las ofertas en la tienda de souvenirs. Y al caminar mirarás hacia todos lados. Y tratarás de identificar referencias. Olvidos. Recuerdos. Memorias. Y todo a tu paso te señalará que el tiempo se ha activado de nuevo. Como un volver atrás. Con otras circunstancias.  Repeticiones de caos y estupidez. El amor nunca será una rosa de plástico. Y la utopía tendrá salud completa.

Tan solos

Se van tan solos. Sin el calor familiar de los amigos en el adiós. Ellos, que fueron de charlas interminables en las reuniones. De risas ruidosas. De escuchas amistosos. Ellos que se ofrecían en ayudar. Que pedían alguna canción especial. Que eran candela en las reuniones. La chispa que iniciaba el fuego de la alegría.  Que cuando decían alguna palabra de mala escucha pedían perdón. Ellos que escondían de juego las cosas. Que reparaba los corazones. Que se sumaban al trabajo en equipo. Los solidarios. Los que movían los pies bajo la mesa. Los que guiaban como anzuelo, a ver si. Se van inmerecidos tan solos. Sin el canto del marischi. Sin el funeral de la interminable noche  con recuerdos y chistes. Sin el discurso fúnebre del amigo. Se van solos. Sin que hubiera una despedida común.

Quién

Quién con el poder, la inteligencia,  la astucia  crea tanto mal. Con qué fin. Mal para el hombre y la política.  Mal para la sociedad.  Bien para la naturaleza. Quién de este lado. Quién más allá de las estrellas. Paradas las escuelas. Parado el transporte. Calles y parques vacíos. Fabricas cerradas. Quién. El petróleo  detenido en su consumo. Y a la baja, pago porque te lo lleves. El hombre acotado en su prisa. Detenido en el tiempo. Y a tiempo. Quién lo soñó. Quién lo planeó. Quién lo presentó. Quién lo propuso. Quién votó a su favor. Quién cooperó en miles y millones. Quién lo instrumentó. Todo espectáculo detenido. Las misas sin público. Ciudades cercadas. Playas sin bañistas. Hoteles sin huéspedes. Animales caminando en ciudades. Tigres en las calles de Roma. Nieve en Madagazcar. Quién.

Color negro

Un moño negro anuncia muerte. No es tan raro que las personas mueran. Digamos la edad o mal congénito. O accidente. Pero estos día se siente un ambiente distinto. Las calles casi vacías. Sol inclemente. Y apenas hoy algo de lluvia. Y los muros con noticias de muerte. Ayer y antier. Hoy de nuevo. Rotos. Frágiles. Efímeros. Para valorarnos más. Y revalorar los oficios. Las artes. La palabra. La prácticade los valores como modo de vida. Para valorar la sonrisa, el saludo, el tomar un café. Y mientras tanto  despedir a quienes se marchan con fanfarrias agradecidas  con aplausos de agradecimiento o con silencio respetuoso. No sé los mensajes en los muros. Y los corazones apachurrados nos dicen algo. Pero ante todo a cuidarnos. ¡Animo, raza!

No sea en vano

No sea en vano este arraigo. Y el tiempo pase sin lección. Cuando quede atrás esta calma fúrica, has de ser distinto para bien. Tolerante ante el necio. Amoroso ante el indiferente. Solidario ante el egoísta. Y has de caminar por las piedras como entre flores. Titula el día de esperanza. Y da un paso más  siempre un paso más. Porque movimiento es crecer. Conocer. No en vano el encierro. Ya confrontaste al ego del yo. Caminata en giro circular por el encierro. Ahora entiendes la metáfora vuelta a la noria. Ahora recuerdas claro lo que minimisaste. La hojarasca. El piar del pollo. El crear de la rana. Ibas al café a charlar y lo sentiste poca cosa. Funesta pérdida de tiempo. Por eso nada es en vano. No lo sea ahora. Cuando salgas suma las pequeñas cosas. Son la vida misma.

