El muro

Me invitó a pasear al muro. Por sus alrededores, la arboleda, especificó. Y no había muro. Mas no le dije nada. La vi tan convencida y segura. Dijo el muro. Y yo no quise contradecirla.. Así que salimos de mañanita al día siguiente. Muro, repetía. Y tomamos un camino, rodeado de gardenias. O algo así. Así por horas, hasta que llegamos a un lugar y dijo aquí. Y efectivamente había un muro que yo no supe mirarlo. Y ella estaba dispuesta a derribar. Mas no lo hizo.

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