Zapatos
Estos zapatos de medida única son los míos. De origen ellos saben -fango, arena, pavimento- mi ruta hacia el fin desde el inicio. Dame dulce, dame más dulce. Apenas llegan a mi lengua y se derriten. Decía zapatos. El camino ha sido largo al frente para seguir de faquir o mago. Miente el destino. El campo sigue con manos de barro y con barro construyendo paredes que perduran tiempo. Resultado: un cocodrilito café; una olla para el agua fresca; un toro rústico para el estante. Estos zapatos me sostuvieron cuando vi venir la lluvia de estrellas. Eran clavos. Un pájaro negro hincó sus dientes sobre la biblia cuando los cardos y las flores. El devenir del tiempo me llevó a al infructuoso cavilar filosofía. A escribir textos dromedarios estrujados en hoja de papel para el bolsillo. Y los zapatos parecían volar como los del mago en el circo. Los bajamos a culatazo limpio. Otro dulce. Otro dulce. No uses mis zapatos. No te sirven. Cada quien en los propios sabe definir el llanto, la sonrisa, el desatino.
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