Si quieres

Si quieres tomar café o ir al cine. Si quieres  correr a orillas del lago. Ir a la playa.  Simplemente caminar por el centro. Quédate en casa. Si quieres seguir los anhelos y sueños. Perseguir inútil la utopía. Luchar por el pan para todos. Redimir la justicia. Quédate en casa. Si quieres visitar amigos. Hermanos, hermanas. Si quieres visitar en el panteón a los tuyos. Quédate en casa. Te dirán que eres loco. Que nada de eso es cierto. Que es plan para mejor control. Quédate en casa. Yo conozco a cinco que murieron. Se de enfermos conocidos. Quédate en casa. Tengo familiar en sala Covid  imss trabajando. Y me dice del horror. Del infierno de Dante entre enfermos y fallecidos. Imágenes de Goya son nada. Quedate en casa. Si quieres ir por helado. Visitar un amigo. No hay de otra. Quédate en casa.
Cuando nos veamos de nuevo, miremos. Solo eso. El milagro de la existencia.  Las calles. Los vendedores. Los pájaros. Porque esto pasará. Entonces la vida sea un retumbe de sonrisas. Fiesta del día y de la noche. Fiestas de las almas y de las miradas. Fiestas del amor y la amistad. Que las solas palabras ya son fiesta. Y la sonrisa lo es también. Renacer es una palabra clave. Humildad es otra.

Por si no te vuelvo a ver

Por si no te vuelvo a ver.  Que no quede alguna duda. Lo que no dije esta en lo que escribo. En los libros que leo. En mis actos cotidianos.

Ensayo

Ensayo Lo que uno lee. Que de pronto te aíslan.  Y no más una mirada que coincida. Y no.más el abrazo. O las manos juntas. El estrechar la mano en el saludo. O los besos de mejilla. Dejaste en el tintero o en viva voz por timidez. O decir luego le digo, de mi estima y aún hay tanto tiempo. Y de pronto ya no. Adiós sin tener encuentro de miradas. Ni estrechar manos. Abrazo. O palabras. Preciso entonces. Ensayar algo. Un mensaje general. Con flechas de amistad y aprecio. A todos. A ti. A los cercanos y lejanos. Que transitamos un tramo juntos. Y quedó el aprecio por siempre. Y otros que años recientes unimos el hilo de las almas. Perdón por no haber hecho más por ti. Por no decir o escribir  la palabra precisa. Por no ir cuando debí. Por altivez. Por no saber decir perdón. Por no buscar más. Por no arriesgar. Por no tener tiempo. Por andar a prisa. Por no detenerme. Por ese vuelo de cometa que no fue. Por no acompañar. Por no callar cuando debí. Por no escribir el poema. Por d...

Se me acercó

Se me acercó. Yo estaba distraído. Y me ofreció tramitarme una tarjeta. Otra más. De las que comprar parece sencillo. Con solo el poder de los garabatos que son mi firma. Y además tendrá la comodidad de la sala de espera vip, agregó sonriente. Aquí me siento muy cómodo. le respondo. Aquí entre todos. Además yo había decidido platicar, mas no adquirir la tarjeta de facilidades de compra. Ella tenía una sonrisa que mostraba dientes como anuncio de dentífrico. Y una voz como para comprarle todo lo que vendiera. Pero le dije: no, gracias. No ahorita. Lo pensaré. Lo he estado pensando. La he estado pensando. Hablamos de yoga y Debussy. De películas afines en los temas. Yo le conté que me divierto en las salas de espera populares. Miro los rostros y les busco parecidos a personajes del cine o de la historia. Y le señalé a cinco en ese momento. Allá estaba un gigante barbado, que parecía a Julio Cortázar. Más allá uno igualito a Germán Valdéz Tin-Tan. Otra parecía a Thalía. Una más a Sonia Am...

Esto pasará

Esto pasará. Por la sencilla razón de que todo pasa. El viento y la lluvia limpian el rostro de la ciudad. Amores de juventud. Nombres con renombre. Altos orgullos. La vanidad en su cumbre. Todo pasa. Lo terso de la rosa. La juventud, adiós. La dureza de la piedra ante la insistencia de la gota de agua. El alto árbol cae. Se termina el juego. Acaba la película. Pasa el ciclo. Termina el siglo. Turcos. Griegos. Y romanos. Caen. El fervor de los besos. La promesa de para siempre. El amor eterno. Todo en absoluto pasa.

