Era el llamado

Era el llamado al nadie y al después. Solícitos estaban al pendiente. Para tratar con ellos. Antes llama a después. Y a nadie. Era un alboroto por el barullo. De nadie escuchar a nadie. Una especie de Torre de Babel. Con sus características de los nuevos tiempos. nadie llama a la rutina. Allí presente, vestida de comodidad. Con traje sastre de confort. Pocas veces el silencio se extraña. Cuando no hay definición. O conciencia. Nadie, rutina, después, prisa. Todos llegaron acompañados de estrés. se desentendieron de las palabras. No ocuparon los libros. Tenían miradas de estío. Empezaron los reclamos. La vida misma se escapaba delante de ellos. A veces por la ventana. Por la puerta. O por las rendijas de la pared de madera. Barrunto de sopor. Negligencia. Despecho. Empezaban los reclamos por los espacios. Por el aire medido a cuenta final. Nadie salió. No había espejos en la pared. Se miraron unos a otros. Fin.

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