Hay un olvido
Hay un olvido que me espera. Paciente. Me hace señas de lejos y sonríe. Me espera con o sin parsimonia. Que dolor. Que pena. Sin aspavientos. Una espina con su correspondiente rosa. Una espera sin esperar nada. Acaso la nostalgia y el eco de recuerdos. Un pozo de luz. Una rosa con palabras. Hay un olvido que me nombra. Una hoja con apuntes. Un sueño. Una cicatriz. Me espera con la certeza del que vuelve. Como el asesino al lugar del crimen. Rémora de los días. Ancla del tiempo. Por si fuera poco es olvido. Y hace lo posible como oruga de transformarse en mariposa. En recuerdos. Un olvido es bálsamo que cura. Es el aliento al oído. Las palabras suaves en el cine. Son las alas en conjunto para el carnal vuelo. A ese olvido me refiero. Un olvido que martillea mi cerebro. Y acá andamos a tontas y locas.
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