Hay tactos (cantos de ciego)

Con su bastón, dispuesto a guiarse y a aporrear al mundo si se deja, el ciego avanza entre el mar azul de su oscuridad y recuerda  las luces que le revelaban la forma y color de las cosas. Hay días negros  cuando los sueños quedan lejos. Hay días plúmbago, que es cuando el mar viene distribuido en olas. Y el ciego escucha el rumor que viene con el viento, murmullo de mar, y la humedad  siente muy dentro de sí.  Es cuando canta y  sonríe. Entonces sus cuencas se miran menos densas.

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