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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Propósitos

Entre mentiras blancas, escribir sobre burbujas de jabón más el oxígeno que falta, y miasmas. Escribir de carreteras que conducen a ninguna parte e ir sin más, la oscuridad, los faros. Escribir sobre la cuerda floja. Leer el movimiento de lo pequeño, a donde nadie se fija, también en el talón de Aquiles de los enanos de corazón. Quitarle zancos al orgullo y la vanidad. Asomarme al pozo donde aseguro que no estoy. No cejar en seguir mirando vigas, y no pajas. Lanzar al aire sopa de letras de la infancia e irlas acomodando como bálsamo en las heridas del hambre. Dar espacio a las letras del corazón y seguir cantando las canciones que cuentan mi historia personal. A la sombra de un león y donde quiera que estés. Este espejo está deforme.

Inocente

Inocente es el olvido en diciembre. Recordar savia es lanzar un avioncito para verlo deslizarse apenas segundos para aterrizaje forzoso. Y siendo papel, acariciarlo por el golpe sin daño y desplegarlo y escribir en el cuadriculado razones donde es más nítido el recuerdo. En tercera dimensión sin anteojos, escribo olvido y son 28 razones para el verso. Escribirlo es en conjunto el reto de los días. (Falta y corregir)

Olvido

Que bien viene el olvido de... ¡no me acuerdo ya! Ha sido borrasca, incertidumbre, desvelo. ¿Qué nombre?Viene bien el olvido. Transitar olvido es iniciar ruta de la nueva felicidad. Es como descubrir por primera vez la lluvia. ¡Cómo llueve! Es sentir el calvario de los besos. ¡Bésame mucho! Etiqueta de protocolo para inventar el "solo tú". Lo eterno no es tan efímero como pensaba. Olvido es reencarnar de nuevo, principio sin precipicio. Todo empieza con la inocencia. Razones en el final de diciembre para escribir un verso. Un solo verso.

Sombra

Es uno mismo, nada más, sombra. Fosforescencia negra en la claridad que nos circunda. Ancla de luz que sobre ninguna parte se refleja. Sombra el cirio ardiente donde se vela con nostalgia la última palabra, la última mirada, el beso último.Sombra el instante que inicia el ya no estamos. Oscuridad en el corazón, freno en lo sublime de la sangre.

Instantes

Instantes dan razón donde no hablamos, besos de tornillo. Palabras donde en mar se mecen olas. De pasos en vals por si bailamos. La mirada a la piedra lunar. Un guiño. Un viaje en carretera. Esperamos calor para llegar a la estación siguiente. Y morada espera de la luz intermitente. Un brillo, un resplandor, la luciérnaga. Así va la vida. Instante absurdo de la despedida. Y ahora a construir el instante de las notas musicales que claman el regreso. Recordad siempre que un breve instante es la vida.

Creer

Lo ideal es el punto medio, ojo al gato o gata y al garabato. Dudar siempre hasta corroborar. Dudar para que el conejo no sea nuestra insignia. Creer con esperanza -no siempre bien fundada- que al cerrar los ojos alguien nos sostendrá en la piel y las caricias, nos verá para integrarnos, alguien nos escuchará. Y de ser necesario ese alguien naufragará en el proceloso mar de la nada junto con nosotros, o en el cruce del Jordán.

Pronóstico

Hoy frío sin lluvia. Tímido se asoma el sol. Mañana parcialmente nublado. Pronostico tromba aunque sol interior. Viento suave como de mar en la memoria. Tormentas eléctricas también en la memoria. Tome sus precauciones. Lluvia ácida.  Prevéngase con paraguas multicolor. Y tome un libro de su agrado en bolsa de plástico. Piense en la humedad, en el polvo de ceniza donde fuego hay aún. Revise con frecuencia la temperatura del motor. Necesario tomar con cuidado carretera. Haga caso de señales.  Deslaves. Vendrán días soleados como esos de tiramisú de limón y un café.

Yo también

Yo también en diciembre escribo textos cursis, grises. Y digo felíz y próspero. Y canto Noche de paz y Blanca Navidad. Y los mejores deseos etcétera. También me acongoja impotente tanto mal, la pobreza, el llanto, el hambre. Y no solo de pan, digo, vive el hombre. Indiferencia e indolencia, señal del buen actor, que a todo dice sí, y nunca se equivoca. Y me da por comprar tartas de manzana e higo. Y regalo unos sandwuichs y café a personas de la la tercera edad como parche del destino que me pongo. Y doy monedas a payasos  y a quienes limpian vidrios en las calles. Yo también soy como tú miro películas, busco un libro para leer un poema.  Yo también extraño ese bálsamo que cura mis heridas.

