La frontera
Calles de polvo en la frontera. Pescado muerto y clavos con herrumbre. Casas de madera y ventas de garage con carros y ropa de difunto incluidos. Libros de viejo, subrayados. Ulular de la sirena. Miedos en la espalda. Silencios que presagian lluvia de palabras. Bailes populares donde se olvidan las desdichas. Árboles viejos que testimonian esta vida. Un sol que cae a plomo.
Un río que cobra deudas permanece incólume. Hay bares y cafés. Hay sueños.
La frontera es un lugar de exilio, donde el que está piensa en huirse para nunca más volver.
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