De niños
De niños, el frío era un juego. Nos quedábamos bajo las cobijas. O en la escuela jugábamos a mover el cuerpo y cerrar y abrir las manos. Cantábamos. A veces caminábamos descalzos en agua casi congelada. Los pies se amorataban. Y nosotros repetía os con risas las canciones de Cri Cri aprendidas con el maestro Carlos Cabello. En secundaria los bailes populares nos daban calor. Los juegos de esa edad entraban a otra etapa. Alguna cercanía. Juego de manos. Y ya en la escuela Normal fue invisible el frío. Entre el deporte y el cine. O las esquinas oscuras para recitar con silencios los cantos de la juventud.
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