El cometa
Como tù, como todos, yo también tuve un cometa. Alzaba su vuelo. Y allá a lo lejos le mandábamos recados. Del bien vivir. De la alegría por la vida. y recado de amor a Dios. Yo también lo tuve. Nos poníamos de niños a construirlos. Unos nos quedaban bien. Y alzarlos entre las nubes era la prueba. Otros caían en franca picada y los levantábamos maltrechos para rehacerlos. Mas una mañana como cualquiera. Alguien se acercó. Y con tijera cortó el hilo. Y aquel cometa de la infancia se me perdió. Nunca supe de él. Ahora elaboro un nuevo cometa. Sideral. Me lleva y ha de llevar. A meterme de nuevo. En las nubes de la imaginación.
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