Amanecí sordo

No ciego, no mudo, amanecí sordo. Si me dicen que ronqué, yo oigo que me preguntan si quiero café. Si escucho rima, para mí es prima. Es bueno de vez en cuando amanecer así, para mejorar el mundo. Hay tanto ruido. Mucho ruido. Siempre malas noticias. Catástrofes. Traiciones. Dicen guerra, yo escucho güera. Dicen paz, y eso sí lo escucho, porque mi hermana mayor se llama Paz. No oigo. No oigo. Soy de palo, decíamos de niño, tengo orejas de pescado. Eso ante las ofensas, ante los necios. Mis oídos sordos son geniales, pero no quiero sea permanente. Para valorar la paz, debo escuchar guerra. Lo sé. Me gusta la música, por ahora escucho la que llevo dentro.

La Soledad 2

La soledad es el diálogo de los reyes. En la lejanía  sideral. Es decirle al espejo. Traer los recuerdos. Sacar agua de la noria.

Soledad

La soledad es el diálogo con el espejo. Solo eso. Y tenemos el encuentro con uno mismo. Porque no nos decimos todo lo que queremos. La soledad es un caballo certero, brioso que hay que amansar. Para que solo así nos lleve a campo travieza sin sobresaltos. Es un sol que nos quema por la tanta luz. Es un fuego que nos quema sin testigos.

Si

Escribe solo si hay razón o entereza. Si tu esperanza es de tallo fuerte. Si tu anhelo lleva aliento alto. Si tus sueños se equilibran con la realidad, y esta queda desnuda. Porque escribir es compromiso con la vida. La sangre anterior, la de los viejos, es compromiso con la raíz. Escribir solo si se asume dignidad como perfil.

Mi ciudad

Si vas al norte, no te olvides conocer a Matamoros. Encontrarás gente luchona. Con mirada de miedo. De pocas palabras. Su ciudad no es bonita. De viento con polvo. Sus camiones viejos de ruta te trasladan a cualquier colonia  Y pasan por el centro y llegan al puente. Son distintas rutas. La ciudad dormitando al margen de río bravo con ojo al gato y al garabato. Allí quedó mi ombligo y el de mis hermanos. Su centro tiene sus casas bajas, viejas. Sus colonias crecieron en la periferia, asiento de muchos sueños.

Una canción

Una canción anida en tu pecho. Y tiembla al compás del corazón. Por los recuerdos de luz. Por las noches de luna. Y por los besos que no volvieron. Una canción en homenaje al amor, a la fortuna de la felicidad. Que sube y baja. Y que al final termina. Sin rencor. Una canción que cabalgar en el tiempo.

Si un día no escribo

Si un día no escribo una palabra al menos. Si me la guardo en el corazón. Será el triunfo de la vida gris. Será aceptar anticipada la derrota. Y de allí en adelante adiós. Si un día no escribo, será el espejo que me recuerde el paso del tiempo. Y el infortunio de regresar al olvido. Una palabra al menos. Que me salve del tedio y la rutina. Que me represente en Babel.  Que exprese el dolor y la alegría. la esperanza, el anhelo. Por ahora escribo. Recuerdo a mis padres ausentes. A mis amigos ausentes. Y este caminar en arraigo domiciliario. Esta nostalgia por volver a lo simple. A caminar entre andadores. A tomar un café o cerveza. A reír a carcajada batiente con amigos. A mandar mensajes en cartas al mar. A sentarme en un parque a mirar el espectáculo simple de los payasos. A disfrutar los mismos chistes.

Un día cualquiera

Un día cualquiera encontrarás en la calle un fantasma. Reminiscencias del pasado. Ley o era del hielo. Y querrás disfrazar el tema o disimular. Como imaginario o común. Te preguntarán la hora. La dirección  del mercado o estética. Tu nombre. Y tú remontas el tiempo cuando el diluvio o el naufragio. Y sacas las cartas marcadas. Y te dispones a una nueva partida. Sin las trampas del tahúr. Las sabías todas. Y dejabas hacer solo para pasar el tiempo. Un día cualquiera sellará el destino el propio destino. Y no habrá argumentos que valgan. Un buen día eres tú el fantasma que se aparece. Y se reúnen los fantasmas. Frases hechas. Juegos conocidos. A veces los polvos de distintos lodos se unen. A veces.

