Sálvese quien pueda (2)

Lo mismo leer la afirmación que los niños que están estudiando ahora en primaria estudiarán carreras que aún no se conocen, causa desconcierto. No sin antes inferir igualmente, que aunque no se afirmaba categóricamente así, los que estudiaron primaria de mi generación ignoraban que en el futuro se crearían carreras relacionadas con la programación e internet.
Por supuesto que quienes leen el libro y están estudiando una carrera determinada. O quienes están estudiando en educación básica se encuentran ante la incertidumbre de qué estudiar, en función de los planteamientos que hace el autor del libro, reitero, con base en entrevistas hechas a científicos investigadores relacionados con el futuro de la humanidad y sobre inteligencia artificial.
Replantean el concepto del trabajo. Cuando hemos crecido en la ruta científica de que el trabajo es el que transformó al prehomínido en ser humano; y que un desempleado tiende a que baje su autoestima; el planteamiento futurista es que los robots y las máquinas al ocupar los puestos de trabajo desencadenarían un desempleo mayúsculo, entonces qué pasaría con una mayúscula cantidad de personas desempleadas. La respuesta según los entrevistados, ese sería el ideal de humanidad para que pudieran ocupar su tiempo en actividades comunitarias, deporte, arte y cultura. Lo cual se lograría siempre y cuando los estados asignaran una mensualidad que les permitiera asegurar lo básico.
En sálvese quien puede, se detallan los empleos, sobre todo los de actividades rutinarias y predecibles, que sería ocupados por robots, y cuáles serían los empleos blandos que solamente los seres humanos, como usted y yo, pueden desempeñar.
Mientras tanto con la lectura del libro, es conveniente recordar el adagio de cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar.

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