Sin tu latido, Luis Eduardo
"Las horas de piedra
No sé usted. A lo mejor somos pocos, yo entre ellos, que al despertar busco mi teléfono móvil, para ver si hay mensajes, o alguna noticia para levantarme ya sabiendo algo que sucedió en la noche y madrugada. Y me voy encontrando con las noticias de dos muertes. La de Luis Eduardo Auté, el amado cantautor español y la de la madre de César Alejandro Ríos Ochoa, compañero de la escuela Normal, va mi pésame Alejandro. Le escribí a Alejandro un mensaje que es verso del poema masa, de César Vallejo: "Hay golpes en la vida tan fuertes" Este es uno de ellos. Te acompaño desde lejos en tu dolor amigo normalista.
Y escribí, por Luis Eduardo Auté: "Luis, nos hemos quedado sin tu latido", reverenciando una de sus canciones más escuchadas.
De niño yo escuchaba una canción en la radio. La cantaba Maciel, cantante española. Era la de Rosas en el mar, y dice "Voy buscando la razón de tanta falsedad/La mentira es obsesión y falta la verdad/¿Qué ganarán? ¿Qué perderán?/ Si todo esto pasará/Es mas fácil encontrar rosas en el mar", y la respuesta del estribillo lo repetía "es más fácil encontrar rosas en el mar". Y desde esa edad me llamó la atención la composición, sin saber quién la había compuesto. Así transité por muchos años, hasta mi tierna juventud mayor, por allá a los 25 años me enteré que el compositor era Luis Eduardo Auté, cantautor español. De allí me puse a buscar y encontrar sus canciones, y de allí a escucharlas, a nutrirme de las decenas y decenas de canciones de él. Sin tu latido; Las 4:10, Aleluya, Albanta, Alevosía, Al alba, Slowly, Belleza, y tantas otras, que son ejemplos de poesía, que es decir de la belleza de la vida, en cualquier de sus circunstancias. Sean de amor, de agradecimiento, de decepción, de admiración, de incertidumbre, de las cien mil preguntas, de los millones de intentos de respuesta. Poesía y filosofía hermanadas en las letras de las canciones de nuestro Luis Eduardo Aute.
Llegaron sus canciones a nutrirme porque decían lo que yo quería decir. Y ellas, sus poemas canción, me deba fuerza interior, me alentaban para seguir buscando la utopía de cambio interno, el mío, y a lanzar mi red de composición para traer los peces de los mejores versos. Y ver que nada traía mi red en su recogida. Y a seguir lanzado la red, como un Sisifo. Como dice Eduardo Galeano, a la utopía no alcanzamos, porque es como el horizonte, porque damos unos pasos unos pasos hacia el horizonte, y se aleja los mismos pasos en distancia. Nos sirve entonces la utopía y lanzar la red de búsqueda para seguir caminando.
Yo me sentía especial con mis gustos musicales. Creía que yo era de los pocos que escuchaba a Serrat, Silvio, Aute, Pablo. Y le dieron fuerte lección a mi ego. Estando en un restaurant lleno de comensales (así se dice), el cantante en vivo interpretaba en cover la canción Sin tu latido, y en el momento que entra "que terriblemente absurdo es estar vivo, sin tu latido", absolutamente todos los asistentes la cantaron a todo pulmón, con una fuerza tal que de seguro a muchos les había entrado humo en los ojos, aún que ya estaba prohibido en México fumar en espacios públicos.
El caso es que hoy desperté y me encontré con la noticia del fallecimiento de Luis Eduardo Aute, y se agolparon, como golpe de ánimo, no de estado, todos los recuerdos en relación a sus canciones. Cada una de ellas con una referencia especial en la vida de cada uno de quien lo seguimos escuchando. Lo enfatizo de esta manera: las canciones de Luis Eduardo forman parte del soundtrack de la película de nuestra vida.
"Un eclipse de locura,
Una luz de noche oscura,
Un cuchillo en la pupila,
Una luna que lo afila,
Un incendio en la penumbra
Una llama que no alumbra,
Aleluya."
Les cuento una de mis desventuras en relación a Luis Eduardo Ante. Una vez, en octubre de 2014, ecibí un mensaje. ¿No vas a ir a ver y a escuchar a Luis Eduardo? ¿Cuánto cobran?, fue mi respuesta con pregunta. Nada, es gratis, me respondieron. Se iba a presentar en el domo de la Universidad de Guadalajara, en la sede que tiene esta universidad en Villahermosa. Y no fui, por imaginarme el espacio repleto, en la puerta tratando de entrar, y adentro super lleno, en mi imaginación. Quizá por la poca publicidad, quizá por la hora, el caso es que al día siguiente me dijeron que quedaron muchos espacios vacíos. Y me arrepentí de no haber ido. Me he arrepentido siempre. Pero ya no hay remedio.
Luis Eduardo ya estaba algo enfermo. Ya había estado internado el año pasado o el antepasado en el hospital y estuvimos pendiente de las noticias al respecto. Y salía victorioso, con la sonrisa de siempre.
