La llamada

Puedes llamar a todas partes. Cerca o lejos. De mucho aprecio y afecto o poco. De un pasado que radica en el casi olvido. O de una perfecta persona desconocida. Al azar o con flecha dirigida. Puedes llamar al espacio sideral para ver si hay alguien. A dios puedes llamar también. A un fantasma. A una estrella que fue fugaz en tu vida. A quienes pasaron en tu vida como en un doblete por primera base. Todas las llamadas son importantes. Absolutamente todas. Tardes horas o segundos. La formalidad del saludo. La confesión.  El sos. Pero sin duda la mejor llamada es a ti mismo. Aunque sea por cobrar. Y has de responderte. Nada de línea rota. O dice que estoy ocupado.

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