Piruetas

Saltar al vacío y en caída libre hacer dos o tres piruetas y cabriolas, no es como se imagina cualquiera una mala fortuna de saltimbanqui. Uno empieza por practicar dando saltitos bajo la lluvia, o detrás de la cámara. Uno corre por la arboleda y entre caminos la maroma aparece, el salto triple, o el salto del tigre. Así va la vida. El cuerpo necesita siempre movimiento para facilitar la circulación de la sangre y las ideas se refresquen cada mañana. Aquí va  sonrisa y palabras. Ambas forman parte siempre de mi movimiento, el único.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?