Manifiesto

Somos fantasmas apocalípticos hacia la caída final. Cortamos nueces al nogal. Las comemos con fruición por la tanta  espera para el fruto. Cantamos canciones de nostalgia como ver llover, esta tarde. Fijamos la mirada para saber si estamos cerca o frente. Hace frío y llueve. Rosa o espina lo mismo da. Manifiesto el desorden de la ciudad, el agua, la basura, la indiferencia. Chocan personas con gritos como reclamos de primicias o de franquicias. Tonos de voz y miradas fieras. Manifiesto del sueño con caminos oscuros, desnudez, ropa prestada grande, llaves perdidas, ignorado ignorante como real fantasma donde no existo ni existes. Manifiesto del tiempo, clima herrático donde se espera sol llega lluvia, y viceversa. Manifiesto que faltan palabras, exhortos, (Falta y corregir)

Te recuerdo

Azul en la distancia, te recuerdo. A tu paso heliotropos saludando en el camino. Chispas de sol de adorno, para resaltar el recorrido. Azul en la distancia es un decir. Son palabras en botella al mar. Indiferencia es otra cosa, sobre todo lejanía. Olvido es muerte, es el pesar del no recuerdo. Recordar es vivir a pesar de todo. Circunstancias, registro, frío. Te recuerdo es un decir también. Una manera de revivir las rutas por las que transitamos. Nuestro universo está en esa construcción de adobe, el campo, fronda verde. Y los heliotropos. Bien recuerdo. Por ahora majestuosa tristeza, leí. Qué bien. Donde quiera que estés. Escribo escribiré. (Falta y corregir)

Consideraciones

Falta todo en la ausencia. Cavidad sin olor de flor. Saudade, vaho de efervescencia vana. Todas las palabras serán monumento al vacío mientras no indiquen ruta de salida del laberinto feudal. La salida es entrada. Y así andamos, extrañando esa tu apacible sonrisa y tu brazo por sobre mi hombro. Consideraciones aparte, feliz Navidad. (Corregir)

Considerando

Considerando la lluvia frenética, la oscuridad. Considerando la ausencia de topos, las canciones lentas. De nada sirve evocar esta tarde vi llover sin café, ni mapa con señales. Incesante llover. Entrechocan prisas y paraguas. Trompetista con familia por la calle. Notas a cambio de algo para comer. Y sonrisas además. Dios nunca muere, pido. La música, nostalgia viva, polvo bajo la alfombra. Considerando buscar miradas donde ya no están, ni debajo de las piedras. Sombras nada más con gato negro. Dios considere. Coro de ranas. Circunstancia y azar. 

Coordenadas

El visor indiscreto hace converger puntos luminosos para la imagen. Y un solo punto es el necesario para el cruce.Tiempo inexorable en el devenir del milagro. Chispas a causa de fricción. Historia sin fin como la de esos cuentos de piratas pata de pala con loro al hombro.  Termina la historia e inicia en el revés.

Herrumbre

De humedad y hierro brota herrumbre, sueño y soledad. Vapor que trasmina y deshace la dureza. Lámpara votiva que encapsula luz. Y a esperar el tiempo donde todo sea propicio para las palabras. Alumbrar el firmamento es contrariar el destino. Aumentar con lágrimas el mar es un verdadero desafío. La tanta luz del sol viene detrás y adelante de nosotros y proyecta nuestra sombra. Un laberinto construimos en vida y en la muerte va todo el herrumbre nuestro.

Luz y lumbre

No estamos para el protocolo ni la sonrisa de segunda. Convencional. Por eso no estamos. Hay palabras que se cuelan entendidas. Y hay entre líneas un discurso. Solo hay certezas en el pasado. E incertidumbre en el futuro. Tiempo detenido es este  presente en gerundio permanente. Sucede y fluye como el agua, como la sangre que reclama su propio momento. No estamos y las palabras se ahogan. La mirada lánguida se pierde. Hay un osario de recuerdos. Y hay también discos con canciones de navidad que no escuchamos. Sucede una sonrisa mientras tanto y llorar por dentro. Me dan abrazos con cuchillos que ciertamente no son de palo. Un faro construyo. Alumbraré. Luz y lumbre.

Felicidad

Felicidad es una alondra que enfrenta tempestades. Y todos nos convertimos en cazadores en veinte lecciones y un día. Con menos habilidad, ni digamos suerte, yo espero sentado en un balcón, o a orillas de la calle. Miro pasar a una niña con perrito. Y a una señora de buen ver, con algo de mascota que parece  ser un gato. Y empieza a lloviznar. Les extiendo un paraguas a ver si así me dirigen la palabra. Y la sonrisa se avecina, como feria de muros derribados. Y yo salgo de mí para mirarme.

