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Mostrando entradas de junio, 2018

Rojo

Rojo tiene ojo. Entonces mira. Observa detenidamente. Escudriña. Y va a tu corazón. Presencia en la mirada. Y enciende llama. Que no acaba. Hasta verter una lagrima de júbilo en el jarro de la vida. Ojo de buey que nos mira. Ojo de saltimbanqui que tanto ha visto. Desde el yermo  de Itaca. Hasta la pálida flor nocturna. Rojo no necesita cerillo para empezar incendios. Ni requiere la chispa. Es un envolver de magia. Con pasionaria. Y amen con amén. Desde la caverna primitiva o moderna. Que para el caso es lo mismo. Rojo el imán de lo inmediato. De lo efímero. La luciérnaga muestra el camino. Y el rojo sabe de lo que se habla. Y calla. Porque incendia sin pena.

Espero

Fumo un cigarrillo y espero. A la suerte. A la muerte. Con una sonrisa de oreja a oreja. No fumo. Aprendí a no fumar. Y respirar profundo en el campo. Y a suspirar por los tantos recuerdos. En una esquina. espero. Que pase la realidad de mis sueños. Los ojos tiernos. El colibrí enamorado. Espero las ovejas. Es tarde. Para llevarlas de vuelta a casa. Y hasta la vista del día siguiente. Espero el verso que me salve. Que lo repitan todos. En silencio. Espero la película romántica. La luna guiñe un ojo. Se ha tardado el tiempo del porvenir. Y uno mismo ante el espejo. El reflejo de lo posible, lo tangible. Lo esperado. Espero ir y volver. El boleto del retorno. La postal del ojo que todo lo mira. Fumo un cigarrillo. Volutas de humo. Sueño.

Se agota nuestro tiempo

Se agota nuestro tiempo. El espacio que se nos ha concedido. Ese ser y estar entre paréntesis donde antes y después la nada. Caminos y senderos recorridos. Enfrentados a paredes que no existían. Y a animales fantásticos creados por el miedo y la imaginación. Se agota ese tiempo perfecto de las constelaciones. las amistades. Y la charla con sonrisa. Recorrimos ideas. Comprendimos modos distintos de concebir el mundo. Nos aplicamos en buscar respuestas a orígenes y destino. Y caímos al mismo punto. Formamos parte de un concentrado inimaginable. Con pulsaciones y palpitaciones infinitas. No en uno. Sino en esa manera tangible de volver en otros tiempos. Materia infinita. Almas selectas, refinadas en su paso por esta ventana de tiempo. Se agota nuestro tiempo. Cantemos mientras tanto. Aleluya. Mi dulce señor. Mi dulce, la amistad y el amor.

La vida bella

La vida bella. La vida breve. Efímera. Con sus largas avenidas. Los callejones de polvo. Cons sus mariposas monarca. Con los patricios y gentiles. Hemos recorrido un trecho desde un punto al extremo. Desde la altura del hombre. El dominio de la bestia. Desde las pinturas en cueva a los grande murales. Comunicación con eco. Botes con hilo en el juego. A las noticias vía satélite. Hemos llegado con canciones de madrugada. Un corte a la moda. Colores radiantes. Un largo y dulce beso. Un conjunto de versos. De estación en estación. De puerto en puerto. De canción en canción. La vida que se escapa de a poco. Con la esperanza de ir y volver. Con la paciencia. El pelo al aire. La sonrisa franca. La sonora carcajada. Los amigos que llaman desde lejos. Puedo escribir los versos más tristes. Contar de los besos alegres. Del motor que no enciende. De la televisión apagada. De la guitarra armónica.

Vienes

Vienes, viernes. Te anuncias rimbombante. Prometedor y exultante. Con algunos textos bajo el brazo. Y palabras a flor de labios. Para aromar el ambiente. Para hacer brillar los callejones y los rincones del parque. Vienes. A hacer ondear la bandera de la alegría. Para atacarnos de la risa por esta paz interna que nos gana. Viernes de sortilegio y magia. De versos para incendiar la pradera de lo interno. Para acabar con el encono. Para mostrar los dientes como anuncio de dentífricos. Y para respirar mediante suspiros. Anuncia salida de sol. De luna clara. Bienvenido con anticipación. De esos se trata. De aprovechar al máximo los segundos. Este presente finito. El jueves es plenitud. Todo presente es plenitud.

Lo tienes todo

Lo tienes todo. La vida. Ese poder de respirar profundo. Suspirar. Ese pensamiento miscelanea. De colores y tibieza. De abrazos. El poder de soñar. Lo tienes. Esa claridad meridiana. Por las palabras. La música. El recuerdo permanente. Los libros. Lo tienes. La capacidad de amar la naturaleza. Ojos alegres. Esas miradas que acompañan. Papeles viejos y fotografías. Todo. Lo tienes todo. Un árbol de años. A quien cantas Mi árbol y yo. Tienes las flores. Los robles grandes. Un pájaro carpintero picotea cerca de ti. Miras un colibrí aletear en pacto con la flor. Recortes de periódicos. La sonrisa. La luz del sol. La luna. Un pasado. Memorial. Presente. Y la nada. Tienes el resorte y la resortera. El agua transparente. Tienes la montaña y el pozo de agua. Los cantos de Pound. Los poemas de Pessoa. La araña tejiendo la red. El pez en su pecera. Las ovejas balando y dando lana. El vals de la tarde. Las guitarras. Un presente activo. Un caballito de tequila y su limòn. La ràfaga de viento. El ...

Estarás allí

Estarás allí en el momento justo, por donde iba la piedra, por donde la sonrisa. Por donde empezó la vida. Porque todo es una mezcla de casualidades y causalidades. Porque todo está escrito en el diario del corazón de Dios. Mas las distintas jugadas en combinación de los dados. Estarás justo en el momento de la oración. Del picoteo del carpintero. Del colibrí en contacto sublime con la flor. Coincidirás en la palabra del discurso. En la caída de la manzana. En el debut de los adolescentes. Maneras confusas de aferrarse a lo obvio. Estarás para dar testimonio de los sucesos. En el odio. El rencor. El amor. La historia tuvo un principio y estarás allí. Y un final. Y también estarás allí. He pedido un café. Y estarás también cuando traigan el café. Dos personas se cruzan, se saludan. Y cada quien sigue su ruta. Y piensan en las jugadas de Dios. Los dados y los millones de posibilidades. Y coincidir no es poca cosa.

Me distraje

Un café, por favor. Pedí y me distraje. La vida me puso al frente todo el tiempo. Y me entretuve en trivialidades y ensueños sin pie ni cabeza. Añoraciones. El paso del tiempo tritura lento. Como si no existiera. Y sin dolor. Y vamos con emociones hacia retos sin paz ni dicha. Grises momentos donde se pierde el tiempo. En discusiones estériles. Fijamos posiciones. Retos. Para ganar discusiones estériles. Miradas sin señales de vida. De a ver quien corre más. Quién grita más. Como distintivo de las prisas. Un café saboreo. Escribía sobre escribir el domingo pasado. Treinta y tres hojas de parra, la moda. Los recuerdos en el fondo del pozo. Las risas aquellas que hicieron soñar. El spleen. El anzuelo puesto al pez. Para ver si ahora sí. No busques, ya encuentras. Explicaciones o datos escondidos. Tomamos café. Me distraje. La vida iba corriendo en otro carril, otra carrera, otra competencia. Y yo simplemente me distraje.

Las reglas de oro (50)

Arturo Blackaller. Psicólogo Me gusta esta página 18 h  ·  50 REGLAS DE ORO PARA LA VIDA. 1. Nunca saludes de mano a nadie sin ponerte de pie. 2. En una negociación, nunca hagas la  primer oferta. 3. Si te confían un secreto, guárdalo. 4. Regresa con tanque lleno el auto que te prestaron. 5. Haz las cosas con pasión, o no las hagas. 6. Cuando saludes de mano, hazlo firme y mirando a los ojos. 7. Vive la experiencia de hacer un viaje solo. 8. Nunca rechaces una pastilla de menta, las razones son obvias. 9. Acepta consejos, si quieres llegar a viejo. 10. Acércate a comer con la persona nueva en la oficina. 11. Cuando le escribas a alguien enojado, termina y vuelve a leerlo, después bórralo y hazlo de nuevo. 12. En la mesa no hables de trabajo, política o religión. Y deja a un lado tu celular. 13. Se Justo, defiende a los que son abusados. 14. Escribe tus metas. Trabaja en ellas. 15. Defiende tu punto de vista, pero se tolerante y respetuoso ante el ajeno. 16. Llam...

Tú te salvas

Tú te salvas. Nos salvamos. Si no hacemos casos a las prisas. Si no nos tiramos al vacío de la mediocridad, de la rutina. Salvarse es reír como locos. Con razón. Es fijar la vista en el horizonte, como visión de futuro. Es dormir como ángel. Y soñar en un presente mejor. Es cantar palabras, soñar palabras, construir con las palabras. Hemos seguido una ruta. Abrir los ojos en la conciencia. Y creer con firmeza en el amor y la amistad. Hay muchas pruebas de ello. Desde hace muchos años. La mirada. La palabra que cura. El abrazo en la derrota. La luz de la verdad en el triunfo. Aunque duele. Vamos a salvarnos. Nos hemos salvado a razón de besos por minuto. La poesía. Poetas. Usted. Y los otros.

La poesía

La poesía entra invisible a la casa. Y se esconde en los pequeños detalles de las cosas. No te salvará ni salvará al mundo. Te hará sentir la diferencia. Entre el buen y mal vivir. Te salvará del vacío. De la soledad hueca. Del infierno de los papeles y las firmas. No la busques. Es escurridiza y burlona. Huye de ti. De todos que la buscan con desesperacion. Milagro es la vida. El universo. La flor. La poesía es el misterio. No trates de descubrirlo. La poesía te preguntara un día si fuiste feliz. Y cómo fue que encontraste la aguja del pajar. Y como lograste pasar no al camello sino el hilo por el ojo de la aguja. Si has estado ciego.

Me gusta

Me gusta que te guste en el coincidir. Que el Me gusta a lo que escribo. O comparto. Que te asomes allí. O apareCa. Y el me gusta sea precisamente eso. Un material en el que se coincide en gusto. O anhelo. La vida es belleza. Las palabras tumban solas. Y es el porvenir lo que me gusta. Y que guste. A ti. Con nombre y sin nombre.

Si no sonríes

Imaginaos si no ríes. Entonces hay una oscuridad tras bambalinas. Y te asomas al escenario, oscuro. Y entre el público miras los ojos de la envidia. Los ojos pobres donde repta la envidia. Entonces a reír. Imaginaos que no cantes. Que haya un silencio brutal alrededor. Un silencio que taladra por lo fuerte. Así son los silencios. Que no hables. Entonces se derrumba parte. Gran parte. De lo que somos. Así que a cantar. A hablar. Que las mariposas vuelan de verdad. La vida son las palabras, la risa y las canciones.

El cometa

Como tù, como todos, yo también tuve un cometa. Alzaba su vuelo. Y allá a lo lejos le mandábamos recados. Del bien vivir. De la alegría por la vida. y recado de amor a Dios. Yo también lo tuve. Nos poníamos de niños a construirlos. Unos nos quedaban bien. Y alzarlos entre las nubes era la prueba. Otros caían en franca picada y los levantábamos maltrechos para rehacerlos. Mas una mañana como cualquiera. Alguien se acercó. Y con tijera cortó el hilo. Y aquel cometa de la infancia se me perdió. Nunca supe de él. Ahora elaboro un nuevo cometa. Sideral. Me lleva y ha de llevar. A meterme de nuevo. En las nubes de la imaginación.

Cada día es mejor

Cada día es mejor. Si despiertas. Gracias. Y miras la luz del sol. O el ruido exterior. pasan los autos, las motos, las vendedoras del amanecer. Cada día. porque es el único que tenemos.  Para salvarnos del tedio. Todo tiempo presente es mejor. porque el ayer no está. La vida sigue su viaje de ruta. Y el ser en el estar de la mañana. Con su proyecto de las horas. Con ese palpitar rotundo del corazón. por todas esas cosas. Que vienen campaneando. Como la campana en el cuello del vacuno. Como el timbre de la casa. Para preguntar. Y el pregón del tiempo. Cada día es la riqueza. Tu tiempo y el mío. Por esas pequeñas cosas. Las que te hacen reír. Sin motivo alguno. Cada día es el tiempo presente. El templo donde sucede la vida y la música toda. Recuerdas bien.

Las palabras

Basta una mirada. Un verso. Un beso. Las palabras son pájaros. De espléndido canto y sonoro vuelo. O viceversa. A veces parecen cárcel. Puñal o daga. Nos elevan y nos tiran. Enaltecen y subliman. Nos persiguen y retumban en el pensamiento. Nos arrinconan y dan volteretas. Y nos suben a las nubes. las palabras llevan imágenes. Que hacen fiesta. Desaparecen la fatiga. Lo gris lo tornasolan. Y ejecutan un instrumento. En el peregrinar de las olas. Las palabras son ríos. Que van a dar a la mar. Al amar. Con labios de cereza. Son avioncitos o barcos de papel. Las palabras son el sube y baja de los niños. El caballito de palo. El traje de cartón. Las palabras son la sangre y la heredad. Un pastel nos viene bien.

El viernes llega

El viernes llega; inmortal y preciso. Justo en el momento en que lo necesitamos. Para dejar de lado el hastío. Y la podredumbre de las horas muertas. Entre papeles y reclamos. Y llega feliz con el verano. Para hacer de luz por donde las sombras. Para hacer reír. Y aclarar el alma. Llega. El viernes se me figura león y paloma. Se me figura pájaro. Canto. Y olor de flores.

Excepto si no participaste

Excepto si no participaste. La vida vino franca. Frente a frente. Con todo por delante. Literal. Y la fuiste dejando pasar. Sin valorar lo que tenías. Y a la espera de que llegara lo que nunca. Los libros sin leer. El camino no recorrido. En la acera viste pasar la sonrisa. Y no compraste boleto para la entrada al partido de tu equipo. O no tuviste equipo. O te quedaste en la cama. O descalificaste sin mas razón. Si otro fuera mi destino, señalaste. El espejo te respondía con claridad. No eras tú. La canción fue escrita para ti. El poema de la vida era tuyo. Y creíste en las siete vidas. O en la reencarnación. La vida fue la fiesta del ser. Y no participaste.

Excepto si perdiste

Excepto si perdiste la oportunidad y la recuerdas. Y te enlazas con esos momentos en la nostalgia. Y dijiste que no. O huiste a la mirada. Al número escrito en un papel. O la llamada a la que no contestaste. Si perdiste el momento oro. El gramo de felicidad necesario para el bien vivir. Si estabas ante la dicha y la dejaste ir. Por miedo a lo desconocido. Por temor al que dirán. Si no encendiste la radio cuando te estaban dedicando la canción. Si no iniciaste el fuego. Si lo tomaste a juego. Iniciaba verano como hoy. De estudiantes. O años después en el baile de salón. El vals de la vida. Y tocaban aquellos ojos verdes. Que no era vals. Era el recuerdo de un vals. Sin nombres propios. Solo el dejarse llevar en el medio. No había nadie, estando llenos. Y no hablaste. No dijiste. Y excepto si perdiste la apuesta que debiste ganar. La vida nunca fue un crucigrama. Eran las palabras que conforman un sueño. El sueño de la vida. Y perdiste la oportunidad.

