Despedida

Ahora. Quizá no haya tiempo. De escribir con aprecio a la palabra. El despedirse de la vida. Como algo normal. Todo proceso tiene su tiempo. Otros tendrán oportunidad por larga enfermedad. O accidente con suerte. De dejar por escrito algunas ideas claras y precisas. Lo mas posible. Oyros no. Por accidente de muerte o tension final de sangre en las venas. Y se van deas. Y buscatan en sus textos alguna referencia  Aquí lo dijo. Y no nos dimos cuenta. Era premonición, dirán. Asi que mejor. Ahora. Que bien la pasé en este viaje. De puro aprendizaje. Que inició ya hace tiempo. Aqui no importa si son los 59 o 70. Sino cuando la conciencia se hizo presente. Y que fue dejando recuerdos. Mas antes el viajar de ignoto tiempo y geografia del vasto universo para reiniciar en mí. El yo que he sido. Que un momento entre el antes y después. En su cada momento. La lectura y escritura. El descubrimiento de la poesía y música. Y luego el aproximarnos a las dudas de siempre sobre materia, origen y destino. La clave luego del amor. En los besos acompañados de lirica en música y verso. Otro momento fue descubrir el poder de las palabras en la relación del yo con los otros. Tiempos memorables de cada momento, con cada persona. Coseché sin sembrar. Y sembré lo que a mi alcance oude. Agradezco las derrotas antes que los triunfos. Si estos no contemplan el teiu fo sobre mi mismo, nada importan. Y fui testigo de acontecimientos que tienen que ver con el individuo concreto. Empezando por uno mismo. Ante todo, agradecido. Con mis padres, en primer lugar. Con el arquitecto del universo. Antes del primer lugar. A donde vuelvo y vuelo al infinito. Agradecido con cuanto existe entre la sombra y la luz. Los libros. Los maestros que dejaron una idea del cosmos. Y uno sabía que en algún momento nos tocaría salir, retirarnos de esta maravilla conocida como existencia humana. Una lombriz 

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