Eterna juventud
En distintos lugares, casas, espejos, se miraron cada uno con orgullo. Cuerpos bellos de la juventud. Hombre y mujer. Sonrientes. Satisfechos. Piel tersa. Suave. Murmuraron sobre el tiempo. Lejana la vejez con sus achaques. Esas imágenes corresponden ahora al pasado. Son el pasado. Sintieron apenas como si fuera el paso de unas horas. Fueron cincuenta años. Se miran ahora al espejo. Observan en sus cuerpos el paso del tiempo. No hay retorno. Dimos vueltas a la noria. Brincamos. Dimos tumbos. La lejana vejez del futuro se convirtió en lejana juventud del pasado. Eso somos. Materia sin tiempo. Y vamos en ruta a donde no estaremos.
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