Cuando tenga tiempo

A lo mejor era esto. A tu disposición el tiempo. Como hoy, como ayer. Para hacer lo postergado. El lo haré cuando tenga tiempo. Hoy no puedo. Lo haré el fin de semana. A lo mejor. El tiempo libre a tus pies. Se acabaron los pretextos. El encuentro no esperado. El enfrentar algo de vacío. Algo más de medio lleno. Y punto y seguido. Si caminas como en cautiverio. No encuentras el hilo a la madeja. La aguja del pajar está frente a ti y la encuentras sin buscarla. Y queda tiempo suficiente para acometer la montaña. Para quitar la sal al mar. Resolver lo que fue primero, el huevo o la gallina, y escudriñar en la inmortalidad del cangrejo. La cucaracha es animal prehistórico. Si nada se hizo antes por falta de tiempo. Helo aquí a tu disposición. El hoy que continúa mañana en ese hoy permanente. Y sin más cierras los ojos. Qué dif8cil es el encuentro con uno mismo. El vacío. La existencia.

Si te tardas

Si te tardas, creo en ti. Porque el tiempo para ti es nada. Si el espacio sideral lo ocupas todo. No te quema el sol. Ni te deslumbra un claro de luna. Si la distancia en ti es ninguna. Y toda palabra no pronunciada antes pasa por ti. Si el agua del mar cabe en tu boca. Si no hay imaginación que no pase por tu corazón. Si te tardas es porque no tienes que ir ni venir. Ni esperar o no. Eres sustancia y vacío. Es juego de niños para ti la guerra y la paz. Vida o muerte está en tus manos. No os preocupéis.  Todo y nada es un símbolo que en ti significa lo mismo. Lo que exactamente somos.

Libertad bajo caución

Has sido acusado. El delito no es grave. Eres libre en tu casa y ciudad. Puedes recorrer las calles vacías. Pero tú albedrío quede agotado. Por las veces que olvidaste. Por las que perdiste. Por no hacer uso de la palabra. Por no defenderte. Tu libertad es provisional. Mil abrazos por horas, como garantía. Guardados, mientras tanto. Se firma en el aire. Palabra no dicha.

Arraigados

Por los delitos cometidos, arraigo. Por la indiferencia ante el hacer y deshacer de los otros. Por el mirar hacia otro lado cuando el caído y silbar como de que no pasa nada. Los árboles sacrificados por el lucro. Y no plantar los propios. Por no amar al prójimo hasta el sacrificio. Por la ceguera moral ante el  humo asesino de las chimeneas y los autos. El veneno en las aguas. Indiferencia ante los que cazan por deporte. Arraigo. Porque Natura necesita respirar de nuevo. Hiciste trampa para que el rico pasara por el ojo de la aguja. Porque también dijiste, merecido el manicomio para los que no piensan como todos. Porque pateaste a los poetas. Porque creíste a la mentira y calumnia en los discursos. Arraigo en la caverna. Y de tarea escribir mil veces: yo tengo también parte de culpa.

Ya no estamos

Ya no estamos. Es un ensayo. No existe la vida ni la muerte. El sueño no tiene inicio ni fin. Es un bostezo de un Dios quejumbroso. Es un reinicio del universo. Pero ya no estamos ni somos.  El tiempo fue un modo de transporte. Un sistema infinito de organización de la nada. El orden sideral perfecto donde todo funciona como reloj suizo. Con su exactitud  de tiempo. Sin vida ni muerte. No estamos  no somos.

Cuando tenga tiempo

Cuando tenga tiempo viajaré por los lugares cercanos. Por mi casa para conocerle sus esquinas. Y en mi colonia para conocer a mis vecinos. Si el que más viaja es quien no se mueve. El que lanza la mirada lejos. Y vuela la imaginación. Si ya tengo el catalejo, la brújula y el cometa. Miraré a mi alrededor. Si la terminal del corazón sigue en su cuota. Si el pájaro come del maíz quebrado que le puse. Cuando tenga tiempo ordenaré mis ideas que se cruzan sin querer y se van en paralelas cuando requiero se crucen. Escribiré las cartas que debo. Leeré de nuevo en papel. Me compraré un helado de durazno. Y tomaré café y cerveza con amigos.  Esta realidad cobra caro lo que siempre fue barato. Añoro el tiempo ido. Y el porvenir tarda en traer las buenas nuevas. Compraré un periódico. Iré a las tiendas de viejo y compraré patines y bicicleta. Y olvidaré al estúpido espejo en la vieja estación de trenes.

