Manolo, descansa en paz

Hoy escuché en la radio que murió hace dias Manuel Castillo Hernandez, mejor conocido como Manolo. Hermano de Jorge. Hijo de los finados Doña Carmita y y Don Francisco (Chicobota). Descanse en paz Manolo. Toda su familia reciba mi pésame. Saben de mi gran estima por ellos, de mi gran cariño. A Manolo lo conocí recién llegué a Jalpa como maestro de primaria. Su hermano Jorge y yo trabajábamos juntos en la primaria Benito de Juarez de la rancheri del mismo nombre. Los fines de semana Lupillo, maestro de Monterrey y yo no teniamos a dónde ir. No teníamos dinero. Ni conocidos. Y, generoso, Jorge nos invitó a pasar el fin de semana en su casa, que estaba frente a la gasolinera, a la salida de Amatitán. Y así conocí a Manolo que tenia que dejar su hamacamedio serio para que nosotros duermieramos alli y él en el suelo. En la mañana el prodigioso y abundante desayuno preparado con amor por Doña Carmita y ayudada por tía Andreita. El desayuno nos dio una anécdota significativa. Resulta que yo y Lupillo estB estábamos maravillados y sorprendidos con la abundancia y variedad, como bufet. Y emoezamos. Yo agarré una frutita cocida y la empecé a masticar. Y todo bien. Qué sabroso el sabor. Y voy por la segunda. Ya cuando iba a la tercera no se pudieron contener Jorge y Manolo. A carcajada suelta, con las lágrimas a punto por la risa, me explicaron que se llaman castañas, y que se les quita la cascarita. En el Mangal jugaban fútbol. Yo llegaba a verlos y a correr. A veces entraba de portero. Jugaba con ellos el padre Chepe, joven, flaco y calvo. El terreno tenia una bodeguita y pozo de agua. Manolo lo heredó y lo transformó con los años en una área de fiestas. Precisamente por Los Canastos, nombre de esa area, que es donde escuché que son los rezos, confirmé tristemente que fue Manolo, el que conozco en presente, el que había fallecido hace ocho dias, que yo andaba de viaje. Y él fue el que emprendió el viaje. Un hermano mío, junto con Jorge y Lupillo. La última vez que platiqué con Manolo fue en el funeral de Jorge. Y platicamos que Jorge alcanzaría a Lupillo, fallecido aoenas hacía seis meses. Ahora Manolo se les une, para jugar fútbol. Y por allí los alcanzaré. Ellos, de familia de valores. Un gran abrazo Manolo. Y viaja sereno, seguro de la gran estima que cosechaste.

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