Si vieras entonces

Si vieras entonces, qué bonito. El amanecer con flores. Y esa luz pertinaz que a la pupila alegra. Porque todo es claro. Más claro. Con algo de nublado en ocasiones. Las calles desiertas como en descanso. Para el paso libre de peatones. Si vieras. Porque de seguro ves. Cunado te asiste interés por la vida. El agua briosa del río. Caudal de luz que convoca a fuerza mineral y líquida. Entonces sabrás que se piensa en todo instante. En el esplendor del bullicio. Y las notas musicales dentro del suspiro. Y miro a contraluz la imagen mil veces soñada en un instante. Luz y alegría. Si vieras este tiempo. Como todo presente arrogante y con nostalgia de pasado. Y con expectativa de futuro. Cuando caiga la noche -es de tarde- atraparé con la mirada una estrella. Una sola. Y guardarla por si llegas a la cita por nadie convocada. En este juego de la vida. A veces se nos va sin jugarla. El tiempo. Se va sin comprender razones. Ni fines últimos de estar en este crepúsculo parecido al ocaso. Lámpara de luz. Que de a poquito al final se extingue.

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