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Mostrando entradas de julio, 2018

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El lirio, la gardenia, la orquídea. Embeleso por su color y el aroma. Hemos viajado con origen y destino distinto. Me gusta la nube viajera. Los perros. El frío. No hay deleite mayor. Que recorrer distancia y gozar las palabras, la mirada y el extraño rito de encontrarse. Mi padre me abrazaba rumbo al colegio y cine. Mi madre me abrazaba en las cuotas y el desánimo. Me gusta el recuerdo. De aquella infancia y juventud. No huyas de ti. Al final has de encontrarte. Me aseguraba esa morena de color sonrisa. Nadie viene de lejos. Cada lugar es cercano. El maíz crece. Las toronjas maduras. Los higos carnales. Me gusta ese descansar a orilla del río. Ese mirarme en sus ojos, madre. Negros de tan lindos. Y platicaba serena. Me gusta. Mi parte era callado. Un pr resbaladizo. Le gustaba recordar de su tierra. Sus orígenes. Y se fueron yendo despacio y en silencio. No los vi más para el abrazo. Me gusta recordarlos. Hace viento. Llueve y canta el zinc. Hemos esperado. Me gusta esta fiesta de la

Esperanza

Esperanza sin caminar no sirve. Muere a lo último. Si. Pero no basta. Es necesario traer leña seca. Tener cerillos y encender el fuego. El fuego de la vida. Hacer leña si no la hay. Buscar hojarasca. Y encender con sonrisas.. la fricción es imagen. De piedras. Para la verdadera chispa de la vida. Y mirar adorados el flamear de las llamas. La esperanza no sirve sola. Sin el anhelo y los sueños. Y junto a ellos el accionar. Vamos. El camino espera. O hacer camino. Me sirven un café. Lo saboreo. Esperanza es sabernos responsables de uno mismo. De que cada paso. Sonrisa o guiño. Tienen su razón de ser. En el coincidir. Martes como sábado. El corazón sabe. La esperanza es el alimento de la nube para que llueva en la sequía. Para que germine la semilla. Para que en cada casa se incube n los motivos de la sonrisa.

Es mágico

Me cuelgo a veces de la noche. Para meterme al recuerdo. Un sol oscuro. Radiante por lo bruñido. Y a dialogar con los fantasma. Sobre el milagro de la vida. El recorrido de la sangre. Él diástole y sístole. La resistencia social. Alzar la voz y mano. Uno se sorprende de tanta belleza. De tanta perfección. Las ideas y palabras. Los sueños y los anhelos. Las tantas voces de lucha. Es magia. Es milagro. Es asomarse abajo con mirada de pájaro. Y sorprenderse de la gran maqueta. Arco iris. Saltó de rana. La luciérnaga. De la oruga al vuelo de la mariposa. Y asombra el libro vertiginoso. Los dibujos rupestres. Los abajo firmantes. Todo es maravilla de vida. El gran creador del universo. Por ejemplo la música y la sonrisa. Aquí vamos. Danzas optimistas con la nube. Amo mi guitarra. Posesiva. Las notas.

Lirio

El quemante sol ha doblegado las flores del lirio. Su belleza parece que sucumbe. De pronto un viento fresco y la lluvia leve se aparecer. Las flores se levantan de nuevo. Y acometen contra el desánimo y la injuria.

Conversar

Conversar es la fórmula perfecta. Para enfrentar los demonios terrenales. La eterna zozobra de lo que sigue. Es amamantar las palabras. Y nutrirlas de sentido ontológico. Es encarecidamente sabernos palabras e ideas por sobre modelos ideales. Es abrazar sin decir palabras. Solo pensar. Dejar fluir el tiempo en los momentos. Tomar por ejemplo un libro y dialogar con el pasado. Por los vericuetos que toman personajes. Y esos diálogos infinitos que terminan con la palabra fin. Y siguen la ruta con otros nombres, en otras coincidencias. Con versos, sin ellos. Con sonrisa, eso sí. Y los perfumes de flor. O algo por el estilo. Conversar es decir, decirnos. Y estar motivados hasta para mandar mensajes a la luna. O relatar de las antiguas cartas al mar lanzadas sin destinatario fijo. Hablamos de la amistad. Y de la eternidad. En esa conversación que no termina.

