Heráclito

Hacía calor calcinante. A cada paso las gardenias con olor. De pronto volteó a mirarme con ojos tiernos y me invitó: "vamos a bañarnos en el mismo río". Quince días antes, sirenas, nos bañamos en un río fresco y cristalino. Yo reí desconsiderado. Y carcajeante, sonoro. "Imposible", le dije con suficiencia. "Nadie se baña dos veces en el mismo río". Y fuimos a zambullirnos al mismo cauce que era exactamente otro río, nunca el mismo. Y reímos. Era clase de filosofía uno". Estás loco, Heráclito", me dijo, mientras, tierna y melosa como dulce de turrón,  me abrazaba.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam