Sois profesta (4)
Profesta, profesta, repetía en tono alto. Había libros por todos lados y discos. Pinturas en la pared. Y latas, muchas latas. Era un volcán. Un verdadero volcán en erupción. Entrábamos a debate de manera común. Sin epítetos. A veces imágenes toscas. Eso sí. Y repetíamos las mismas canciones o poemas. Como si fuera el gusto de la primera vez. O por serlo. Me decía profesta. Era su palabra deslenguada. Y risa fuerte que iluminaba el cuarto oscuro de las revelaciones. Velas. Vino tinto en ocasiones. Pero lo de locos era cierto. De poetas y locos. Ella era Venus. Lucifer. Salem. Todo junto. Una mezcla de fuego y agua. Historias de filmaciones. Talleres de inventos. Poses para la historia. Ella repetía lo de profesta e histeria. Era su palabra empeñada en juego o fuego. Quería decir poeta o quizá profeta. Nunca lo supe.
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