Excepto si ganaste

Excepto si ganaste. Olas. Si el aire sugirió palabras para el discurso. Si la noche en vela tuvo algún sentido. Lo sabemos. Los cuentos  cumplieron su fin. Su afán. Por diseñar otros destinos. Excepto. Todo lo demás, damas, enseñanzas de como volver a tejer. desde el suelo. desde la ceja rota. Desde la asfixia por la ausencia. Era la derrota presentida. La soñada. La que por más que escapes. Te sale a la vuelta de la esquina. Con bombo y platillo. La que ya saben todos. Aún sin mirar a los ojos. Si la mirada es triste o alegre. El caso es la manera como cantas a mi manera. El tono. Las vocales últimas. Los gallos al centro. Los cantos entre los árboles. Y el burro dando vueltas a la noria. Enfrascado en recorrer el mundo. Nos abrazamos en sueños. Madre. padre. Como aquellas veces de la vigilia. desde el templo tocaban las campanas y acudimos a la vida.

Si te vas

Si te vas. Si te quedas. Y todo es discurso sideral con miel. Sonrisa no franca. Apuntes para un día después del fin del mundo. Y los libros. Y los apuntes. Los textos vienen siendo una válvula de escape en el día. Por cierto el día sigue siendo bello. La sonriente muerte en el rictus del cadáver. En la vida radica la muerte. Pero ha de ser el cadáver exquisito. Ese texto a seis u ocho manos. Donde cada loco con su tema en verso de continuación. Tema ejemplo: el parque. Pasa la señora del perrito. Con su libro de Chéjov. Para descansar en cualquier banca. O los saltimbanquis pasan luego de ese permanente fluir del movimiento. Si te vas. Si te quedas. Ronda infantil de aquellos años. En las apuestas de caballos Bukouski se jala los cabellos por otra vez la derrota. Su boleto nada tiene de reintegro. Mas la risa a su vuelta. Su cueva. Y la máquina de escribir vieja -Remington- registra esa voluptuosidad del pensamiento. Todo roca. Todo humedad. No lo sé de cierto. Que si llamas por queda...

Apuntes para el Corrido a jacinto Villela

Hoy con dolor yo le canto/ a un muy querido amigo de escuela/ se ha ido de este mundo/ el camarada Jacinto Villela... Las calles de Río Bravo/ extrañarán su pre sencia/cantar a dueto corridos/ era parte de su esencia... Hoy con profunda tristeza/ nos enteramos fatal/ de tu muy sentida muerte/ y nos duele tu final... Gordo Villela amigo/ tu don fue ser buena gente/ si para morir nacimos/ hoy Dios te tendrá presente... Vuela vuela palomita/ y párate en aquella escuela/ hoy nos sentimos muy tristes/ ya te extrañamos Chinto Villela.

Si es miércoles o domingo

Que importa. Si es miércoles o domingo. O cualquier otro día de la semana.  Lo importante es que el ser navegue en los mares de la tranquilidad. En lo posible. O se mantenga sereno en las aguas de turbulencia. El nombre del día es lo de menos. Lo de más es la sonrisa, la esperanza, el anhelo. Buscar y encontrar. O no encontrar. En el camino estar dispuesto siempre a derribar el obstáculo. A subir la senda. Hacer camino si no lo hay. Y mirar las flores. Reconocerlas por su color y olor. El canto de los pájaros. Disfrutar la lluvia. Y si se presenta el dolor o la maledicencia. Seguir como si nada. El café esté siempre disponible. La mano amiga. Y tener la sonrisa como arma de paz. Anoche tuve un sueño. La vida es un solo día. Inmenso. Glorioso. Sin nombre. Por eso qué importa uno u otro, de los conocidos. Circular y perpetuo es el tiempo. Nosotros no. Es simple.

Nomás te animas

Nomás te animas. Y hacemos fiesta con la vida. Uno mismo ante el espejo. La palabra motivante. Y la sonrisa. Genial. Por si las dudas. El día es esplendoroso. Contamos las horas, los días. Para estar en el mejor lugar del mundo. Que es nuestro propio corazón e ideas. Dónde más. Para sentirse bien basta lo interno. Nomás te animas y cantas, saltas, ríes. Y sale la voz no mejor, pero sí amorosa, en las canciones. Y la mirada anda más lúcida. Animarse es vencer los retos, alcanzar las metas, derribar los obstáculos. Es quitar de ti las ideas del no puedo. Es tomar a la vida por los cabellos, al toro por los cuernos, y a Dios el respeto grande que merece. Al tiempo darle tiempo. Y le café servirlo calientito. Y entibiar las palabras. Toma un libro, agua simple, melodías. Toma la tarde, baños de sol, te de ánimo. Nomás la vida es una vez. Así parece. Aunque los necios digan lo contrario. mas no lo dicen a sí mismos frente al espejo. Como yo. Como tú, como todos.

Mas temprano que tarde

Nada es eterno. Ni los chocolates. Ni los males que dicen por mal no vienen. Todo termina más tarde que temprano. Preciso por eso no huyas de ti mismo si la suerte viene al revés. Huye de la rutina. De los excesos. Si es necesario detente en un parque y reflexiona sobre las oportunidades perdidas. Por no saber decir sí o no. Según corresponda. Y el amor se va diluyendo para que siga siendo. Sin más pretextos. Todo es efímero. Todo relativo.  Los apuntes van sobre distintos temas. Lo diverso cabe en cada palabra como tema. No temas. Las despedidas van siendo parte de la vida misma. Mas hoy, mas mañana. Un día serán bonitos los recuerdos. La calma no es la cama. La calma viene siendo el universo en su caos y cambio. El tiempo sin medida nos dio oportunidades. Que a veces no supimos aprovechar. Vislumbre de lo posible.

