Crimen

Alrededor de mi la circunstancia. Observo a personas disminuidas con la mano abierta al frente pidiendo una moneda por el amor a un Dios. Niños de algunos años acostados en la acera donde huele a orines y perros se acomodan sobre cartones mojados. Ancianos sin arrugas ni piel y tratando de esbozar una sonrisa como mueca de burla ante la insolencia de los jóvenes. Como me ves te verás, dicen genuflexos entre mandíbulas y labios como belfos. Jóvenes con tatuajes de unicornios y vírgenes jugando a la muerte de verdad degollando semejantes y sonriendo a carcajadas sonoras mientras eructan sangre. Muchachas locales  ofreciendo a extranjeros su sexo por dos dólares o firma en acta de matrimonio para simular familias nuevas. En cuevas de lujo, hombres con manos finas y limpias, ataviados con camisas sport de cuello blanco firman los convenios para el traslado o muerte de ganado como premio a su buen comportamiento con tarjeta de crédito, a veinte meses sin intereses.

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