Domingo

Hay domingos en los que pesa el recuerdo, en los que vienen de golpe las caídas y los miedos; domingos en los que las horas parecen estar detenidas como en fotografía. Hace calor y es lo mismo que hiciera frío. No es el clima ni los datos, ni las personas que rodean. Es el morderse la lengua, querer hacer pedacitos el cristal con los puños. Debe decretarse que los domingos sean tibios y con sabor a arándano.

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