Este domingo

Este domingo. Mas allá de los clichés. Padre y fut. Las miradas de frente. O los recuerdos. De aquellos días en que seguimos al padre. Y vimos con el paso de los años. Poco a poco. Todo iba siendo diferente. Preciso. Por eso los recuerdos. Ese desplegar de las imágenes donde el gigante lo fue sin aspavientos. A veces sin dinero. Pero corazón más allá de las probabilidades. Y su triunfo era vernos crecer. Lo posible sanos. Y sonrientes. No somos mejores que ellos. Solo somos los eslabones de la cadenas. Generacional. Representamos para la vida lo mismo. Aquí me tienes. Nos tenemos. El amor y la amistad. Como señeras rutas. Juan mi padre. Es un sueño soñado. Este domingo le apuesto al fut. Y soy el mismo que me llevaba de la mano a la escuela el primer día. Y los domingos al cine Popular. Donde andes. El recuerdo no duele. Porque conciliamos siempre. Tu mirada tierna y sencilla. Amorosa. Es el abrigo y escudo. De esta vida.Cíclopes contra mi. Monstruos. Al frente va mi padre Juan. Y Dios...

La vida es un festejo permanente

La vida es un festejo permanente. Cuitas, sí. Caídas, sí. Mas todo lo demás son una avalancha de buenos sabores, colores, melodías. Y la amplia sonrisa que nos conduce por sobre los mares. De verdad. Si lo han sentido o no. Primero se imagina todo lo bello. Y se camina en esa ruta sin desviarse. Porque todo es un plan de jugadas infinitas. La cerveza, el beso, la película romántica, el abrazo. No sé. Todo se junta. La madre, el padre, los abuelos. Hacen su asada para festejarte, festejarse. Inflan globos de colores. Y los sueños van en ellos. Los niños construyen papalotes. Y los echan a volar, como palomas. La vida es un festejo permanente. Las miradas, los besos, los versos. Esos libros que vamos acariciando de a poco en poco, con la mirada. Y la piel. Hoy por ejemplo. Las canciones. Los abrazos. Y esa pelota que se acomoda en el fondo de la red. Como la miel que disfrutamos día a día. La savia perfecta de la vida.

Para Jacinto Villela García

Pinche madre la muerte. Perdonad la expresión. Mas ahora se necesita. La que nos toca cercana. Como de rayo. La que te lleva hoy Jacinto Villela García. El Gordo. La muerte que te conduce al descanso. A lo eterno. Mas se lleva contigo parte de nosotros, tus amigos. Las vivencias en esa flor de juventud. Las sonoras risas por las calles de Matamoros, de cuando la Normal. Las ocurrencias de de ti, de mi, de todos. La voz segunda en nuestro dueto norteño. Que nos subió a camiones para ganarnos unos pesos. Para seguir en 1977 de pata de perro en ese periplo Matamoros, Monterrey, Ciudad de México, y de vuelta en nuestro paso por Victoria. A ti, a Trini, a Sergio El Pato, a Lupe Paz. Y en Tampico cantamos en algunas cervecerías. O recordar cuando los corazones que pidió por equipo el Maestro Mauro, en Naturales. Y luego recolectamos de los otros equipos para guisarlos.  Y las brigadas rurales en comunidades de Matamoros. Donde convivimos con las familias del campo. Y llevamos letras y po...

Me divierte

En serio me divierte. Toda esa algarabía por la vida que se fue en bruma. Ese pasado remoto o reciente. Con sonrisas las más y lágrimas las menos. Ese ceño fruncido. Ese humo en los ojos. Esas carcajeadas hilarantes. Me divierte. Y me alienta a seguir adelante. A pesar de los pesares. Las muertes han acaecido cerca. Como rayos certeros al corazón. Hay golpes tan fuertes, como dijo el poeta. Y de pronto el último anden se aprecia más cercano. A la vista y al toque. Casi al oído. Las sirenas hicieron parte con su canto. El amor cumplió su objeto en su ronda falaz. Por lo de efímero. mas la sonrisa se mantuvo en tantos rostros. A pesar de los pesares. Y contagiaron. Las buenas películas aún en el presente. Y la palabra en forma. Vamos por el café pendiente. La vida continúa. La ventura de la vida. En su brevedad. Aún me divierte.

A veces la tristeza

A veces la tristeza se apodera de la tarde. Es la razón por la que lanzamos la mirada lejos. Para ver si os alcanza. Si lleva mensajes. Si discurre otoños. Fuimos siendo otros a cada instante y al paso de los años muy diferentes. Se agolpan las imágenes de la risa. Los encuentros. Y los murmullos por la admiración. La juventud nos juega con trampa. Y pensamos en lo eterno. En lo eterno del tiempo con nosotros. En lo eterno del amor. De la vida de nuestros padres y hermanos. De nuestros amigos queridos. De lo eterno de Dios por si existe o no. Mas vemos en el parque la caída de las hojas. Los viejos abandonados en el suelo. O sentados en las bancas. O acudimos a sepelios. Y en los cementerios leemos nombres, fechas como paréntesis. Y epitafios ocurrentes.  La vida se va de a poco. Y cómo duele dejar esta bella vida.

