En diciembre del 74 le metieron mas de cien balazos al maestro Lucio. Líder del Partido de los Pobres. Irreconocible el cadáver. Fueron por la esposa para que lo reconociera. Muy dañado por las balas, dijo ella, "así no, quizá lo reconozca por su miembro, desnudo". Y extrañados, reticentes, procedieron los soldados y el médico a desnudarlo. "Así no, dijo ella. Tiene un lunar en el glande". Serios,  pálidos, más que reticentes, enojados, procedieron los soldados a jalar el cuerito del prepucio. Y sí, estaba el lunar pequeño en el glande. Dijo ella, su mujer: "Sí es él, Lucio Cabañas. Y siempre al final ganó, porque decía: a mí el gobierno aún después de muerto me la va a pel(i)ar".

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