Me falta tiempo

No es suficiente el tiempo. Me falta. Para vivir otras vidas. Con la experiencia de esta. Y ser sutil o imprudente a conciencia.  Y aplicar lo aprendido en esta vida. Tanto tiempo postergar la espera. Del fin de semana. Una llamada de Dios. El premio de la lotería. Y nada. Me falta tiempo para mirar la luna. Poner agua a las plantas. Saludar a los vecinos. Escribir a mis padres y hermanos. Ha de ser lo mejor en el otro tiempo. En el que no tenemos y falta.

Anoche

A vagar, tan pronto dormí. Escurridizo trote entre luces y sombras. Navegué entre la sal y las piedras. Y di un salto de allí, hasta el pueblo con sus calles y casas rojas. Vagué entre coro de risotadas. Y palabras de Babel. Entre aplaudidores y quienes señalan con el dedo. Entre máscaras y almas muertas. Sofocado y cansado por tanta marisma y sargazos en la playa, me dispuse a dormir. Y todo empezó de nuevo. Sin punto final.
Poesia de *Gabriela Mistral, Premio Nobel de  Literatura 1945*: ¡De qué quiere Usted la imagen? Preguntó el imaginero: Tenemos santos de pino, Hay imágenes de yeso, Mire este Cristo yacente, Madera de puro cedro, Depende de quién la encarga, Una familia o un templo, O si el único objetivo Es ponerla en un museo. Déjeme, pues, que le explique, Lo que de verdad deseo. Yo necesito una imagen De Jesús El Galileo, Que refleje su fracaso Intentando un mundo nuevo, Que conmueva las conciencias Y cambie los pensamientos, Yo no la quiero encerrada En iglesias y conventos. Ni en casa de una familia Para presidir sus rezos, No es para llevarla en andas Cargada por costaleros, Yo quiero una imagen viva De un Jesús Hombre sufriendo, Que ilumine a quien la mire El corazón y el cerebro. Que den ganas de bajarlo De su cruz y del tormento, Y quien contemple esa imagen No quede mirando un muerto, Ni que con ojos de artista Sólo contemple un objeto, Ante el que ...

Has tardado ya

Has tardado ya. Desde aquella vez de la caverna. O de la manzana recibida de Eva por Adán. Ya han pasado algunos años. Y pesa el albedrío de dejar a cada quien la decisión de esclavitud o libertad. O la ley del más fuerte en el mercado. Has tardado. Y es lo justo regresar. Para evocar las circunstancias del pasado. Y poner en orden  las del porvenir. Las viejas canciones. Las sensaciones. El espejo roto. Todo se ha ido perdiendo. Has tardado ya. Y la penumbra pesa y se hace más grande. Si reinas en todo lugar. Si has escrito toda la enciclopedia de la realidad. Si el futuro se viste por ti. Vuelve ya. Aunque sé que no te has ido. Porque estás en todo lugar.

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas de Sergio, tocaya? A él lo vi por primera vez en un baile de estudiantes en secundaria. Destacaba él por sus movimientos siguiendo el ritmo de manera, alegre, deshinibido. Era el centro de las miradas. Tanto de sus compañeros que estaban en la pista, como de quienes  estábamos de espectadores. Si fuera mi alumno, pensaba. Y es que en lo que les gusta hacer, ellos aprenden más rápido y lo perfeccionan. La escuela es su motivo del día. Y su estima sube a lo normal. Todo un artista del baile. Una vez se lo dije. El caso es que de las últimas veces que supe de él era que su maestro lo regañaba, lo humillaba como lento de aprendizaje, y se quejaba de que ese niño era un bueno para nada. Por esos días él se cruzaba en el recreo por mi camino y sonreía triste, con una mirada como diciendo rescáteme. ¿ Te acuerdas tocaya, que lo platicamos alguna vez? Me viene al recuerdo todo ello cuando veo un video del niño que llega tarde a la clase todos los días. Y recibe reglazo en la m...