Los recuerdos

A veces me cercan los recuerdos. Me dicen presente, cuando yo refiero al tiempo presente. Y vienen en cascada. Es un conjunto de datos con imágenes. La vida breve se recrea en el pasado. Y remontan el vuelo para andar aleteando por las tardes. Es la nostalgia pura. Allí andan vivas las personas que representaron algo en mi vida. A veces. Una lágrima discreta. Humo en los ojos. En ellos andan las canciones que dejaron marca. Cartas marcadas. Y el destello de miradas como las estrellas que vemos. Y ya no son.

Llueve

Ha llovido. Y llueve. Charcos y basura. Desde la mañana las nubes coparon la ciudad. Nubes negras cargadas de agua. Solo a esperar el momento. Y de pronto hace rato se dejó caer un chaparrón. Agua por todos lados. Vertiginosa. Clara. Transparente. Y las noticias de los encharcamientos. Y la basura. Bien se antoja la charla. El café con pan. Y acariciar el ave fénix. El que se levanta desde las cenizas. He vuelto, dice. El que regresa luego de las derrotas. A combatir de nuevo. Para alcanzar la felicidad con la acción. del pensamiento y las palabras. Ha llovido. Y la nostalgia en estas tardes se apodera.  Cuando los santos se levantan. "Cuando marchen. Ya. hacia la patria celestial. Yo quiero estar..." Mientras tanto nos refresca la lluvia. Caminemos.

Escribo

Escribo. Cada palabra es responsable de sí misma. Yo del todo. Y busco belleza. Como aguja del pajar. No hay dedicatorias. Me han jalado. Las orejas. En público, la atención. Por las palabras. Que van manando. Historias de lo inmediato. Mensajes del pasado. Metáforos futuras. Y uno escribe, sometido a un destino. Sin brújula. ¿Qué es el hombre? Qué es el hombre. Y ante la pregunta muy sobrada de respuestas. Comunes de por sí, alertamos antenitas. Tocamos fondo.

Ego

En su ego, afirmó: escribes por mí, para mí, en referencia a mí. Yo seguí durmiendo, como decir: seguir soñando. Y la osadía: no escribas ya, y si escribes no publiques; y si publicas haz la referencia o aclaraciones. Yo quedé callado. Como profesta. Como protesta. Y pensar en telarañas. Y elucubraciones de cuando se tienen pocos datos. Y en la esquizofrenia todo se junta. Teléfono descompuesto incluido. Para hacer historias de locos. El ego. El gigante que nos domina. Para hacer ridículos posteriores.

Se te olvida

Se te olvida. Un nombre. Un papel. Unas palabras. los caminos aquellos por donde aluzamos recíprocos. La vida es un cúmulo de datos. Y sensaciones de los puntos cardinales, los encuentros. Se te olvidan la canción, la mirada. El hielo enfrió las bondades del alma. El fuego solo dio sentido a un sueño. Se te olvidan las historias personales.

Sois profesta (5)

Sois profesta. Referis bien los datos. Dice. Las palabras. Extrema locura que captura la belleza. En lo sórdido. En lo sublime. Y esa forma de leer tus cosas. Me dice. Me grita. Y repite la misma palabra. Ruidosa. Camuflada para poeta. Profeta. Y cree que hace risa. Con discos rotos. Un gramófono heredado del abuelo. Canciones de protesta. Del siglo pasado. Y sus colores estrambóticos. Puesta la mirada como si deseara trascender. Una Venus. En esos aullidos a la luna. Libros nuevos y viejos. Con goteras el techo. Comida nueva. Y el acto. Como si fuera teatro glamuroso. Ese delirio inmenso de las horas. La vida. Los discursos de libertad. Los excesos. Y la palabra profesta. Còmo fue. Sabor a mi. Recorren pista las canciones. Monsieur Periné. Dice. Oye. Y allí a la escucha de esos datos musicales.

Por así decirlo

Por así decirlo. La tarde. Los recuerdos se agolpan. Un tren. Paisajes. El viento. Éramos otros que van acumulando recuerdos. El inefable tiempo. Las lecturas. Cantos de sirena. El amor, dice la canción, es un anzuelo para el pez. Manera de justificar la zozobra, la incertidumbre en la vida. Ese vacío en las ausencias. Esa necesidad sed de presencias. Y cuando la noche. Por así decirlo. Centenares de agujas pinchan la palabra. El libro. Y calla como siempre la luna. El día llegará. La espera. Este día se aleja gota a gota. Como el horizonte a cada paso dado. Ese día se acerca. Por así decirlo. También. Todo es relativo. Dice Albert.

Derrota

Corona la derrota el esfuerzo bien habido. La corona se ciñe verdadera. Real y pontificia. Las veces de la caída. de las tantas y reiteradas caídas. Allí donde se muerde el polvo. Donde la lona es el espacio. La página en blanco. La negativa a regresar a la cama. La tinta se ha acabado. La impresora no imprime. El juego ha terminado. El pie izquierdo al piso. El record no es envidiable. El curriculum de la nada. Del vacío. De aquel lado van los arrogantes triunfadores. Los que miran con desdén a quienes fueron derrotados. Nosotros vamos en ruta del sueño. La alfombra vuela. Escribo nombre propio en las nubes. Ahora no. Vuelva otro día. He de pensarlo, dijo en la llamada. Era un sueño.

