Corridos

Con la muerte de Chito Cano, apenas ayer, vienen al recuerdo los corridos que escuchábamos en la radio y se oían en las cantinas. Entre tantos, el que le compusieron al legendario personaje. "Año del 74, el mes de octubre corría, en Reynosa, Tamaulipas, al despuntar nuevo día, hirieron a Chito Cano no se sabe quién sería".
Crecimos con los corridos, de todos los tonos y de diversas épocas. Con ellos aprendimos a escuchar nuestra historia de este lado, la marginada, la que emerge, la que irrumpe, la que se impone. Luego por secundaria leímos que era parte de nuestra cultura el género del corrido. Un buen corrido, un buena limonada o cerveza, un elote asado y la interminable charla norteña con fondo musical: "De Reynosa a Matamoros/ de Monterrey a Laredo/ anden con mucho cuidado/ agentes y pistoleros/ todavía soy Chito Cano/ y todavía no me muero".

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