Caída libre

Mire usted al clavadista. Observe la lentitud con la que cae, como un dios, dueño de sí, de la gravedad, en cámara lenta. Y la tensión de los músculos. La amplia panorámica muestra el atardecer, la figura recortada, los peñascos, el remolino de las nubes como olas desbocadas, el sol de ocaso en incendio total. Meciéndose gaviotas al fondo, brevedad aún en el silencio. Uno imagina al clavadista en el trapecio, balanceo cercano a la amargura. Y con malla elástica para esperar caída y no tenga huesos rotos.Como el cometa abandonado por el niño, cae, cae, cae.

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