Sois profesta (4)

Profesta, profesta, repetía en tono alto. Había libros por todos lados y discos. Pinturas en la pared. Y latas, muchas latas. Era un volcán. Un verdadero volcán en erupción. Entrábamos a debate de manera común. Sin epítetos. A veces imágenes toscas. Eso sí. Y repetíamos las mismas canciones o poemas. Como si fuera el gusto de la primera vez. O por serlo. Me decía profesta. Era su palabra deslenguada. Y risa fuerte que iluminaba el cuarto oscuro de las revelaciones. Velas. Vino tinto en ocasiones. Pero lo de locos era cierto. De poetas y locos. Ella era Venus. Lucifer. Salem. Todo junto. Una mezcla de fuego y agua. Historias de filmaciones. Talleres de inventos. Poses para la historia. Ella repetía lo de profesta e histeria. Era su palabra empeñada en juego o fuego. Quería decir poeta o quizá profeta. Nunca lo supe.

Agradecido

Agradecido. Despierto en conciencia de la vida. Abro la ventana y entra la luz del sol. Antes abracé a la tía. Tenía su pelo negro que acaricie. Y le dije  en sueños Tía, le quiero. Agradecido con el sueño y con la vida. El agua. La manzana. Se cuela el viento. El día se abre a los buenos deseos y las palabras. Se abre a la música de sonrisas y los saludos. Agradecido por la flor y el fruto. Me sirvo un café. Para el alerta en la vigilia. Agradecido por el polvo del camino. Y el chocolate. Tengo paz y la disfruto. Ladra un perro. Canta un gallo. Noticias en la radio. Y lo absoluto de la relatividad. Todo. Un pensamiento líquido que va y viene. Todo es distinto. De ya. Tomo café. Acarició la portada de un libro.

El día viene bien

El día viene bien. Un frescor del aire. Los nuevos libros. Nueve para ser exactos. Para escudriñar sobre esas ideas que nos mueven. Solo despertar ya es gane. Mirar, oír. La vida es bella. Algo de risa mueve el río interior de mi cuerpo. Este aire lo respiro profundo. Oigo al búho que no ha dormido. Las palomas. Y a la chicharras y los pájaros. Una orquesta a la que sumó mis palabras como murmullo y canto. Viene bien este día de domingo. Renueva la esperanza el advenimiento de los frutos. La inmensidad de lo verde. El truco de la vida es saberla vivir. Con lo poco o mucho. Aún en el extremo de la nada para empezar de nuevo. El camino a la espera. Vida es Movimiento. Y siempre la sonrisa.

Albricias

Albricias las palabras. El destino de coincidencias Los caminos paralelos que se unen en un tiempo y en un punto. El alto vuelo. Los dados al aire para la jugada maestra. Mira la eterna lluvia. Era necesario sabernos invencibles. Apenas una idea. Para el presente que se esfuma en un hermoso gerundio. Tocan a la puerta. Antes. Nadie. Albricias la vida. Ese color rubor de la cara. La sonrisa nuestra como pan. Y el sueño del vuelo de pájaros y cantos. El follaje de los árboles. El viento. Hemos de irnos. Mientras tanto, bienvenidos.

Hbrá un día

Habrá un día especial de tambores. Donde el corazón se sienta identificado. Por ese ritmo de vida. Por las risas. Día de luz como fiesta para los colores. Las palabras. Donde La Paz esté grabada en lo humano. Como tarjeta de presentación. Ese día de amanecer rotundo. De miradas y abrazos. Es el presente. Palpitar del corazón. Pásame el cagé. Levántate y anda. Y las galletas. Es el presente. No lo olvides. Me digo ante el espejo. Luego del despertar en la conciencia. Amanece. Reiterativa la luz. Y al camino. Porque hemos dialogado. Ante la montaña. Y el eco trae de nuevo las palabras.

La memoria

La memoria es la casa donde habitamos. Itinerante saltimbanqui. Donde lo que somos se mide en palabras, pensamientos e imágenes. Ya vuelvo, no me tardo. Y a la espera movemos montañas en sueños. Brincamos bardas y nos asomamos a los agujeros negros de las habitaciones. La Memoria es el infinito acotado. Por una manzana. Una meta pequeña. O la visión hasta las narices. Un pozo de agua es una imagen. Con su polea y cántaro. Baja y sube con el transparente líquido. Entramos y salimos de habitaciones que nadie habita. La Memoria tiene sus cajones para guardar la ropa que no usamos. Guardar los libros que nos pierden. Esconder los dibujos y apuntes donde nos volcamos. Es la casa humana. Es el sabernos protegidos de la bestia. Que también habita la misma casa. Más muchas veces la doblegamos.

Saludo a todo

Saludo a todo. Al alto árbol. A la hierba del camino. A la flor silvestre. A la piedra que baja cantarina desde la montaña. Al olmo viejo, hendido por el rayo. Al gusano en su función. Todo conforma el universo. Todo lo contempla. Lo pequeño y lo grande. Saludo al muro  de la ermita. Al sinuoso camino. Al puente de todo lugar y a los de Madison. Al viento. A la dulce palabra. Al viejo libro. A la flor y a la fruta. Saludo a la señera montaña. A la campana en silencio. A la hoja en blanco. A la loza y cruz de la tumba. A la silla de pino o caoba. A la luz y a la sombra. La paz depende de la conciliación profunda. Donde todo somos todo. La materia no desaparece. Se transforma.