Gracias

Gracias por el día y la noche, sucesivos. Por los colores y las líneas, los contornos. Por los sonidos y al pentagrama. El aire. La luz. Los frutos. Por las palabras las sonrisas. Gracias por la entereza y la valentía. Por los hombres de esperanza y los de paz. Por los sueños de anoche y de mañana. Por los anhelos. Por esa confianza generada en el ser y estar. Más la coincidencia. Por el agua transparente y las olas. Por el durazno y la granada. Uno puede agradecer. Y hacerlo es la conciliación con lo que somos y lo que existe.

Me canso

Me canso sí, de perderme en la nada y el vacío.  De decir que sí a todo. De tratar de quedar bien con todos.  De caminar sin ruta. De entrarle a un libro y otro. Sin terminar alguno. Ahora iré cabalgando de uno a otro. De inicio a fin para comenzar de nuevo. Quizá por el otoño. Quizá la lluvia. Me enamoro del tiempo. Las palabras, la risa. Unos huevos fritos. Y café. Sírvanme otro. Prueben el té de jengibre con naranja agria. Fuimos lo que somos. Ya no seremos futuro. Ese falaz tiempo. Sin embargo brindo por la amistad. El amor. Y los perros. Me canso de silencios y palabras. Por eso ahora. Caigo. Callo.

Cuando feliz por real

Cuando feliz por real. La esperanza´, por ejemplo. Viva en uno. Se refleja en la mirada. La fruta verde o madura. La mariposa en su vuelo. Real no porque la ves. Sino independiente de ti. La manera de echar al camino la sonrisa junto con los pies. No basta la flor en la solapa. Ni la lectura de versos. Eso puede ser mecánico. El olor del libro es distinto. Cercano a uno. Acaso olor de frutas. Y los colores. El movimiento del agua o el aire. Y los recuerdos. Por partes. Etapas de la vida. Lo interior y exterior. Los conceptos. Lo que es en sí. Y lo que no. Feliz por real. En los acontecimientos. Cantos, palabras, ensoñación. Lecturas. Lo otro eran las prisas. Las envidias. Lo que te conduce a nada. Serena la luz. La oscuridad en contraparte. Fuimos subiendo el cerro alto un día. Luego de bajada con la sonrisa plena. En el camino -transcurso del tiempo- encontramos la flor. Razón de ser. 

Siempre habita un corazón preciso

Siempre habita un corazón preciso. Nada importa su tamaño o edad. O especie. El corazón late con fuerza cuando presiente. Tu corazón late con fuerza cuando lo presientes. Gravedad de la caída libre. Como si lo fuera. La espera imprecisa. El libro en el estante. Los corazones precisos son los de las coincidencias. Los tiempos se concatenan. Eslabones de cadena. Son los de la nostalgia. Los de la espera en andenes. Los de encuentros fortuitos. Por eso habitarlos da sentido. La sangre sigue su curso. El tren o autobús se detienen en el preciso instante. Los astros se alinean. La burbuja de jabón flota. Tomar café es bueno para los nervios. Leer es bueno para el corazón alegre. La música en solitario es sentirnos acompañados de manera permanente. Trata de ser un corazón preciso. Solo esos se habitan entre iguales.

Entre tanto

Entre tanto te recuerdo. Hago paréntesis en el día y la noche. Nos ocupamos de tanto entre papeles y viejas canciones. Y las prisas nos van cercando. Y los recuerdos se agolpan. Todos y los tantos recuerdos. Parece somos seres de recuerdos. Solo eso. La vida es el presente. Solo que los recuerdos nos definen. Nos construyen en lo que somos y determinan lo que hacemos. Son nuestra debilidad y nuestra fuerza. Entre tanto te recuerdo. Es una canción. Santiago de Chile. Las calles de mi pueblo. Las caminatas entre la nube y el polvo. Las confesiones de lo que hacemos cuando no nos vemos. Entre tanto la vida va cumpliendo su función en el individuo. Por si acaso cuenta si también me recuerdas. desde lo alto. Madre. Revolución. Patria. Canción. Hay un Dios.