Dónde esconderé la.noche

Dónde esconderé la noche. Tan nuestra. Si el viento me descubre. Si el polvo es el destino. Si la luz no es el sueño de las ovejas. Dónde para velar su ausencia. Que no extrañe la luna. Que guarde la bruma de los días atroces. Dónde escribir la memoria. Si ha pasado la historia sin pasar lista de presente. La noche es guerra, sangre, escondrijo. Esconder la noche es salvarla para que luzcan las luciérnagas. Y nos regresen la luz de luna.

Enroque

Cambio en fichas este presente de pesadilla. Por  la sana costumbre de andar con los bolsillos vacíos. Juegos en la playa y el río. O enroque por un futuro de no sabemos qué. Algún cansancio en la edad. Alguna reuma postrera. Poema del azhar. O quedarnos en un sueño, de manera permanente. Con un gato negro, de vino. Salud, Iván Graciano.Y una charla noble y amena. De reír por cualquier cosa. Hasta de las cosas pequeñas. Que no ha de haber peor pesadilla que la del presente falaz,  encerrados. En la espera para salir a volar. Entonces cambias palabras y guardas en el bolsillo a utopía. Para rescatar lo mejor de los tiempos. Si tengo a la mano un vaso de buen vino. Unas palabras de amigo. Y a Dios como testigo del buen humor que me cargo. Y esa rosa luna que trae mil recuerdos, de los caminos andados. Y la esperanza segura del porvenir que ya es mañana. Y nunca pasado. Por más bueno que sea.

Al despertar

Al despertar no sabes cuál de las dos es la peor pesadilla. Si la del sueño o la de la vida. Si en caída libre se abre o no el paracaídas descompuesto. O si el despertar es solo una ilusión del miedo. No lo sabes. Y no importa. La luna y el libro fueron los recuerdos de magia. El abracadabra de puertos y puertas.  El  botón que abre el cielo y el infierno. Si la historia al despertar ya no es la misma. Porque es entrada a otro sueño.
No te des por vencido, ni aun vencido… [Poema - Texto completo.] Pedro Bonifacio Palacios (“Almafuerte”) No te des por vencido, ni aun vencido, no te sientas esclavo, ni aun esclavo; trémulo de pavor, piénsate bravo, y arremete feroz, ya mal herido. Ten el tesón del clavo enmohecido que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo; no la cobarde estupidez del pavo que amaina su plumaje al primer ruido. Procede como Dios que nunca llora; o como Lucifer, que nunca reza; o como el robledal, cuya grandeza necesita del agua y no la implora… ¡Que muerda y vocifere vengadora, ya rodando en el polvo, tu cabeza

Mi cristo roto

Sucedió hace poco. . .en una tarde lluviosa estaba haciendo reflexiones sobre el amor. Sin quererlo mis ojos se posaron en la fotografía de mi gran amor. Después en el crucifijo que tenía muy cerca de mí. . . roto!!!. Inevitablemente recordé aquel día cuando cegado por la ira, lo destrocé. fueron tantas veces las que le pedí a aquel cristo que me mira, que aquella mujer fuera buena, que me amara como yo la amaba, que fuera mía para siempre y así se cumplieran mis ilusiones, pero un día. . . un amargo día, con la esperanza de volcar en ella todo mi amor, la sorprendí en brazos de mi mejor amigo. . . Corrí desesperado, no sé como llegué a mi casa, comencé a gritar y a destrozarlo todo, y cuando llegue al cristo, lo tomé con furia, lo arroje al suelo, diciendo: “Tú tienes la culpa!!!, ¿cuántas veces te pedí que me permitieras conocer el verdadero amor???, mira me ahora con el alma rota!!” No sé si fue un sueño, un milagro o no sé qué, el caso es de que aquel cristo moribundo y roto brota...