Saludo a todos

Saludo a todos. A los diferentes. Los locos. Los incomprendidos. Aquellos que no encuentran lugar en el mundo. Los que sonríen al ver la flor. Los que aman o hacen favor sin esperar moneda a cambio. Los que dan. Siempre dan aunque hasta que les duela. Los que esperan sin esperanza. Los que caminan sin meta fija. Los saludo. Son tantos y tan distintos. Los que vierten lágrimas ante escenas románticas. Los que sufren el dolor de los otros. Los que vierten palabras de aliento a los otros y no las reciben. Los que se dan de topes contra la pared del fanatismo y la intolerancia. Los que huyen para no discutir. Es necesario tender puentes. Construir puertos de arribo. Pronunciar claras las palabras que construyen. Pastosa la lengua para las palabras que destruyen. Las palabras de los necios. Saludo y abrazo a todos, a los felices e infelices. La vida nos da razones para todo. Y los pensamientos nos conducen a la derrota o a la victoria. La única victoria que vale la alegría es la de la felic...

Ojo alegre

Un taco de ojo por la mañana o por la tarde. Un ojo con mirada panorámica. Guitarras formales con sus cuerdas vocales. Esos colores de las distintas maderas. Un ojo mirón escudriña. Cómplice de las imágenes. Es de mañana y la luz de sol en su esplendor domina. Ojos que bailan al compás de la música. Ojos que reverberan ante la sonrisa Ojos que quedan plegados a la luna. Majestosa imagen. De preferencia alegres que tristes, los ojos. Dondequiera que estés

El olvido es una trampa

Nada habría que escribir. El poema roto está guardado. La lira en el rincón. La musa es la música. Y musita al oído. El olvido es una trampa. Una manera de ignorar o indiferencia. Aquella luna y los besos. Los versos. Un perro ladra. La oscuridad es anulada por la luz de luna. Olvidamos todo. Y para saber exacto la lista del olvido. Empezamos a enumerar. Lo que hemos echado al olvido. Entre no me acuerdo y la sonrisa. He allí la trampa.

Lluvia

Ayer la lluvia. Para el gozo pleno de todos. Plantas, insectos, casas. Nos refresca. Y hasta nos ayuda a un mejor dormir, soñar. Uno debiera desatarse. Y salir y mojarse bajo la lluvia. Y cantar. Como cuando niños. Para que el corazón siga su ruta de dicha. Es bueno mirar la lluvia y no mojarse. A través de la ventana. Pero que envidia de ellos, que andan fuera y se mojan. Y se mojan. Se les ve dichosos, felices. Si hoy domingo llueve de nuevo. Tenemos una oportunidad más. Adelante.

Nunca estarás a salvo del recuerdo

Nunca estarás a salvo del recuerdo. Va contigo. A veces en la superficie. Entonces a cada instante. O al despertar imprevisto. Allí está. Funesto o festivo. Generador de nostalgias o dicha. Y a veces en el fondo de un pozo. Haciéndonos señas para que los rescatemos del olvido. Del pozo del olvido. Cada pensamiento o acción genera huellas de recuerdo. Un helecho. O aquel perro fiel. Los recuerdos son adorados perros fieles también. Nunca estarás a salvo. Aquellos poemas los recuerdas bien. En paz. O Veinte poemas de amor. Aquella mirada dulce y tierna. El libro envuelto en celofán. Los subrayados. Nunca estarás a salvo. A veces la edad los hace a un lado. Nos hace a un lado. Y vamos dando tumbos. No literal. Cabalgamos en sueños entre un recuerdo y otro. La memoria es un prodigio. A veces trata de discriminar. Y sin lograrlo nos conduce a echar un ojo al pasado. Mas siempre recordad: el pasado lo construimos con las acciones del presente. Precisamente por eso. Sonríe. Sé luz.

Vamos

Vamos en paz. El camino es largo y viene bien la compañía en sano juicio. Al paso los geranios y otras flores. El viento fresco en nuestros rostros. Las palabras enchidas de dicha. Vamos. La revuelta interior continúa. Remolino de ideas por las ausencias, las presencias y la tanta filosofía. Las prisas, las risas. Vamos a encontrarnos. Palomas de La Paz. Viga en ojo y paja. Arco del triunfo . Parsimonia con vamos. Llamada a oscuras. Sonrisa y palabras que dan luz.

Agradecimiento

Agradecimiento pleno. Por está luz,  no poca. Que permite avanzar a pesar de la alegría. Uno se queda inmóvil ante tanta dicha. Por la flor que no presume su belleza. Al contrario. Se resigna sin saberlo a su efímero esplendor. Al aire. Por esa manera de hacernos vivir. Sin más requisito que fluir. Gracias por las palabras. Con esa carga de tiempo, polvo, imágenes, cúmulo de significados. Por el papel y la pólvora en luces de fiesta. Por la granada y la fresa. Por la sonrisa que rompe todo corazón pan duro. Por la espera con esperanza. Y que nos mueve hacer. Por mis amigos. Sencillos y bohemios. Por el techo. La camisa. El agua. Por esa paz que me transmiten. Por la música y poesía, sinónimos en la conciencia del bien vivir. Por el ajedrez y las infinitas jugadas, clave del universo. Por la querencia de los pájaros, que vuelven por su canto.