Maravilla (2)

Surte efecto la imagen del agua. para la salud. Maravilla. Un saco verde oliva en el recuerdo. Siempre. A la hora de hacer recuento. Recuerdos de aquella vez. De aquellas veces. Cuando soñar era la constante. Sin dormir a veces. El vals de la vida tenía sus compases lentos. Habría que hacer la parte de uno. Como furia de los mares. A la deriva, sí. Por momentos. Y la furia en la mirada. Los brazos de mamá. La vida misma. Consuelo en las vicisitudes. Con esa manera de ir a contracorriente. Así se templó el acero. Principios básicos de filosofía. Y la Madre. Eso iba siendo un encender la flama. Y los amigos de aquellos años. Bien recuerdo. Claro que sí. Por otras razones. A esos equipos de la escuela. Con la caña de pescar las ilusiones. Los sueños de futuro. Y no sabíamos qué. Ha de ser por eso. Solamente. Ayer platicamos. Y mañana lo mismo. hasta que ya no. Por siempre y para siempre. Algo ha de haber más allá. No como la experiencia nos dicta. Un café y guitarra. Un pan. Y listo. mara

Maravilla

Maravilla el tiempo. Este que sorbemos a diario. Y de a poco se nos escapa (tiempo). La risa. Estridente risa. Sonora. Que nos conduce por vericuetos hacia el triunfo. Personal. Refiero. Las palabras que edifican en el interior los templos. De la esperanza y fe. De los recuerdos moriscos. De los duraznos en almíbar. Maravilla la distancia. De un punto a otro. Que el imán de la terquedad atrae. No somos tan distintos. Recuerdo La Alhambra. Antes las cuevas. Centurias para asomar la cara. Mirarnos en el reflejo del agua. Maravilla la oración. Para reconocernos poderosos en lo pequeño. En lo efímero. poderosos para vencernos a nosotros mismos. Y emerger. Fénix. De entre la ciénega. Las maledicencias. De los contornos donde reptan los que reptan. Maravilla el abrazo. La luminosidad de la risa. Y música con palabras. He aquí en este ahora. En este presente. Que promete.

Aquí y ahora

Aquí y ahora en este instante. Tiempo presente donde sucede todo lo posible e imposible. Donde los hechos concretos son hormigas en fila como palabras de la charla. Aquí es el lugar. Ahora el tiempo. Tienes palabras y risas. Miradas que se enlazan a otras miradas. Y quedan para registró en la memoria de lo que no vuelve. Y a otra cosa mariposa. Prueba un helado. Lee un libro. Aquí ahora es la vida. No hay más por el momento. Más que un fluir del tiempo. Una canción se congela en movimiento. Este se detiene para el estudio de lo que no es más. Aquí es el valle. Sueño e insomnio. Guerra y paz. Desamor es caída libre sin malla protectora. Caes de la nube. Despiertas del sueño. Y la realidad es material de estudio permanente. Ahora no existe. Es el pasado. El brinco del futuro al pasado. Sin pasaporte ni aduana. Aquí y ahora es un sueño. Como la niñez y los 30 años.

Azul

Azul de amar. Que se confunde el cielo con la mar. Una golondrina allí va en lo alto. Capitán. Y acomete la Ola en ese Movimiento de eternidad. La historia sin fin. De ir y volver.. porque son las despedidas que nos sientan bien. Azul de vuelo. En la cima estuvimos. Picoteo de Gavilán. Daba la Nota el azul de inmensidad. Te queda bien el color. Dijo adiós desde la ventanilla del autobús. Estatua de sal. Azul de luz. La mirada convocante. El encuentro. Cantan en coro Los Ángeles de azul. La eternidad cabe en el puño del tiempo. Un minuto basta para la Azul felicidad.

Imagina 2

Imagina un oso hormiguero. Una nube viajera. Un reno y un rinoceronte. El agua transparente. El sonido del mar en su golpe de ola al risco. Imagina una bicicleta con niña que aprende aún sufran sus rodillas. Un aula escolar en vacaciones con voces y risas  en eco. Las canciones Boa de la Sonora Santanera. Imagina en la Alameda Central a Frank Sinatra cantando en abandono. La cal. La sal. El sol. Imagina el viento que cruza por estrechos. La hoz. Un as. Un haz. El escorpión en el agua. Un moje lo salva y es picado. Un cuento y otro más. Para arrullarnos en la vida. La mandolina Fender en casa. Un hombre pide pan. Otro lo gana. De cada quien según sus capacidades. A cada quien según sus necesidades. Imagina el poema perfecto. Sueñas a Borges. Es real el sueño. Subes al tren de la ausencia. Y te marchas al fin. Olvida usted el epitafio, te dijeron antes de abordarlo. No escuchaste entre tanto ruido.