Ojos

Hay ojos que detienen soledades, abismos insondables en los que se hunde el rojo o el azul. Ojos de mirar profundo que suspiran como no sé en que canción. De humedad sentenciados y van sorbiendo polvo en los caminos. Ojos que al opturar retienen bosques, mares, de allí obtienen el color. Y los que tienen en ellos la noche, con su propio brillo de luz. Hay ojos transparentes que sentencian y los que acarician con . Los que acaparan atención. Y los que miran -indiferentes- sin ver. La mirada no va en ellos. Viene del corazón y viaja hasta la razón. Estos ojos. Entablen palabras al por mayor, a su través.

Pájaros ciegos

Así, por donde vuelan, sin ruta, sin brújula, los pájaros ciegos, perdidos, confunden cielo con mar. Vuelven al principio como si fueran y van como si regresaran. Con hambre tienden sus alas a la espera del alimento común. Irradian luz a pesar de la visible oscuridad.

Lumbre

Vida es lumbre alentada por la conciencia. Lumbre son la mirada, las palabras, los sueños. Refulgir entre la oscuridad y proporcionar más luz cuando la claridad. Lumbre desde la infancia del hombre para reír y caminar firmes en ruta hacia el ascenso y derrumbe. Lumbre luminosa para quemar, cremar, incinerar esos destellos de la fricción. Azorados ojos quedan ciegos ante la tanta lumbre. De niño desafié el sol resplandeciente. Ahora trastabillo a tientas entre las calles. Y sin embargo atesoro lumbre entre mis manos y dentro de mí, de manera permanente, incesante. La lumbre nos consume y transforma. Aliento de ceniza final. Polvo fuimos, seremos.

Vislumbres

Un punto de luz, una nube. Todo conjugado para hacer aparecer la flor en el el momento oportuno, cuando las palabras, las miradas. Todo para sentir el tam tam de los tambores para asomarme y decir, por aquí, por acá. Ahora este tema. Estos títulos ya anotados sería un avance en organización. El amor. Y si entonces. Por si las dudas. La muerte. Tenía una vez un libro. Exótico lo que no es mío. Me voy. Adiós. Hoy la vi. Y maravilla recordar que viene el futuro. La imagen se congela. Tiempos de sembrar en el pavimiento mismo, para ver si así. ¿Quién me presta la escalera? Es verdad el sueño porque es verdad la vida.

Alumbres

Cuando amanece no es poca cosa. Y de noche tampoco es poca cosa el pensamiento y las imágenes.  Son alumbres transparentes donde se mira la huella del hombre. Flores junto a un féretro. Luminiscencias iridiscentes. Tamaños, formas, colores distintos. Y todo como marco para asomarse a la linea divisoria de transparencia entre la vida y la muerte. Ojo que las ve. Ojo que las vio en el nunca más. (Falta y corregir)

Más ahora

Más ahora que el destino viene con nosotros lo mismo que la muerte. Más ahora que el resto está en la mesa de juego y se pierde o gana todo, en el albur o dados. Ahora que la flama está con el fuego permanente. Que las palabras son inalterables y lo dicho es hierro fundido para placa en nuestra frente. Cuando al escuchar nuestros nombres todos tiemblan y más cuando saben que estamos presentes y al silencio ni nunca le damos categoría de definitivo. Escribo versos para ver si sucede el milagro. Y no me creáis. El milagro sucede a pesar de nosotros. Todos hacemos el canto, todos el llanto y el milagro. Más ahora que la amistad y el amor son el único y principal refugio o templo humano.

Vigencia 3

Vigencia el destino personal mientras permanece. Vigente la rutina con sus esferas de navidad y los regalos. Vigente el sueño de ganar el premio mayor de la lotería. Vigente el delirio y la sensación de vuelo de la aeromoza. La historia personal hasta que la estropea la muerte. Vigente el animal triste que nos domina.

Vigencia 2

Vigencia el mar y el dolor, sensación de lo vivido. En la breve crónica del todo tiempo el mar aparece como desbordado origen y destino final del movimiento. Y el dolor, este de mi bajo vientre, este del corazón, este desde toda la piel, me reclama manifiestos y esboza orden para escribir planas llenas de tarea no cumplida. Azul mar dolor de los antípodas, de lo que converge, de lo que disiente, de lo que convexa. Azul mar dolor que se agiganta y disminuye con las palpitaciones que reverberan en espejos sin imagen. Sedentarios mis píes nunca explican los motivos de la mano a quien acompaña. Y el ojo franco escudriña en soledades como piedras, destino en el desierto de estela sed. Soñar en barco, mar, que transita por sobre tu espalda. Una roca centrífuga estalla como el universo en el momento aquel. Vigentes viento, espuma, carta.

