Pueblo

Mañana es el veremos. Se pospone todo, sobre todo el mejor cielo del futuro. Uno sube al cerro y mira el caserío. Ese no es el pueblo, sino quienes allí viven. Y van desfilando la moza, el caballerango, el rico hacendado, la ama de casa por el pan, el vaquero, los niños a la escuela, la abuelita con su sonrisa del tiempo, la maestra de escuela cantando canciones de Cri-Cri, el comerciante que agrega cien gramos a cada kilo, el chofer del autobús que suspira cada vez que pasa por allí, el sacristán a quien falta pelo, el cura que carga siempre un libro de filosofía, el peluquero que sabe las cien mil historias y el usurero.
Yo construí un pueblo entero en miniatura. Un buen día a todo el caserío con su gente lo volví de nuevo un amasijo de plastilina, amorfo.

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