Imagina

Imagina un ratón. Un jaguar. Un gato. Un árbol. Un río. Un mar. Un libro. Una cueva. Un lápiz. Imagina una silla. Una camisa. Una nube. Imagina un sol resplandeciente. Imagina una canción. Una montaña. El eco. Imagina un cielo. Un ángel. Un Dios. Un pozo de agua. Un camino. Imagina el polvo. Un cementerio. Un martillo. Una pieza de pan. Un pescado multiplicado. Un pájaro. Imagina el ajedrez. Un perro. La manzana. Imagina la frontera. Autos viejos. Latas de cerveza. Inamgina una oveja. Un edificio. Un avión. Imagina un torno. Un candil. Una hoja blanca de papel. Imagina un Dios. Imagina su barba blanca. Y un corazón

El tren de la victoria

El tren de la victoria carga asimismo a la derrota. para no olvidar de lo que somos. De lo que estamos hechos. Lágrimas y sudor. Cruza valles y montañas. Rodea escarpados picos. Señorial, lanza fumarolas. Para dejar huella en su paso. Es un decir, por rodar.  Por supuesto. Yo lo miro desde lejos. Llego tarde y no me espera. Cuando estoy listo en la estación no pasa. Así de simple. A veces lo abordo en sueños. Y es una delicia con su música ambiental. Y sus empanadas de calabaza. Los amigos festejan con limonada fresca. Y cantan acompañados de guitarra hasta la madrugada. Y despierto. Y estoy en la realidad de la derrota. El tiempo pasa. La muerte sonríe. Y hace como que no me encuentra. Pero el tren de la victoria lleva también en su vagón soberbia, ego, fuerza.

Te echan tierra

Bien. ¿Te echan tierra? Al final será eso: tierra sobre nosotros. Mientras tanto, risas, canciones y palabras. Jeje.

Has dicho algo

Has dicho algo. Las palabras irrumpieron en el silencio. Todos voltean a verte. Las palabras dichas. Un pasado al que no se vuelve. El impacto en lo propio. Se preparan los misiles. Las respuestas. Una manera de diálogo. No hay paz. Sí la hay. Nombres propios. Señales claras. Has dicho algo. Prosa. La oralidad. Los cuentos. Las analogías. Hubiera sido mejor el silencio. La poesía llegará a su punto mayor cuanto el poema quede en el silencio. El poema sin palabras. El verdadero poema. Mientras tanto escribe. Di algo. La vida se sostiene en palabras y miradas.

Por si vuelves

La muerta se fue. Por si vuelves tengo preparado el amoniaco. Las sales minerales. Y la música de fondo. La muerte vino. Y la tomamos. Por si al caso era la duda. Había amanecido. Todo el día de sol. Y vino la noche. Por si vuelves tengo listas las rosas secas y las espinas. Hombre preparado vale por dos. La música de fanfarrias, un rito. Tengo listo el poema vacío. Y el tiempo que se nos fue. Había gemidos, susurros y a veces gritos. Escribimos parte de la historia. Por si vuelves tengo el horno listo para bollos. La costumbre es una falsa dicha. No se mueve una sola hoja de árbol. Cantan los pájaros. Los amigos han muerto. Basta ya. Nos espera el cementerio. Escriba su epitafio. Levanten acta. No me la haces dos veces. Por si vuelves dirás tú nombre y apellidos. El olvido nos hace presa fácil. No tenemos otro camino. Por si vuelves prefuntaré si sabes mi nombre. Y una de dos. No existimos o somos otros.

