Día de muertos 2

Cuando llegue la muerte por mi, dejadla entrar hacia mi alcoba. La esperaba desde hace tiempo, desde el nacimiento. En el trayecto tantas veces se acercó  para hablarme al oído y tomarme de la mano. Una vez a los 18 años iba en camioneta montado en un montón de naranjas. Era en la carretera San Luis Potosí-México. De pronto aparece la muerte desde la curva, provocativa, coqueta, somnolienta. Yo abro los brazos, amoroso. El final estaba escribiéndose desde ese instante. Luego estuvo más cerca a los 37 cuando explotó el neumático, se rompieron los cristales. Me acarició el rostro y me besó, lo juro. Yo iba con un amigo que ansiaba la libertad del fin. La muerte se acerca a mi, coqueta, me tapa la nariz, juguetona, me acaba el aire. Y luego risueña me suelta.
Yo disimulo. Hago como que no la veo, como que no viene por mi. Estoy preparado, casi listo.

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