Nunca estarás a salvo del recuerdo
Nunca estarás a salvo del recuerdo. Va contigo. A veces en la superficie. Entonces a cada instante. O al despertar imprevisto. Allí está. Funesto o festivo. Generador de nostalgias o dicha. Y a veces en el fondo de un pozo. Haciéndonos señas para que los rescatemos del olvido. Del pozo del olvido. Cada pensamiento o acción genera huellas de recuerdo. Un helecho. O aquel perro fiel. Los recuerdos son adorados perros fieles también. Nunca estarás a salvo. Aquellos poemas los recuerdas bien. En paz. O Veinte poemas de amor. Aquella mirada dulce y tierna. El libro envuelto en celofán. Los subrayados. Nunca estarás a salvo. A veces la edad los hace a un lado. Nos hace a un lado. Y vamos dando tumbos. No literal. Cabalgamos en sueños entre un recuerdo y otro. La memoria es un prodigio. A veces trata de discriminar. Y sin lograrlo nos conduce a echar un ojo al pasado. Mas siempre recordad: el pasado lo construimos con las acciones del presente. Precisamente por eso. Sonríe. Sé luz.
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