La piedra
Piensa en la piedra. Su existir no depende de lo propio. Omnipresente está en la montaña, en el camino, en las casas. Y tiene en sí todos los colores, apreciada, útil en su uso. Colgante, bella. Hosca cuando llega en golpe para el derrumbe. Se tropieza con la misma o con otra. Y deja herida, como huellas de vivencia. Y qué decir de las históricas que iban en la honda de David. O las que fueron unidas para esas pirámides. Piedra lunar, solar. Piedra simple. Piedrecilla. A veces piedra dura es la cabeza cuando se resiste, y sirve aún así para sostener sombreros.
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