Tan solos
Se van tan solos. Sin el calor familiar de los amigos en el adiós. Ellos, que fueron de charlas interminables en las reuniones. De risas ruidosas. De escuchas amistosos. Ellos que se ofrecían en ayudar. Que pedían alguna canción especial. Que eran candela en las reuniones. La chispa que iniciaba el fuego de la alegría. Que cuando decían alguna palabra de mala escucha pedían perdón. Ellos que escondían de juego las cosas. Que reparaba los corazones. Que se sumaban al trabajo en equipo. Los solidarios. Los que movían los pies bajo la mesa. Los que guiaban como anzuelo, a ver si. Se van inmerecidos tan solos. Sin el canto del marischi. Sin el funeral de la interminable noche con recuerdos y chistes. Sin el discurso fúnebre del amigo. Se van solos. Sin que hubiera una despedida común.
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