Lluvia

Cómo llueve. Escribo y lluvia. Nostalgia y lluvia. Café urgente y lluvia.  Aquí es decir ahora, tras la ventana, lluvia. La ciudad se guarda y resiste. Amurallada la memoria para las palabras no consigna aún el golpe de todo lo pasado. Corregir, borrar. Y falta.

Un día

Un día quedará atrás el camino recorrido, las miradas de odio, las risas, los versos que no se escribieron. Atrás el café con miradas. Atrás las risas, las palabras, libros amarillentos, fotografías de rostros conocidos. Y también atrás esas miradas a la luna en tiempo presente. Me quedaré con las ganas de escribir signos en el firmamento, de sembrar olivos, de leer libros donde no se habla de destinos con verdades.Un día seré un vago recuerdo entre la bruma del tiempo. Y seguirá el movimiento de la vida en su páramo permanente.

Árbol

Háblame del árbol de la infancia. Colecté frutos. Rudimento del afán por primero lo privado. Recuerdo la caverna donde dibujé bisontes rodeado por el hambre, única envoltura de la muerte. Vigente el signo, bien que lo recuerdo. Fuimos uniendo eslabones de materia, ideas. cantos. Por eso el pensamiento vigente vislumbra luz y oscuridad . Mira si no, a punto de ser piedra vuela a causa del cambio permanente. Huye de mi. Sal soy. Limón soy. Grieta. Grillete soy.

Vigencia

Vigencia el tiempo presente. Los movimientos y el caminar por cuerda en el aire. Aleteo de palomas y de buitres confundidos, ciegos, dándose de topes en paredes. Vigencia el tiempo presente desde el púlpito y el escaño. Lenguas montaraces como una Torre de Babel repitiendo amad oro, loros, vengan loros. Vigencia la mentira en todo momento. En duda tradiciones, costumbres, formas arcaicas del tiempo detenido. Certeza en calumnias y traiciones.  No hay tiempo tenido, hay amarras, nudos ciegos. Vigente la piedra en pensamientos. Vamos a cambiar piedra por piedra. Pirro, frases hechas. Clases de historia confundidas con piedras remotas lanzadas a la frente de nadie. Vigente la vidente que mira presente aunque rima, y solamente camina por monedas, para variar el pan. Somos islas en un universo donde nadie importa a nadie. Avestruz. Tomamos barro para construir ollas, fachadas de casas. Y en ese polvo vamos nosotros, tú y yo. Todos. Es preciso no faltar a la cita con el pasado ni futuro. Per

Ahora

Me faltan las palabras. Las pronunciadas desde el origen de los sueños. Palabras encendidas de arrebol con luces y truenos. Esas que fueron siempre material de incendio de pradera y manzana. Las que transportan al lugar preciso del origen donde la ancestral caverna se transforma en orquídea. Las de almíbar miel con leche tibia. Las de las razonadas caminatas por el campo verde común de los primeros textos. Me faltan las palabras que nunca se dijeron y las mil veces repetidas. (Falta y corregir)

A fin de cuentas

A fin de cuentas hay hechos concretos. Nuestro tesoro. Por ejemplo, las nubes de algodón en cajitas de cartón. El poema y la canción por escribir, crónicas de nuestros días. El libro no escrito a partir de la tangible sensación de piel que va en las manos. Y esos pasos alegres por las calles de la ciudad indiferente. La risa sonora con falta de aire a la orilla de la playa. El susto con los policías de carretera. El amanecer en sueños con besos de tornillo en buenos días. Tangible a fin de cuentas el tiempo oro donde las palabras dijeron su mejor discurso. Y jugar por jugar como infantes en pleno ejercicio de las alas.  (Falta y corregir)

Versiones

No hay unanimidad.  Un barco velero y la espuma de mar. El saco verde oliva del capitán. Un vaso de agua cuando la sed, no. O lo mismo comer cuando el hambre. La felicidad transita por debajo del barco en forma de anémona. Un caballero inglés y una dama japonesa.Y reír cuando el caminar por sobre las aguas. Al leproso besar. Ascenso entre las nubes. La guitarra. He allí la voz en el canto. cierre los ojos. En estampida el beso. Leerás mañana como iniciar para buscar el tiempo perdido. El dado sobre la mesa resonar. Escribir por besar. Mejor en viceversa. Tema versión. Y el viento con falda y cabellera. Y el viento las hojas traspapelar. Y es otoño. Y no se me ocurre algo más que contar. Revuelo de palomas. Tercera llamada, al comenzar: versiones de la felicidad.  (Falta y corregir)

