La muerte

La muerte tiene trabajo y ganancias las fábricas de pólvora y acero. En avión ligero se traslada de Ciudad Juárez a Trípoli, y regresa rauda en un ir y venir. Tiene ayudantes certeros en muchas partes, dignatarios de poder y ezquizofrénicos. Con su guadaña firma su paso. Olor de sangre expuesta al aire. La muerte democrática abriga por igual al indocumentado, al asalariado, al potentado y al diplomático.En la ONU y por seguridad levantan la mano en voto aprobatorio para la guerra en nombre de la paz.
Yo me traslado en mi silla de ruedas con la prisa del que no tiene a dónde llegar. Ni por qué salir. Me aferro a un libro de cuentos, miro la luna y guardo silencio. Las ratas en la noche deambulan y como San Francisco les digo "mis hermanas, criaturitas de Dios".  
Es hora de dormir sin sueño. Enciendo el televisor. Y me acomodo en esta cama de hospital mientras en Libia los misiles bomba seleccionan los cuerpos de militares y respetan los cuerpos de civiles. Es el avance de la ciencia.

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