Eterna juventud

En distintos lugares, casas, espejos, se miraron cada uno con orgullo. Cuerpos bellos de la juventud. Hombre y mujer. Sonrientes. Satisfechos. Piel tersa. Suave. Murmuraron sobre el tiempo. Lejana la vejez con sus achaques. Esas imágenes corresponden ahora al pasado. Son el pasado. Sintieron apenas como si fuera el paso de unas horas. Fueron cincuenta años. Se miran ahora al espejo. Observan en sus cuerpos el paso del tiempo. No hay retorno. Dimos vueltas a la noria. Brincamos. Dimos tumbos. La lejana vejez del futuro se convirtió en lejana juventud del pasado. Eso somos. Materia sin tiempo. Y vamos en ruta a donde no estaremos.

El milagro de la vida

El milagro de la vida. Una nota musical multiplicada. La manzana y la serpiente. Las pinturas en las cuevas. La semilla en germinación. Yo canto al pie de una ventana. De casa que nadie habita. Las miradas en la luna. La rabia contenida. La usura en su permanente aquelarre. Las garras del lobo. Los cuentos de Caperucita. No salen las cuentas. Tanta marginación. Tanta soberbia. Al olvido el canto. Queman libros. Una ceguera moral que conduce fino al suicidio. Más hay esperanza. La vida Maravillosa. El viaje al interior. Los poemas. Pound. Whitman. Los obreros levantan solidarios varías casas para ellos. La montaña se ha movido. Es un milagro la existencia. Otro milagro es la conciencia.

Llegará el instante del olvido

Alguien  preguntará. Y será el último intento de saber tu nombre. Los pasos . El camino. Entonces llegará el año del olvido. El preciso instante del olvido. A la basura los zapatos viejos. Los libros. La guitarra de regalo. Más nadie sabrá ya de quien fue en su uso. El olvido será más allá del punto final. Un pozo de agua. La escuela vieja. Los carritos. La jarra. Porque todo tiene su tiempo. Para todo hubo su tiempo. En este paso por la vida. Las canciones de moda. La moda en la industria del vestido. El glamour de la alfombra rosa. El festival de cine en Venecia. Las películas. La pluma de ganso con la que escribiste las últimas palabras. No sé quién era. Dirá alguien antes de echar Las fotos al monte del olvido. Mientras tanto beso rima con verso.

Justo y necesario 2

Entender. Entendernos. Que es esto. Es justo y necesario acercarnos. Mirarnos a los ojos. Y decir. Preguntar. Afirmar. Exponer. Algo de razón lógica tiene. Este entrar  a la vida y salir. Esta manera de enfocar y desenfocar el tiempo. Hemos venido con un fin. Fin último. Más no sabemos. Llueve. Truena. Se hacen trucos. Tocan a la puerta. Nada. Nadie. Cajas de cartón. Barcos de papel. Y cantamos. Bailamos. Y seguimos una ruta hacia ninguna parte. Que razón hay. Por qué. Para que. Polvo sereno. Luz en la piel. La rosa furtiva. La pasionaria. Libros. Más libros. Y palabras. Alguna razón hay. Alguna justificación. La fórmula. El plano de todo este alucine de materia e ideas. Tantos otros han pensado. Dilucidado. Tantos otros se han quedado la cabeza. Y se concluye qué hay adiós. Qué hay adiós. Que no hay Dios. Que un arquitecto. Un origen de mente superior. Y aquí andamos. Seca el viento. La palabra. Las miradas.

Cristóbal

Que cumples años. Hace días fue, hermano Cristóbal. Carnal. Va mi abrazo desde lejos. A tu corazón cercano. Tanto que vivimos. En esa etapa de la risa fácil. Donde cargamos la guitarra. Y pasaba yo por tu casa. Rumbo a la escuela Normal que nos iba moldeando. En ese dodge coronet oro. O en la camioneta Ford de tu padre. Y en el día a día. Que eran de tarde. De 3 a 9 fuimos construyendo una amistad. Una escultura de amistad. La rondallaCon Alberto. Luego contigo. Y La foto de la Misma, que estuvo por años molesta en esa dirección de escuela. Yo miro tus fotografías. Por donde andas. En el juego de pelota. Que es de familia. En tus andanzas feliz por esos viajes al norte. Frecuentes. Con esa satisfacción de vivir pleno la vida. Y has cumplido años reciente. Seguro que la pasaste bien con los tuyos. Que tengas salud. Lo mismo que tu familia. Ah. Cristóbal hermano. Carnal. No olvido las empanadas de calabaza. Que tu mami me invitaba. Y me ofrecía otra. Y siempre me quedaba con ganas de otr

