No he dejado de soñar

No he dejado de soñar las tardes maravilla. Allí se va el tiempo en esmeralda o zafiro. Flores, por ejemplo. Y el pasto verde en el bosque. Los sueños son los anhelos. De lo que se pierde o nos sigue. Hemos escrito palabras en el aire y construido ahora ya viejos castillos feudales. La sonrisa va más allá, a donde la palabra Y es llave para los encuentros poetas del mundo uníos. No supimos la respuesta. Los pájaros cagaban la cabeza de la estatua. Y la quitaron. Tiempos modernos y difíciles. No he dejado de soñar. Hábito la utopía de La Paz. Cese la educación social para el lucro, la mentira, el engaño. La urraca o mariposa vale lo mismo que la piedra. La rana salta. Y ese mecanismo justifica la poesía o el vuelo. O el canto. No he dejado de soñar. Cuando despierto lluvia. Enfrentó al plástico. Albañales. Por eso la garza vuela. Pararse en una sola para. El equilibrio en la sonrisa es la utopía. Y que todos los niño coman bien.

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