Hoy, nos levantamos con la terrible noticia de su muerte. Descanse en paz. Y sigamos escuchando sus canciones. Luis Eduardo vive y vivirá en nuestro corazón y memoria.
parecen cansarse
y el tiempo se peina
con gesto de amante,
de alguna manera
tendré que olvidarte
y nada más, y nada más,
apenas nada más." L. E Auté
y el tiempo se peina
con gesto de amante,
de alguna manera
tendré que olvidarte
y nada más, y nada más,
apenas nada más." L. E Auté
No sé usted. A lo mejor somos pocos, yo entre ellos, que al despertar busco mi teléfono móvil, para ver si hay mensajes, o alguna noticia para levantarme ya sabiendo algo que sucedió en la noche y madrugada. Y me voy encontrando con las noticias de dos muertes. La de Luis Eduardo Auté, el amado cantautor español y la de la madre de César Alejandro Ríos Ochoa, compañero de la escuela Normal, va mi pésame Alejandro. Le escribí a Alejandro un mensaje que es verso del poema masa, de César Vallejo: "Hay golpes en la vida tan fuertes" Este es uno de ellos. Te acompaño desde lejos en tu dolor amigo normalista.
Y escribí, por Luis Eduardo Auté: "Luis, nos hemos quedado sin tu latido", reverenciando una de sus canciones más escuchadas.
De niño yo escuchaba una canción en la radio. La cantaba Maciel, cantante española. Era la de Rosas en el mar, y dice "Voy buscando la razón de tanta falsedad/La mentira es obsesión y falta la verdad/¿Qué ganarán? ¿Qué perderán?/ Si todo esto pasará/Es mas fácil encontrar rosas en el mar", y la respuesta del estribillo lo repetía "es más fácil encontrar rosas en el mar". Y desde esa edad me llamó la atención la composición, sin saber quién la había compuesto. Así transité por muchos años, hasta mi tierna juventud mayor, por allá a los 25 años me enteré que el compositor era Luis Eduardo Auté, cantautor español. De allí me puse a buscar y encontrar sus canciones, y de allí a escucharlas, a nutrirme de las decenas y decenas de canciones de él. Sin tu latido; Las 4:10, Aleluya, Albanta, Alevosía, Al alba, Slowly, Belleza, y tantas otras, que son ejemplos de poesía, que es decir de la belleza de la vida, en cualquier de sus circunstancias. Sean de amor, de agradecimiento, de decepción, de admiración, de incertidumbre, de las cien mil preguntas, de los millones de intentos de respuesta. Poesía y filosofía hermanadas en las letras de las canciones de nuestro Luis Eduardo Aute.
Llegaron sus canciones a nutrirme porque decían lo que yo quería decir. Y ellas, sus poemas canción, me deba fuerza interior, me alentaban para seguir buscando la utopía de cambio interno, el mío, y a lanzar mi red de composición para traer los peces de los mejores versos. Y ver que nada traía mi red en su recogida. Y a seguir lanzado la red, como un Sisifo. Como dice Eduardo Galeano, a la utopía no alcanzamos, porque es como el horizonte, porque damos unos pasos unos pasos hacia el horizonte, y se aleja los mismos pasos en distancia. Nos sirve entonces la utopía y lanzar la red de búsqueda para seguir caminando.
Yo me sentía especial con mis gustos musicales. Creía que yo era de los pocos que escuchaba a Serrat, Silvio, Aute, Pablo. Y le dieron fuerte lección a mi ego. Estando en un restaurant lleno de comensales (así se dice), el cantante en vivo interpretaba en cover la canción Sin tu latido, y en el momento que entra "que terriblemente absurdo es estar vivo, sin tu latido", absolutamente todos los asistentes la cantaron a todo pulmón, con una fuerza tal que de seguro a muchos les había entrado humo en los ojos, aún que ya estaba prohibido en México fumar en espacios públicos.
El caso es que hoy desperté y me encontré con la noticia del fallecimiento de Luis Eduardo Aute, y se agolparon, como golpe de ánimo, no de estado, todos los recuerdos en relación a sus canciones. Cada una de ellas con una referencia especial en la vida de cada uno de quien lo seguimos escuchando. Lo enfatizo de esta manera: las canciones de Luis Eduardo forman parte del soundtrack de la película de nuestra vida.
"Un eclipse de locura,
Una luz de noche oscura,
Un cuchillo en la pupila,
Una luna que lo afila,
Un incendio en la penumbra
Una llama que no alumbra,
Aleluya."
Les cuento una de mis desventuras en relación a Luis Eduardo Ante. Una vez, en octubre de 2014, ecibí un mensaje. ¿No vas a ir a ver y a escuchar a Luis Eduardo? ¿Cuánto cobran?, fue mi respuesta con pregunta. Nada, es gratis, me respondieron. Se iba a presentar en el domo de la Universidad de Guadalajara, en la sede que tiene esta universidad en Villahermosa. Y no fui, por imaginarme el espacio repleto, en la puerta tratando de entrar, y adentro super lleno, en mi imaginación. Quizá por la poca publicidad, quizá por la hora, el caso es que al día siguiente me dijeron que quedaron muchos espacios vacíos. Y me arrepentí de no haber ido. Me he arrepentido siempre. Pero ya no hay remedio.
Luis Eduardo ya estaba algo enfermo. Ya había estado internado el año pasado o el antepasado en el hospital y estuvimos pendiente de las noticias al respecto. Y salía victorioso, con la sonrisa de siempre.
Hoy, nos levantamos con la terrible noticia de su muerte. Descanse en paz. Y sigamos escuchando sus canciones. Luis Eduardo vive y vivirá en nuestro corazón y memoria.
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