Hay un recuerdo

Hay un recuerdo que viene y va. Se sube a la montaña rusa. Se lanza en paracaídas. Hace piruetas para no llegar al olvido. Me envuelve con su vaho. Me hace señas. Me guiña. Un recuerdo que viene de lejos. De geografía y tiempo. Lanza dardos en la tarde cuando el sol se oculta. Flechas con jugo de manzana. Y palabras monzónicas para decribirse tormenta. Yo soy indiferente al canto de sirenita. Y hago como que no me doy cuenta. Para el despiste. Pido café. Me lo sirven casi al instante. Cremoso. Azúcar mascabado. Y sigue la charla. me preguntan. Respondo. Pregunto. Y el recuerdo se agolpa como si fuera un presente nítido. Es un plural el recuerdo. Una higuera. La noche. La luna llena. El recuerdo viene y va. Es el porvenir. La muerte. El polvo. Venimos desde lejos. Para ceder espacio en la acera. Asiento en el camión. Y en la tierra.

Hay un olvido

Hay un olvido que me espera. Paciente. Me hace señas de lejos y sonríe. Me espera con o sin parsimonia. Que dolor. Que pena. Sin aspavientos. Una espina con su correspondiente rosa. Una espera sin esperar nada. Acaso la nostalgia y el eco de recuerdos. Un pozo de luz. Una rosa con palabras. Hay un olvido que me nombra. Una hoja con apuntes. Un sueño. Una cicatriz. Me espera con la certeza del que vuelve. Como el asesino al lugar del crimen.  Rémora de los días. Ancla del tiempo. Por si fuera poco es olvido. Y hace lo posible como oruga de transformarse en mariposa. En recuerdos. Un olvido es bálsamo que cura. Es el aliento al oído. Las palabras suaves en el cine. Son las alas en conjunto para el carnal vuelo. A ese olvido me refiero. Un olvido que martillea mi cerebro. Y acá andamos a tontas y locas.

Justo y necesario

Es justo y necesario responder. Respondernos. Las preguntas que vienen desde antes. Por el origen. El destino. Las razones de andar por estos rumbos. En el paso de las generaciones. La muerte. Las palabras. Si era necesario e imperioso todo. Esta manera de ver las cosas. La lección aprendida desde niños. Nacer, crecer, reproducirse y morir. Plantar un árbol, hijo, libro. Es justo responder para no lanzarnos al vacío. Justo responder para no caer en la nada. Y lanzar golpes a la pared. Al cíclope. Hacer rounds de sombra. Lanzar cartas al mar. Justo y necesario para no perdernos en discusiones estériles. Plusvalía. Dialéctica. En discusiones sobre culpas. Sobre razones domésticas. Razones para no creer los cuentos. Los tantos cuentos. Y no salen las cuentas. Otro café. Por favor. Caliente. Y componer el mundo. Desde el Café París. O La Antigua. Vamos sigue el día a día. El parque nos espera aún. Para ver las flores de verano. Y el olor a vida que permanece. Aún. Un tiempo. Justo y necesa

A domicilio

A domicilio la comida rápida. Y los libros. Para que suene bien. El disco sin límite. Los buenos deseos. Porque domicilio es la casa hogar. El entorno. Las voces discordantes. Me han servido un café frïo. Y lo tomo por no generar polémica. Filosofía del café frío. Apuntes razonables. Es un decir..  las necesarias palabras. A domicilio la carta. La botella vacía. A domicilio el amor gratinado. Las estrellas de noche. La luna de día. La misma  melancolía. Los sueños del pasado y porvenir. Llueve ahora. El parasol no es para la lluvia. El café se entibia con mi mano en la taza. Por ahora el sueño de la rosa. La cosa en sí. A domicilio la extranjería. Los tantos rostros amados.

La tanta luz

La tanta luz del día, las sonrisas, las palabras, entre tanto, develan el milagro de la vida. Agradecido. Por un día más que coronan las miradas. Por ese ritmo frenético, los impulsos, las vicisitudes. Donde estés, donde camines. Por esa división de colores. El telar. Las máquinas simples. Por ese libro escondido bajo la almohada. Los cantos ceremoniales. La conquista. Hay un afán de tenerlo todo. Si se tiene todo o casi teniendo vida. Olvidaba decir que las flores. Si, las flores. Tengo un pequeño reloj que me avisa de a poco a poco que nos vamos. Y el milagro permanece. La vida. Única, intransferible.