Vicisitudes

Encontrar la piedra y adorarla como dios. Y saber que las peores piedras son las de la imaginación. Encontrar pared y a topes derribarla y saber después que cerca estaba la salida. Y levantar de nuevo otra pared distinta aunque pintada diferente. Entrar al laberinto, yo y tú, ambos, y saber que tiene una salida sola. Y preferir ignorar razones de belleza, de valorar momentos. Leo grafitti en la ciudad del sueño con el verso de Lennon La felicidad es una pistola caliente. Y calentar una pistola cualquiera para ver si así sucede el milagro de ser felices para siempre. Y navego en el mar de las filosofías cuanto más extrañas, mas sofisticadas, menos entusiasmo por la vida. Vicisitud no es buscar y no encontrar razones para dar sentido a la existencia. Es construir un escudo con vanidad y orgullo. Y no llamar y no llamar y no llamar. Al fin que todo vuelve. La vida es una y además es sueño.

Digo

Decir libro y acordarnos ambos en ese o aquel de pastas duras con canciones o poemas. Y yo en ese acumulado donde leo referencias de infortunio. Palabras clave remiten a un tiempo pasado o proyectan paraíso en el por venir. Si refiero la palabra poema, recuerdo imágenes libres donde anduvimos aluviones y ola alta para ver si nubes definían el rumbo. O ese reloj en diseño especial con números romanos. Y el libro de mi vida donde a detalle cuente de intersticios en los que construí castillos para ver si pasan por el ojo de una aguja. A veces digo silencio y necesito esas tus miradas para luego tomarnos de la mano y caminar por alfombras rojas como antes cuento de hadas infantiles. En la memoria resplandece la luz de los recuerdos. Y aquí ando montado en esas canciones del recuerdo. Gracias por estar aquí.

Lecturas

Leo pez donde dice mar. Y donde dice hombre vislumbro miseria. Miro las estrellas y leo el gran golpe de belleza del arquitecto universal. Despertar azoro de personas. Lapislázuli. Leo mina donde dice plata, mineros en lo oscuro surcan bajo tierra. Y la plata brilla con presteza en la noche por el refulgir de la luz reflejo de la luna. Yo recuerdo que leí libros silogismos de lo amargo. Dulce, pide la muñeca. Y yo me espanto dónde puede estar su habla. Es ventrílocuo, me explican, arte ciencia de hacer hablar a lo inerte a través de fino movimiento de la boca.  Rana salte. Maravilla. ¿Dónde andarás segura que la vida es un roce de palabras, sueños malabares? Donde nostalgia hace su parte y extraña esas calles por las noches con farolas, de auto, encendidas. Alto, dice el policía de la moral. A condena por brincarse el hilo donde todo queda contenido. Chispas saltan. Ah. Leo fuego ardiente donde miro las cenizas.

Miseria

Miseria  reina sobre pueblos y ciudades, grandes urbes. Es filosofía de buitres que asoman la cabeza para imponer soberanía, mando. Miseria es buscar en botes de basura el alimento. Es esconder impaciencia y dignidad en cofre debajo de la cama. Es estar sin palabra en pensamiento y sin dibujito de feria con caballos de la infancia. Miseria es asustarse de la lluvia, de los viernes 13 y de las brujas. Es ausentarse cuando llama la batalla. Es confinar al fuego el pecado en público a lo que en privado se ensalza. Es miserabilizar la hostia y vender agua bendita en garrafones. Es intentar fraude hasta en los besos a cambio de monedas. Es correr descalzo y desnudo en sueños conciencia de lo mal que anda el mundo, arabescos. Miseria es mirar todo desde las alturas o desde el pozo. Es construir templos para hacer negocio, franquicias de otras latitudes. Es decir luna sin pensar en nada. Es pensar que la eternidad es nuestra, y el polvo la utopía de algo tan lejano. Miseria es mirar mar nada.