Una rosa

Si me dejas, también déjame una rosa. Si regresas vuelve con una rosa. Si me sueñas, no olvides la rosa. Si dudas ven con una rosa. Si buscas, busca una rosa. Si cantas, sea la canción de la rosa. Todos se apiaden de mí, por tener la obsesión por la rosa. Si escribes, el tema sea ese. Si pintas, que sea una rosa. Que te embriaguez el perfume de la rosa. Si enfermo, es la rosa mi medicamento. Si escribo, ese es el tema. Si me muero, me acompañe una rosa. No pido más. No pido mucho. Me alimento de rosas.

Sin tu latido, Luis Eduardo

"Las horas de piedra  parecen cansarse  y el tiempo se peina  con gesto de amante,  de alguna manera  tendré que olvidarte  y nada más, y nada más,  apenas nada más." L. E Auté No sé usted. A lo mejor somos pocos, yo entre ellos, que al despertar busco mi teléfono móvil, para ver si hay mensajes, o alguna noticia para levantarme ya sabiendo algo que sucedió en la noche y madrugada. Y me voy encontrando con las noticias de dos muertes. La de Luis Eduardo Auté, el amado cantautor español y la de la madre de César Alejandro Ríos Ochoa, compañero de la escuela Normal, va mi pésame Alejandro. Le escribí a Alejandro un mensaje que es verso del poema masa, de César Vallejo: "Hay golpes en la vida tan fuertes" Este es uno de ellos. Te acompaño desde lejos en tu dolor amigo normalista. Y escribí, por Luis Eduardo Auté: "Luis, nos hemos quedado sin tu latido", reverenciando una de sus canciones más escuchadas. De niño yo escuchaba una canción en l...

Mucho

Mucho. Vive mucho. Lo más que puedas. Hasta el último instante del licor de la vida. Ama mucho. Lo más que duela. Si hierve el agua, la sangre, el aire. Vivir es el único requisito para la muerte. Disfruta mucho. Sin dañar a otros, a nada, nadie. Bebe el licor de la poesía. Si es el camino. Que las lecturas locas sean droga del quiero más. Obsequia, regala, da, hasta sentir el dolor del despojo. Nada de carga te perturbe. Si todo lastre innecesario hunde hasta barcos gigantescos. Del cielo a la tierra y de regreso es la magnitud de los aprecios. Quede fuera el interés del precio. Mima, juega, salta. El tiempo no se detiene. La vida es única,  irrepetible e intransferible. Efímera del ayer. Al pan, pan.  Y al vino de las palabras y al amor nunca dejes.

Milagro

La lluvia levanta el pasto en tu mirada. Y eres azul si miras detenido el cielo. Si la sangre no detiene su carrera. Y dibujas un nombre en la arena. La lluvia lava el esmog de tu mirada. Y tus labios ceden a la miel de la colmena. Y cada paso que das es en respaldo tuyo. Aún si viajas a la luna. Aquí suceden cosas que poco se valoran. El pensamiento da cauce a la palabra. Pero los pies dan el motivo necesario.

La llamada

Puedes llamar a todas partes. Cerca o lejos. De mucho aprecio y afecto o poco. De un pasado que radica en el casi olvido. O de una perfecta persona desconocida. Al azar o con flecha dirigida. Puedes llamar al espacio sideral para ver si hay alguien. A dios puedes llamar también. A un fantasma. A una estrella que fue fugaz en tu vida. A quienes pasaron en tu vida como en un doblete por primera base. Todas las llamadas son importantes. Absolutamente todas. Tardes horas o segundos. La formalidad del saludo. La confesión.  El sos. Pero sin duda la mejor llamada es a ti mismo. Aunque sea por cobrar. Y has de responderte. Nada de línea rota. O dice que estoy ocupado.

Abre las puertas y ventanas

Abre las puertas y ventanas de tu casa.  Que entre el viento limpio de la mañana con cierto olor a flor y a tierra humeda por el rocío o mojada por la lluvia. Que entre un suspiro. Un hada. La de la fe y la esperanza. Que entren los rayos de luz. Abre. Que refresque tu estancia breve en esta casa. Que mueva los recuerdos. Que habilite mejor el oído y la mirada. El viento nos trae sonidos de vida,  armonía entrelazada.