Piensa en ti

Sin egoísmo piensa en ti y en los otros. A modo de referencia. El prójimo más próximo eres tú. Parte de ti el viaje hacia los otros. Que es la comprensión de todo lo que sucede. Incluyendo las guerras por el poder, el amor y las posiciones. Preciso por eso pienses en ti. En ese gran corazón y alma. Por esas alas materializadas en los sueños. En ti. Y en los otros. Con sus necesidades, anhelos y proyectos. La vida es bella. Y finita en uno. Se escapa sonriendo, soñando. Pensar en ti es tu felicidad. Que es tu interior. No deviene del exterior. Acaso lo dudes. Por eso piensa en ti. Y en los otros. No oigas a quien necio quiere truncar tu camino. Levantar obstáculos en tu mente. Y te crea monstruos en legiones. Piensa en ti. Cree en ti. Y adelante mariposa. Paloma. En ti y en los otros, piensa. Construir el mundo es avanzar en nosotros mismos. En el ser. No en el tener.

Azul

En mar de paz azul. Inmerso. Con vela desplegada en el noble viaje. De la vida. Con el cielo por testigo. Marinero de tierra. En la reconciliación y el modo de decir. Con palabras en plena construcción. Aprendizaje. Y saber que por ejemplo que mar lleva en su interior el mar. Con la tranquilidad del embeleso. Y lo proceloso de la tormenta. Mar azul de la nostalgia. Ese saudade que se fue construyendo con gotas de agua, rocío, miel. Superada la hiel de las cosas. Y con rosas encontradas en el mar. Azul.

El tiempo te cerca

El tiempo te cerca. A su mando y medida. En sus manos. Acorralado buscas salidas. Pretextos. Haces piruetas. Justificaciones. Mides el tiempo. Te fugarás bueno en ganar tiempo. Coleccionas calendarios. Relojes. Recuerdos. Y haces historias para tener material de nostalgia. Barro. Polvo.  Merodeas los límites. Sueñas casa de madera. Buscas un verso que sea canción a que salve. El tiempo cerca. Apenas tienes tIrmpo. Alguna sonrisa es anzuelo. Alguna palabra o mirada remonta vuelo. E insistes que la vida es un sueño. El tiempo no. Y te cerca indiferente. Mecánico.

Negro

Negro. En la caverna -casa- no hay luz. Todo oscuro como el universo mismo. Un pregón de colores se escucha. Voces fuertes de alerta. Nadie mira. Acostumbrados a la oscuridad, los movimientos son normales. Hemos dado un salto hacia atrás. Sacan cuentas en las bóvedas de los bancos, a oscuras. Hacen la reproducción biológica, a oscuras. Todo negro. Ausencia de luz. Las ideas pinatrrajeaban la tarde, el parque, las paredes. Para expresar algo, a ciegas. La desesperanza por la huida. El nervio óptico sin función. Lejos la fruición por la vida. Belleza. Apuntes en la libreta. Dibujos. A la espera de una chispa. por si acaso. Hemos dado la vuelta al mundo. Escapamos del tiempo. El ciego se puso los anteojos. Para disimular. Y camina como si nada.

Blanco

La tanta luz. La suma de colores. Hemos garabateado el blanco en lo negro. Para contar sobre el hombre. Lo que se vivió por centurias. Las historias de fuerza y poder. Las historias de amor. Las de fé y esperanza. Los tantos retos impuesto como meta. La usura y la lujuria. Por tener más. Lo obsceno de dominar a otros. De empobrecer a otros. De miserabilizarlos. Por eso el blanco es el espacio perfecto. En el que el hombre hace gala de sus inquietudes. Sus sueños.  Busca alimento en botes de basura. Encuentra viejas cartas de amor. Se compadece de los otros. No de sí mismo. Rescata el alacrán del río. Deja de lado el acumulamiento de cosas. El consumismo atroz. Blanco en la mirada. Ciego, solo así logra captar la tanta luz en su cerebro.