La felicidad

La felicidad  muestra los colmillos cuando quiere. También cuando quiere, breve y silenciosa, te apapacha soplando aire caliente en tus oídos. Es un truco de magia en la feria de la vida. Donde menos te la esperas aparece y como viene, sin remordimiento, se va.  Es un escondrijo de caverna milenaria, desde Platón adivinar la historia. Es una ventana donde el amor se ve. Es la puerta que se cierra atrás de ti. Y cuando quieres tocas, y nadie se conduele a abrir. Es una página en blanco como la soledad que espera al final del camino. Es un tigre de Bengala bajo el calor tropical cuando amanece en la lluvia nieve. Es un escándalo dicen, cuando se presenta con disfraz de marioneta y alegra a los niños mientras muestra la minifalda en el tendedero aquel. Es un susurro en el cine para luego en los meses de la distancia manifestarse como suspiro. Es defender ese río, montaña y el camino aquel como propios aunque de todos sea. Es así, y se escapa cuando se requiere su presencia en este festiva

Ese entonces

Cuando el teléfono suene y no seas tú ni yo, sino el banco o simplemente equivocado. Cuando el camino sin rumbo nos sea extraño y el polvo o piedra nada signifiquen. Cuando la luna sea solo piedra de reflejo natural. Y los pájaros tampoco con su vuelo nada signifiquen. Cuando a expensas de la uva y el olivo se escriban textos sin pretexto más que el ejercicio diario. y el cuaderno esté a la espera de esas palabras de culpabilidad, olvido y hasta el común indiferente. Cuando en la lápida se escriban esas palabras que dejamos y que nadie entiende. Mientras no suceda que el cuerpo inerte sea solo despojo de algo que sucedió en ese entonces. Todo está por escribirse, nada hay de sueños rotos. (falta y corregir)

Zapatos

Estos zapatos de medida única son los míos. De origen ellos saben -fango, arena, pavimento- mi ruta hacia el fin desde el inicio. Dame dulce, dame más dulce. Apenas llegan a mi lengua y se derriten. Decía zapatos. El camino ha sido largo al frente para seguir de faquir o mago. Miente el destino. El campo sigue con manos de barro y con barro construyendo paredes que perduran tiempo. Resultado: un cocodrilito café; una olla para el agua fresca; un toro rústico para el estante. Estos zapatos me sostuvieron cuando vi venir la lluvia de estrellas. Eran clavos. Un pájaro negro hincó sus dientes sobre la biblia cuando los cardos y las flores. El devenir del tiempo me llevó a al infructuoso cavilar filosofía. A escribir textos dromedarios estrujados en hoja de papel para el bolsillo. Y los zapatos parecían volar como los del mago en el circo. Los bajamos a culatazo limpio. Otro dulce. Otro dulce. No uses mis zapatos. No te sirven. Cada quien en los propios sabe definir el llanto, la sonrisa, e

Dónde

Dónde están las horas, conjunto de tiempo combinado con espacios en los que cantamos loas a la vida. Dónde las hojas blancas a la espera de palabras como miel, manzana, leche tibia. La estación macilenta en la que ufanos escribimos letras con las que se condensa la clave. Dónde el aroma de la piel conversa con el propio aroma y hace justicia a lo intangible. Por eso la pregunta, por el sueño de la vida mientras se sueña. Dónde están las palabras juradas, justas, esas que tienen el brillo de las luciérnagas en lo oscuro de la rutina cotidiana. Camino entre cardos y soliloquios, imágenes de historia y proyectos ajenos. No están rotos los riscos ni desahuaciadas las espinas, las aristas. Uno sabe de la llave perdida, dados en la mesa, ruleta de martes sin hipódromo.

Parte de guerra

Sin guerra aquí, como decir parte: sin novedad. Preparo hacha, por si las dudas. Un paraguas y escudo para detner esas ráfagas de miradas. Y un walk man viejo para recordar historias en canciones. La trinchera levantada ayer permanece, mas no por mucho tiempo. Disparan, fuego, disparan. Yo me cubro con los brazos. Y no funciona. No funciona. Entonces me acuerdo de la risa. Y escribo algo. Un punto de oído, un punto de vista. Palabras, palabras.  (Falta y corregir)

Ecos

Repercuten vocablos. Sonoridad a través del tiempo,  aluvión de sueños y esperanzas. Las todas voces del desierto, conflicto por fronteras, linea miles de veces recorridas con sangre. Siembras de algodón con sudor de generaciones. Altar por la salinidad del desierto. Los vocablos se entrelazan para conceptualizar estaciones estivales, rutas de comercio, de reconocimiento por los avances de la ciencia. La nueva religión. Lucro, lucro. ¿En qué momento la usura despojó la carnalidad de lo humano? Hacia qué ruta pondrán la matanza de animales. Los gallinazos todos perderán la cabeza por el lucro. Vamos a ver. Tiremos el borrador y escribamos la nueva historia.  (Falta y corregir)

Leve tornar

Leve tornarse a piedra o agua simple. Para ver si así razona mejor gusano. Leve el viento mezcla con el tiempo. Azorados viajeros dirimen en miradas ausentes sus momentos. Barajan cartas del destino para ver si acaso o en hojas secas o asientos de café dicen o desdicen lo que sigue. Leve suspiro sin aliento donde pacen cervatillos. Leve el cúmulo de palabras ahora desnudas. Ausente de sí en la levedad, como burbujas de jabón. Leve yo en el trajinar en esta aldea de las ausencias (Falta y corregir).

Inmortal

Inmortal la piedra reducida al polvo. La vida reducida al polvo. Inmortal. La savia entre las hojas. Las cartas de bastos ajadas. Inmortal el ´polen viajero. Las esporas. La combinación. El amor, espejismo de las dudas y los anhelos. Inmortal la palabra, y esas combinaciones de vibrar la sonatina. Miramos al arcoiris. Nada sucede. Apenas espejismo del agua. Y el laberinto de la salida nunca de la entrada. Haremos polvo el inmortal orgullo y la vanidad. A tantos y tantos de diciembre. (Falta y corregir)

Esa tarde

La esperanza, esa tarde. Vislumbrar el sol de frente. Y las hojas  de los árboles. Un viento suave. Frescor. Y buscar en la memoria si existe la palabra adiós. Y saber que no. Que la nostalgia se edita en tiempo presente. Y el libro lo escribimos entre ambos. El libro de la vida, la nuestra.(Falta y corregir)

Un tipo así

Lento en el peregrinar desde -sí- desde la caverna azul. Tallé piedras con pedernal. Y dibujé geranios, árboles de mezquite y venados a punto de sucumbir ante cazadores furtivos. Tristeza en la mirada de esos venados en el por qué en nosotros fija la muerte. Oí sonido hueco como tam. Y repetí el sonido sintiendo mover caderas y corazón, Mire sí, mire no. Y me fui a caminar para ver más allá de nuestro  bosque nariz. De noche las estrellas. Los anteojos no bastaban para escudriñar y rompí los vidrios que me impuso la aldea. Y caminé alegre por una vereda, a tientas. Y descubrí distintos olores, sabores y texturas. Un libro más otro, la biblioteca primigenia. Alcé el cuerpo sostenido  en dos. E inicié la ruta de las palabras y los sueños. Nombre el mundo que me nombró. Y tú aquí, pronunciada y tocada como con varita mágica. La sonrisa fue nuestra enciclopedia de historias.  Fue sin querer escribir el libro de la historia personal de un tipo así. (Falta y corregir)

Pronóstico

Pronóstico del tiempo. Torrenciales lluvias, nubarrones. Vientos ligeros ascendentes a huracanados. Para declinar a brisa suave por la tarde noche. Asomará el sol tímido. Impredecible esa mezcla de fuerzas naturales. Cuando esto sucede el frío indiscriminado se desboca como caballo en el campo. Y se añoran las brasas de ese tiempo infantil donde en el crudo invierno asomábamos la cara entre abrigos. Seguimos siendo esos niños con ruta el juego. Sin aspavientos por el tener. Siendo en la sonrisa. Y las nubes blancas eran señales de inicio para descubrir las barbas de Dios, los caballitos de madera en su cabalgata diurna, los soldaditos de plomo, el dulce de algodón, la mariposa. De eso se trata ahora y siempre. Nubes trastocadas por el viento.

¿Por qué se escribe?

¿Por qué se escribe? Ni magia o brillantez, tampoco ego. Sea la forma o el modo. Cada quien hace lo propio por poner raya al tigre de la vida. Alguien dibuja la rosa en botón o marchita. Y se siente su perfume. Alguien más encuentra la mejor combinación de sonidos con silencios. Y uno mira rostros de satisfacción. Para qué decir las palabras que se van revelando y a veces rebelando. Escribo para que amanezca en mí la mejor mirada, satisfecho del día que inicia y cuando termina. Nadie dicta. Nada somos en el tiempo. Apenas el viento susurra. Caen las hojas. Ahora mismo caen. Ocres, amarillas. Y cuando la primavera reinicia el ciclo también escribo por no saber hacer otras cosas, sobre todo útiles como hacer pan. Preparar café. Cambiar llantas en la vulcanizadora. Y este Vulcano se aparece entre las sombras cada vez que el jugo de limón está en la mesa.

No es eso

Reposa ahora -Oh, malandrín- pero recuerda siempre. El daño a la libélula y todo por parecer entomólogo, lo que no eres. Esa vanidad, ese orgullo, ese sueño. Esa hulillación permanente como autoflagelo. Escribiré la declaración para presentarla ante el juez. Recuerdo todo ese andar descalzo como sonámbulo por calles de la ciudad, la barba larga y la mirada lánguida sin rumbo. Cada calle era ruta del destino. La banca del parque y frente a mí los perros galos del paseo. Sentarse y seguir mirando alrededor como si fuera a fijarme esas imágenes en la mente. Absurdo. No había prisa para el nuevo día o la noche. Era sacar el cuaderno de notas y escribir palabras al azar como globos, urracas, alacranes. Y luego hacer combinaciones a manera de llenar crucigramas, pero no, acá eran versos de ocasión sin o con rima al gusto del cliente por las monedas para el pan. Intercambio de favores. No es eso. Es que la vida se va y tratarnos de aferrarnos con uñas. En fin que nunca recibí la lección corre

Cierto

Hablé de más la ocasión aquella cuando dije chocolates para ver si transformaba el poema en la historia personal. Teníamos un carrito de juguetes. Y jugamos junto a los laureles de la India mientras la lluvia. Eran tiempos a la vez de las despedidas como bienvenidas. Con boleto comprado para el vagón de servidumbre escuchamos boleros en la sala de espera. Me bajo, el instinto de supervivincia de especie, al camino. Veamos qué sucede. Descubrimos el fuego.  Asamos carne del rinoceronte. Y atragantarse. Comparte. Miro el programa de mano: tragedia, comedia y charla. Última función. Y quedo sorprendido que parece todo un zoologico empezando por mi. Terquedad de sentirse fauno. Trago saliva. No es por hambre. Es que uno debería guardar silencio cuando las palabras están allí, esclavas, con ganas de salir. Y dicen: qué barbaridad, otro loco anda aquí. No más.

Silencio

Sentenciamos: todo es silencio. Nos dimos cuenta cuando no hubo más palabra. Nos dimos cuenta de la ausencia de imágenes. El silencio se impuso como para refutar el paso del tiempo. Como decir sueños fallidos, reconstruir la esperanza, el paso detenido. La linea rota dinamita el puente entre pasado y presente. Lindes. Y uno se refugia en notas suaves, el beber arándano, recordar la araucaria. El átomo. La Itaca. Los pasadizos secretos nos condujeron de la caverna a la escritura y de esta al viaje espacial. Incluidos, en primer momento, las nubes y el tapete mágico. Por eso uno valora la poesía también en el silencio. No todo está en silencio, no. Escucho el canto triste de los grillos.

Carta de recomendación

Me extiendo carta como "responsable y de buenos principios". Y nadie ha de tener duda porque yo mismo firmo. Me conozco desde esa antigüedad cuando vino algo de razón. Tengo los primeros datos del recuerdo. Y también todos estos años de relación de cuerpo sombra y viceversa. Mientes, mientes, digo ante el espejo, Y el eco me retintina en el oído. Una cosa es lo que se ve de  este que soy. Y otra es esa oscuridad que se oculta en la vida, anónima, de este lado del muro. A puerta cerrada. En la soledad más íntima, a donde el pensamiento farfulla ideas de ayer y hoy. Me conozco y a veces me recomiendo, a veces no, dependiendo quien me pide referencias. En ocasiones me adorno y con modestia desmedida hablo de brillo, de altura. Y a veces digo ¿qué razón tengo de mostrar solo la parte clara que todos ven y se imaginan así soy siempre? Buenos modales, la sonrisa. Y luego me voy al otro extremo. Yo mismo no me compraría. Y es entonces cuando me revelo y decido no firmar esta carta d

Retrato

El que escribe es otro, fatuo, vanidoso. Yo en cambio soy de roto y remendado corazón. Ideología de brincar el muro a tientas. Sí, el muro de Berlín. En todo caso, perdonad la rima, Merlín fue mi maestro. A él le debo lo que soy.  Mi piel tiene grietas por huella de la histórica cicuta . Y el rostro con máscara de esperanza facilita surcos, el tiempo. Ortografía dos que tres, no olvido el punto en la i, el acento donde va y reconozco la o por lo redondo. Ufano con fuerza  saludo de mano y las palabras señal de humo, bienvenido, cómo estás, incluyendo el áspero adiós. Como todo viajero de paso ando siempre en todo lugar incluyendo aquí, allá. Con precioso sombrero en la frontera, polka y redova pido de música pagada mejor. A levantar polvo, porque polvo soy. Lector, deletreo sueños, esperanzas, hambre. Me afano en descubrir espantos con petates de muerto y fértiles dobles discursos en su avidez de fantasmas y fantasías. Lento transito vericuetos, caminos y entrar o salir de laberintos,